La hibernación del CAC Málaga

El filósofo José Jiménez sospecha que no vamos al Museo del Louvre a ver la Gioconda; vamos al Louvre para comprobar que la Gioconda existe. Algo parecido debieron de pensar cientos de personas aquel viernes, 23 de mayo de 2014, con la cola de visitantes rozando el puente de la Misericordia, montando guardia para acceder al Centro de Arte Contemporáneo de Málaga (CAC Málaga) y así poder ver en persona a la mismísima Marina Abramovic. La artista serbia, estrella mundial más allá de su obra, presentaba su trabajo en el espacio municipal. No protagonizaba ninguna de sus míticas 'performances', aunque quizá la 'performance' fuera, en sí misma, aquella inauguración multitudinaria.

Aquella tarde, el CAC Málaga hacía cumbre en la escala de la popularidad con aquella exposición acariciada durante varios años y por fin convertida en realidad. El proyecto coincidía además con las esculturas monumentales de KAWS, uno de los autores más conocidos –sobre todo entre el público joven– y cotizados del momento. Poco antes, el centro había mostrado el trabajo de Bruce Nauman y poco después llegaría Maurizio Cattelan.

Todos ellos figuraban (y figuran) en puestos de honor en los estudios que analizan el escenario internacional de las artes visuales contemporáneas. De hecho, los propios gestores del CAC Málaga han empleado a menudo la posición de un artista en estos 'rankings' a la hora de poner en contexto su presencia en la programación de la institución municipal. Pero, de un tiempo a esta parte, ese argumento apenas se ha escuchado en el CAC Málaga, quizá porque la presencia en el centro de artistas referenciados en esos informes ha ido menguando de manera significativa.

Esta suerte de 'hibernación' del CAC Málaga es anterior a las imponentes dificultades que ha traído la crisis sanitaria mundial para organizar una exposición de gran formato con ambición internacional. De hecho, sólo el proyecto con el que la concesionaria del centro (Gestión Cultural y Comunicación) estrenaba su nuevo contrato, allá por octubre de 2020, ofrece en los últimos cinco años una exposición monográfica protagonizada por un autor incluido entre los cien artistas más destacados del mundo según Artfacts.

Era Sean Scully, autor del montaje 'Eleuthera', visto el año anterior en el Museo Albertina de Viena. Para encontrar la siguiente exposición individual de un artista en ese 'top 100' hay que remontarse hasta la primavera de 2016 con las imponentes instalaciones de Richard Long desplegadas por la sala principal del CAC Málaga.

La presencia en el CAC Málaga de autores incluidos en esos puestos destacados de algunos de los principales 'rankings' del sector ha pasado en los tiempos más recientes por la presentación de obras en vídeo, proyectadas en espacios menos ambiciosos del centro. Son los casos de la actual 'Politics of rehearsal', del belga Francis Alÿs, y del proyecto 'Sirens' a cargo de Nan Goldin, visto el verano pasado.

El primero ocupa en la actualidad el puesto número 20 y la segunda, el 54, en el 'ranking' elaborado por Artfacts. El propio CAC Málaga se ha referido en múltiples ocasiones a la presencia de autores en ese informe a la hora de presentar sus proyectos. Tanto es así, que en el balance realizado en 2018 para dar cuenta de sus primeros quince años de actividad, los responsables del centro destacaron entre sus logros: «Del TOP 100 de artistas internacionales de ArtFacts.Net ™, el CAC Málaga es el único centro de Málaga que ha expuesto (de forma individual o colectiva) a 43 artistas del mismo». En concreto, la mitad de esos 43 artistas del 'Top 100' formaron parte de exposiciones colectivas y no de proyectos individuales.

Artfacts elabora diversos informes sobre la pujanza de la obra de autores contemporáneos y divide sus resultados según varios criterios. A un primer listado general con los 100 más relevantes añade escalafones según el género del autor, si se trata colectivos artísticos o un 'ranking' específico para creadores vivos, hasta ampliar la relación más allá del centenar inicial.

Otro de los documentos más relevantes en el sector llega con los informes elaborados por Artprice. La plataforma, especializada en la cotización de los autores contemporáneos en las subastas celebradas en todo el mundo, realiza informes anuales desde hace años y en ellos toma el pulso a las tendencias en las preferencias de los coleccionistas.

Uno de sus estudios más recientes disecciona la evolución del mercado del arte durante las últimas dos décadas, a partir de las pujas organizadas entre el 1 de enero del año 2000 y el 30 de junio de 2020. El informe se centra en la venta de pinturas, esculturas, dibujos, fotografías, obras gráficas, vídeos e instalaciones realizados por autores nacidos a partir de 1945 y elabora un listado con los mil artistas más cotizados según esos parámetros.

Bajo el título 'Top 1.000 contemporary artists by auctions reveneu (2000-2020)', el informe incluye entre los artistas que han pasado en los últimos tiempos por el CAC Málaga a Philippe Pasqua (en el puesto 262) y a los mencionados Nan Goldin (272) y Sean Scully (34). Hay que remontarse hasta el primer trimestre de 2018 para encontrar al siguiente –Stephan Balkehol (185)– y hasta mediados de 2017 para llegar a la entrada con Peter Doig (7).

Esta escueta presencia contrasta con la notable densidad de autores incluidos en uno o los dos 'rankings' analizados que pasaron por el CAC Málaga en sus primeros años de funcionamiento, incluso durante su primera década de actividad (2003-2013). De las obras de Tony Cragg, Gerhard Richter o Louise Bourgeois que pudieron verse en el antiguo mercado en los primeros compases del centro de arte hasta las propuestas de Jonathan Monk, Erwin Wurm o William Kentridge que llegaron en la década posterior, pasando por Tracey Emin, Lawrence Weiner o Anish Kapoor.

Eran tiempos en los que el CAC Málaga rondaba, e incluso superaba, el medio millón de visitantes anuales y en los que sus gestores contaron con un presupuesto estable cercano a los tres millones de euros anuales. La procelosa tramitación del nuevo contrato provocó el cierre temporal a mediados del año pasado.

El nuevo concurso lo ganaba la misma concesionaria, con un contrato a cuatro años por 12,97 millones de euros. Tras el paréntesis, el centro reabría sus puertas a mediados de octubre de 2019 con Sean Scully. En los dos meses y medio que quedaban de 2019 –único dato facilitado por la concesionaria– pasaron por el CAC más visitantes (71.648) que durante todo 2020 (67.762), cuando el centro estuvo cerrado durante tres meses y sometido, como el resto, a las restricciones motivadas por la crisis sanitaria.

Lejos parecen quedar los datos, las imágenes, del CAC convertido en centro de peregrinación para amantes del arte y mitómanos, como aquella tarde del 23 de mayo de 2014 con sus salas llenas de curiosos que habían acudido hasta allí para ver a Marina Abramovic. Para comprobar, quizá, que Marina Abramovic de verdad existe.

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