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La tarde del 12 de agosto, en el albero de La Malagueta, José Antonio Lavado cumplió su sueño desde que siendo un niño entró en la Escuela Taurina Provincial y se convirtió en matador de toros. Tras una carrera de tesón y afición, Lavado tomó ... la alternativa en la primera corrida de toros del abono de la feria taurina de la capital en un festejo donde el extremeño José Garrido, en su calidad de padrino, le cedió la muerte del toro 'Artillero', marcado con el número 90, de pelo cárdeno, 510 kilos de peso y con el hierro de Pallarés, en presencia del onubense David de Miranda como testigo.
Las ilusiones del toricantano, al igual que las de sus compañeros de terna, se estrellaron contra la mansada de las reses lidiadas en una tarde donde los tendidos registraron algo menos de media entrada. El torero de Benamocarra fue ovacionado en cada uno de sus oponentes, mientras que Garrido cortó una oreja y fue silenciado en su segundo y en el que tuvo que matar por la cogida sufrida por De Miranda, quien fue ovacionado en el único toro que pudo lidiar esa tarde.
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