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José Sacristán lleva al teatro la novela de Miguel Delibes 'Señora de rojo sobre fondo gris'. Javier Ocana / TESA
José Sacristán: «El teatro ahora es una cosa de señoritos»

José Sacristán: «El teatro ahora es una cosa de señoritos»

A sus 81 años, no se anda con rodeos: «La derecha está envalentonada y la izquierda, despistada». 'Señora de rojo sobre fondo gris' le trae de vuelta a Málaga

Domingo, 6 de enero 2019, 00:25

Tiene una voz reconocible desde el primer saludo y un verbo elocuente ante cualquier pregunta. A sus 81 años, el de Chinchón no se anda con rodeos. Nunca lo ha hecho. Y si tiene que decir que le «jode» la crítica «arbitraria» e «insolente» a una Transición de la que él fue testigo, pues lo dice. Y si cree que la polémica broma de Dani Mateo y las controvertidas palabras de Willy Toledo son de «mal gusto», lo expresa. José Sacristán atiende la llamada de SUR para hablar de la actualidad en general y de la suya en particular: mientras rueda proyectos de cine y televisión, saca tiempo una vez más para las tablas con 'Señora de rojo sobre fondo gris', la adaptación de la novela de su «maestro y amigo» Miguel Delibes que le traerá de nuevo a Málaga, el 8 y 9 de enero, en el 36 Festival de Teatro.

En detalle

  • La obra 'Señora de rojo sobre fondo gris', de Miguel Delibes, con José Sacristán.

  • Dirección José Sámano

  • Lugar Teatro Cervantes. 36 Festival de Teatro de Málaga

  • Fecha 8 y 9 de enero, a las 20.00 horas.

  • Entradas Entre 9 y 24 euros.

Cada cierto tiempo, aunque tenga proyectos en cine y televisión, se reencuentra con el teatro. ¿Por qué?

–Acabo de terminar con 'Muñeca de porcelana', después de dos años y medio. Últimamente voy combinando en periodos casi paralelos el cine, el teatro y la televisión. Tengo el privilegio de poder elegir mis trabajos y textos como 'Muñeca de porcelana' o ahora 'Señora de rojo sobre fondo gris' son un lujo que uno se puede permitir. En este caso, es una satisfacción inmensa no solo como actor, sino por el homenaje al maestro y amigo Miguel Delibes.

'Señora de rojo sobre fondo gris' es, además, una apuesta personal en la que se ha implicado también en la adaptación del texto.

–Sí. Yo hice una lectura dramatizada de un par de pasajes antes de que muriese Miguel y me quedé con las ganas de meterle mano a esto. Convencí a mi amigo Pepe Sámano y lo hemos montado y sacado adelante.

En cualquier caso, agradece no tener giras maratonianas de teatro con dobles funciones.

–Ya no hay doble función, eso es antiguo. El teatro es una cosa de señoritos ahora. Me encanta el teatro porque es una sola función, yo ya hace mucho tiempo que no hago más en un solo día.

«Había que aguantarlo»

Pero alguna compañía aún lo hace.

–Algunos días, pero antes era todos los días, los siete días de la semana.

«Me molesta que se maltrate aquel tiempo, me molesta la injusticia y el atropello»

Críticas a la Transición

Eso no hay cuerpo que lo aguante.

–Sí, había que aguantarlo y se ha aguantado. Sí, sí (ríe).

Quienes nacieron en los años 30 están hechos de otra pasta: ahí están usted, Concha Velasco, Nuria Espert, Julia Gutiérrez Caba, Lola Herrera, Julieta Serrano... Una generación gloriosa.

–Muchas gracias, hacemos lo que podemos. Como decía Fernán Gómez, vamos durando.

«Me parece de mal gusto, pero una cosa es eso y otra es que se judicialice»

La broma de Dani Mateo

Volvamos a la obra. 'Señora de rojo sobre fondo gris' es ante todo una gran historia de amor.

–Sí. Es la historia de tránsito de la enfermedad y la muerte de la mujer de Miguel Delibes contado en el estilo, en la manera y en la utilización de la palabra tan prodigiosa que él tenía.

Esa presencia constante de la muerte en la obra, ¿le ha hecho reflexionar sobre este tema?

–Lamentablemente, yo ya he vivido casos personales tan dolorosos como una hermana que murió con 46. No hace falta dedicarse al teatro para tener noticias de la muerte, está ahí al alcance de todo. Hay que pensar en ello, porque es algo que va a ocurrir, pero sin estar obsesionado. Le temo más a la invalidez. Pero que venga lo que sea cuanto más tarde posible (ríe).

Concha Velasco dice que se planteará su retirada tras la gira de 'El funeral'. ¿Se lo ha planteado usted?

–De momento, no. Lo que pasa es que tampoco voy a dar el espectáculo. Mientras las condiciones físicas aguanten, ahí estaré.En cuanto no, nada de dar pena. Eso nunca. Pero Concha no se va a retirar. Tenlo claro.

«De momento, no. Pero tampoco voy a dar el espectáculo. Mientras las condiciones físicas aguanten, ahí estaré»

retirada

¿La interpretación es para usted más que un sueldo?

–Claro. Me parece muy legítimo y muy honesto que uno se gane la vida con su trabajo. Pero siendo este trabajo de esta naturaleza, ahí hay algo vocacional, algo que tiene que ver con la magia, con la fantasía, con la posibilidad de una vida trascendente.

Y obras como esta, que son tan duras, ¿le permiten cambiar de registro sin quedarse atascado?

–Sí, si haces Edipo no te vas a acostar con tu madre y matar a tu padre. No, esto se acaba cuando se termina el trabajo. Yo no me llevo el personaje a casa, ni mucho menos.

La obra se ubica en la España del 75, fin del franquismo e inicio de la Transición. Como testigo de aquello, ¿le molesta que algunos pongan ahora en cuestión cómo se hicieron las cosas entonces?

–No me molesta que se ponga en cuestión, me molesta que se maltrate aquel tiempo. Me molesta la injusticia, me molesta el atropello y me parece una falta de información y de documentación. Yo soy el primero en ser crítico con mi propio tiempo y mi conducta. Pero lo arbitrario, lo gratuito, lo insolente y lo miserable, sí me jode.

No sé qué le preocupa más, si la irrupción de Vox o la actitud de la izquierda ante esta situación.

–Es que van de la mano. La preocupación es exactamente idéntica. Me preocupa este fenómeno que ha ocurrido en Andalucía y me preocupa a nivel nacional todo lo que está pasando con la izquierda, que es lamentable. Y no veo yo que haya un espíritu crítico dentro de la izquierda para sacar conclusiones.

«Iglesias está equivocado»

Quizás animar a salir a la calle no sea la solución.

–Indudablemente, no. El señor Iglesias está totalmente equivocado con esos supuestos. Equivocado de medio a medio y se niega a reconocer que se ha metido la pata en Andalucía, en profundidad, porque todo el varapalo que se ha llevado el PSOE no lo ha recogido Podemos.No ha ido ahí. Y lo de los doce diputados de Vox es verdaderamente escalofriante.

¿Cree que es un reflejo de lo que está por venir?

–Sí, porque la derecha está envalentonada y la izquierda está despistada. A ver qué capacidad de reacción hay.

¿Le ofendió ver a Dani Mateo sonarse la nariz con la bandera?

–Ofender no es la palabra. Me parece que hay actitudes que uno debería pensar un poquito antes. A mí me da igual que cada uno haga lo que le da la gana con la bandera, con el crucifijo, me importa un carajo, pero son cosas que yo no haría. Como la blasfemia de Willy Toledo. Pero una cosa es eso, y otra es que se judicialice. Me parecen errores, cuestiones de mal gusto. No creo que la justicia tenga que estar de por medio con condenas y puñetas de estas.

¿No tiene la sensación de que hay una cierta dictadura de lo políticamente correcto?

–Sí, y en eso habría que incluir movimientos de todo tipo.Estamos en un punto... Lo de las 'portavozas' y cosas por el estilo.

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