La Invisible responde al último aviso del Ayuntamiento de Málaga con apoyo internacional y con una inauguración cultural. Con el desahucio estancado en el juzgado, el Consistorio abre un nuevo frente a través del Área de Comercio por la falta de licencias para el desarrollo ... de actividades y el uso del bar. Una maniobra que desde el colectivo tachan de «desalojo encubierto» y que se ha traducido en frecuentes visitas policiales al edificio y en un expediente de infracción por la celebración el pasado 15 de noviembre de un espectáculo circense en el patio. Pero avisan: «Vamos a seguir a pesar del hostigamiento y la amenaza».
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En una rueda de prensa junto a Charles Esche, director del Van Abbemuseum de Holanda, y frente a una enorme lona que exige la 'Cesión ya!!!', portavoces del colectivo y artistas denunciaron las «triquiñuelas» del Ayuntamiento. Recuerdan que desde 2015, cuando un crowdfunding permitió acometer reformas en el patio para cumplir con la normativa, se celebran de forma estable actividades públicas al aire libre. «Mandan a agentes a certificar algo que podrían certificar mirando en nuestra página web», declara Florencio Cabello, uno de los portavoces.
Reiteran la seguridad de este lugar y piden al Ayuntamiento que «no mienta con preocupaciones fantasmas» sobre el riesgo del edificio, un tema muy sensible tras la tragedia de Murcia que conmocionó al país. Para la abogada y miembro del colectivo, Amanda Romero, la prueba de que el peligro no es real está en que en el expediente de infracción «no alegan por escrito un problema de seguridad, no pueden hacerlo porque no lo hay». En ese documento solo se hace referencia a la «falta de licencia». Por eso, insisten, la orden dada a la policía es una forma de «conseguir lo que no logran por el juzgado». Cabe recordar que el pasado mes de mayo el juez frenó por segunda vez el desalojo solicitado por el Ayuntamiento a la espera de que se conozca el fallo de un procedimiento pendiente desde 2018.
El acuerdo entre ambas partes, a pesar del acercamiento de principios de año, se antoja complicado y cada uno sigue su camino de forma independiente. Mientras el Ayuntamiento está a punto de adjudicar la redacción del proyecto de rehabilitación (para el que se presentaron cinco candidatos), la Invisible avanza en su Proyecto de Arte Útil coordinado por Libia Castro y Ólafur Ólafsson, que convierte en una obra artística el proceso de reforma por fases y respetuosa con el histórico edificio. Mañana lo visibilizarán con una exposición multidisciplinar en diferentes estancias de la Casa con la presencia de Charles Esche, comisario, escritor y director desde hace casi 20 años de Van Abbemuseum de Holanda, una de las instituciones internacionales que ha expresado su apoyo al colectivo.
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Charles Esche, curador de la Bienal de São Paulo de 2014 y premio de cultura de la Fundación Princesa Margarita, hizo un convincente alegato en defensa de la Invisible durante la presentación. No solo en su nombre, sino en representación de L'Internationale, una confederación de museos de la que forman parte el Reina Sofía y el MACBA de Barcelona. «Es un proyecto respetado internacionalmente», afirmó. Aplaudió la existencia de un espacio que permite «a la ciudadanía respirar y tomar oxígeno» en la sociedad capitalista y abogó por el concepto de «enemigos amistosos»: el respeto a la diferencia de pensamiento del otro, «alguien con quien se quiere discutir pero no destruir». Esa es la esencia, mantuvo, de la democracia. «Que no se elimine por una pequeña infracción legal», añadió.
Para Esche, la Invisible representa «la posibilidad de coexistir» en la diferencia y aseguró que la rehabilitación que el colectivo plantea «es posible» con fondos internacionales, junto con el respaldo del Ayuntamiento. Para darlo a conocer, desde mañana a las 18.30 horas y hasta el 21 de enero se organizarán visitas guiadas (sábados y domingos, de 18.30 a 21.30, salvo los de las fiestas de Navidad) a la exposición, con un prototipo del forjado y una muestra de los murales originales que esconde la pared, característicos de una casa del XIX, y que se perderían si el inmueble se tira abajo.
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