José María Moreno: «El Cervantes no es el lugar óptimo para la Filarmónica»

A menudo escucha en su isla natal que su temperamento –personal y musical– tiene poco que ver con su nacimiento en Mallorca. Él intuye que será porque le corre por las venas sangre «100% andaluza», como la de su abuelo natural de Alhaurín de la Torre. Ahora, José María Moreno regresa a esos orígenes como nuevo director titular de la Orquesta Filarmónica de Málaga (OFM). Será ya en la temporada 2020-2021 cuando Moreno sustituya en el atril a Manuel Hernández-Silva, batuta de la OFM durante los últimos cinco años.

–¿Qué le llevó a presentarse al concurso para ponerse al frente de la Filarmónica de Málaga?

–Llevaba toda mi carrera siendo director invitado, nunca había sido director titular de una orquesta filarmónica como la de Málaga. Afortunadamente he tenido muchos proyectos muy bonitos artística y humanamente, pero creí que ha era el momento. Pienso que es muy importante atinar con el momento más oportuno para coger como titular a una orquesta y creo que ya estoy en el punto de madurez personal y artística como para hacer frente a algo que implica tanta responsabilidad.

–¿Qué objetivos se marca?

–Son muchos. Uno de ellos es continuar la línea ascendente en cuanto a la calidad. Trabajar para que la orquesta continúe creciendo artísticamente con el objetivo final de convertir a la Filarmónica en un símbolo cultural importante para los malagueños, que haga que los malagueños se puedan sentir orgullosos de su orquesta, que sea una embajadora cultural de Málaga de primer orden y, por otro lado, a los aficionados malagueños y a los que aún no son aficionados, lograr cautivarles con nuestra programación. Tenemos que lograr captar nuevo público.

–¿Cómo piensa atraer a ese público?

–Todo pasa por la calidad, por un lado, pero también por la programación. Al final es lo que marca diferencias. Tenemos que buscar una programación que sea de calidad, pero también que sea plural, que sea innovadora y que sea satisfactoria para todos los públicos. Eso es muy fácil de decir, pero ¿cómo se logra? Creo que combinando muy bien el gran repertorio de todos los tiempos con obras novedosas que, bien siendo de grandes compositores de la historia de la música no se hayan tocado nunca o se hayan tocado muy poco, o bien con obras de estreno, bien de los grandes compositores o de compositores desconocidos o incluso a través de encargos de grandes nuevos compositores. Todo eso entrando en una política de encargos de nuevos compositores, de estrenos de nuevos compositores... Creo que uno de los objetivos esenciales de la orquesta debe ser el apoyo a los talentos nacionales, andaluces y malagueños. Eso es indiscutible. Me voy a esforzar mucho para que en nuestra programación tengan cabida nuestros compositores, nuestros músicos, nuestros cantantes, nuestros coros... El mundo musical andaluz y malagueño tiene que tener cabida dentro de la Filarmónica y en ese sentido me voy a esforzar para que continúe siendo así y para que podamos potenciarlo.

–¿Cree que el programa de la orquesta ha sido poco innovador?

–No lo creo. Hasta ahora se ha hecho un trabajo estupendo, tanto en lo artístico como en la gestión. Conviene no olvidar que en los años más profundos de la crisis, en los que hubo orquestas que lo pasaron muy mal, la de Málaga se mantuvo con una gestión admirable. Su situación financiera siempre ha sido muy saneada y a mí me da una tranquilidad enorme llegar a una orquesta que tiene esa situación financiera tan saneada.

–¿Considera que esa buena gestión debe verse recompensada en las aportaciones de las instituciones públicas que sustentan la orquesta malagueña?

–No me puedo pronunciar, pero son temas que se pueden ir estudiando. Lo que sí creo es que la orquesta tiene que ser un revulsivo en una ciudad que está en auge, que está de moda entre los destinos europeos y que dentro de ese atractivo que tiene Málaga debemos incluir la orquesta. Me gustaría que entre los objetivos de los visitantes que vienen a Málaga se incluyera que vengan para escuchar a una orquesta filarmónica que les ofrezca calidad y grandes conciertos, que sea un aliciente más para el visitante, sin olvidarnos de los propios malagueños.

–¿Qué papel tendrá ese público local en su propuesta?

–Tenemos que tener muy en cuenta en aspecto social de la orquesta. No deja de ser una orquesta pública y por tanto tenemos que verla como un servicio a la comunidad de primerísimo orden. Debemos potenciar al máximo las relaciones con otras instituciones para mostrar al máximo la rentabilidad social de la orquesta. La OFM debe enfocarse de manera muy clara a ofrecer conciertos a segmentos más desfavorecidos de la sociedad, que lo hace, pero no debemos olvidarlo y en mi proyecto esto debe ser respetado y potenciado.

–¿Es el Cervantes el escenario ideal para desarrollar esa labor?

–A ver. He crecido artísticamente en teatros de ópera y he dirigido muchísima ópera y zarzuela en España y fuera de España. El Cervantes es un teatro maravilloso, donde hacer ópera es fantástico y de hecho estuve dirigiendo hace un año 'La Traviata' y fue una experiencia fabulosa. No obstante, evidentemente, ni el Cervantes ni ningún teatro de herradura, a la italiana, son óptimos para conciertos sinfónicos. Eso no lo digo yo, es unánimemente reconocido. Afortunadamente, también es algo unánime entre todas las instituciones implicadas que el auditorio tiene que ser una realidad para Málaga y para la Filarmónica. No se entendería de otro modo, porque Málaga, siendo como es una de las grandes ciudades del país, es realmente la única de su tamaño y de su poderío económico, que no tiene un auditorio. Quizá el motivo sea que ha dispuesto durante años de un teatro muy bonito y muy querido por los malagueños, pero que realmente no es lo óptimo para que la orquesta pueda continuar desarrollando su actividad y continuar en su progresión ascendente. Para permitir el desarrollo de la orquesta es fundamental que podamos contar pronto con un auditorio. Por lo que he palpado en el ambiente, ya no se discute, como hace unos años se discutía. Creo que ahora todas las instituciones implicadas tienen claro que hay que tirar para adelante con el proyecto y que va a ser otra de las cosas fundamentales en los próximos años.

–Le veo muy confiado en el futuro del auditorio.

–(Ríe) Ya lo verá. Eso también me ilusiona enormemente, porque estoy convencido de que mi llegada va a coincidir con el momento en que se convierta en una realidad.