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Dice que aún está en 'shock'. «Es todo como… ¡guau!», exclama. No encuentra otra palabra mejor para describirlo. Hace unas semanas cantaba el himno de EE UU y Canadá ante miles de personas en un multitudinario partido de hockey y en unos días debutará bajo ... el Grand Chapiteau en Montreal. Una malagueña «de la Costa del Sol al Circo del Sol», bromea con su característica risa de fondo. Irene Lombard (Málaga, 1985) ficha por el Cirque du Soleil para poner voz al regreso de 'Alegría', el espectáculo más emblemático de la compañía canadiense que ahora celebra su 25 aniversario.
Habla desde un apartamento en el centro de Montreal, a quince minutos de la carpa instalada en el puerto, donde permanecerá hasta finales de junio. Después, girará por Canadá para dar el salto a EE UU en 2020. Tiene poco tiempo libre, en unos minutos debe incorporarse a la jornada intensiva de ensayos de cara al estreno el 18 de abril. «Estamos a 'full'», dice. Allí Lombard es una gimnasta más con una entrenadora vocal que la capacita física y mentalmente para un espectáculo en el que ella no sale de la escena y con semanas de diez shows consecutivos.
Lleva meses preparándose para ese momento: el pasado noviembre cogió un vuelo rumbo a Canadá para ingresar en la residencia artística del Circo del Sol. Después de un año de 'castings' presenciales y por skype, había sido elegida para formar parte de la familia circense más prestigiosa del mundo. Sobre la mesa, un contrato hasta 2021.
Actriz formada en la ESAD y cantante curtida en el circuito local, su nombre saltó a la primera línea nacional tras su paso por el programa 'La Voz'. Conquistó con su naturalidad y con esa combinación de chica dulce de potente garganta que maneja a su antojo. Pero aquella experiencia le sirvió para lo contrario de lo que en principio buscaba: le reforzó en el convencimiento de que su camino «era otro». «Me abrió los ojos en cuanto a la industria musical en España. Me di cuenta de que no soy el tipo de artista que podía hacer algo en ese momento», se sincera.
Se centró entonces en sus clases en el CAMM (Centro de Artes y Música Moderna de Málaga), que siente como un «hijo», y se relajó. «Dejé que la vida hiciera sus cosas». Y lo hizo. Su apuesta por el Circo del Sol le llegó como una señal. Estaba visitando a su hermano Manuel Laporte en Perú, donde también ha hecho carrera en la música, y «todo allí hace referencia al sol, está por todas partes». Empezó a rondar por su cabeza la idea de contactar con el circo canadiense, buscó en Google y en un mes había audiciones en Madrid. Dejó hasta la escuela para concentrarse en las pruebas. «Me la jugué, por poco no me manda mi familia al psiquiátrico. Pero estaba para mí».
Desde entonces está «flipando» y tratando de asimilar este «sueño». «Me siento que estoy creciendo todo el tiempo», asegura. Está descubriendo lo que es trabajar a un nivel internacional, con un equipo perfectamente engrasado en el que nada queda a la improvisación o al azar. Menos aún en este caso, cuando la compañía canadiense revisa el montaje que le abrió las puertas del mundo. «Sin perder de vista el clásico, se está haciendo algo súper moderno y con mucho 'power'. Estoy feliz de poder defender esto porque tiene una riqueza espectacular», declara.
Ella y su compañera de micrófono, la también española Virginia García Alvés, acompañan con su voz las acrobacias, equilibrios y números aéreos al límite que definen a los renovadores del circo. «Son superhéroes. ¡Vuelan de verdad!», exclama. Y además canta la canción que da nombre al espectáculo y que se ha convertido en todo un 'hit' de la compañía en la voz rota de Francesca Gagnon. «Somos españolas, la palabra alegría tiene muchísimo corazón y significado para nosotras. Sabemos lo que es sentir la alegría de la vida y poder defenderla desde nuestras raíces es impresionante», afirma la malagueña criada en la Granja Suárez. Su forma de cantar «encaja muy bien» en el proyecto sin tener que cambiar su estilo vocal. Pero afirma que, cuando se coloca bajo la carpa, deja de ser Irene para dar vida a la 'Cantante de blanco' ('The white singer'), el personaje que protagoniza los carteles oficiales del espectáculo. «Representa la esperanza y el amor, la alegría como el camino para la felicidad de la vida. Sonríes y sigues caminando», explica. Y por momentos parece que habla de ella misma.
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