El Hermitage de Ámsterdam, un espejo donde mirarse
Museos en Málaga ·
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La primera filial del museo fuera de Rusia mantiene un programa expositivo de alto nivel y protagoniza una exitosa campaña de microcenenazgoCasi todos los museos del mundo tuvieron que cerrar sus puertas ante la expansión del coronavirus, pero quizá sólo uno pueda presumir de haber pedido la colaboración de usuarios particulares y entidades privadas para sortear ese trance y haber recibido como respuesta casi un millón de euros procedente una campaña de micromecenazgo. Ese hito le corresponde al Hermitage de Ámsterdam, la primera filial del museo ruso fuera de su país de procedencia y un espejo más que sugerente en el que puede mirarse Málaga en la travesía hacia una posible llegada de la institución rusa a la ciudad.
Abierto en 2009, el Hermitage de Ámsterdam ha presentado hasta la fecha un potente programa de exposiciones temporales, que pivota entre los proyectos en torno al arte ruso histórico y las exhibiciones de grandes nombres de la vanguardia artística, sin olvidar a los iconos de la Historia del Arte. 'De Matisse a Malévich. Pioneros del arte moderno' (2010), 'Rubens, Van Dyck & Jordaens' (2012), 'Impresionismo: sensación e inspiración' (2013) o 'El mundo de El Greco, Ribera, Zurbarán, Velázquez, Murillo y Goya' (2016) han sido algunos de sus proyectos más destacados. Y todos ellos tienen un origen común: la impresionante colección del Museo Hermitage de San Petersburgo, cuyos fondos superan los tres millones de referencias desde las piezas arqueológicas hasta los grandes maestros del arte moderno.
De hecho, el Hermitage de Ámsterdam carece de una colección 'estable' y tampoco plantea montajes de larga estancia, como sucede en el Centre Pompidou Málaga o la Colección del Museo Ruso. El Pompidou de Málaga ha presentado tres grandes colecciones en Málaga desde su llegada en 2005, mientras que el Museo Ruso ofrece una exposición anual junto a montajes de permanencia más breve. El Hermitage de Ámsterdam se decanta por un modelo basado en las exposiciones temporales y sustentado por la iniciativa privada.
No en vano, la fundación que gestiona la delegación, Stichting Hermitage aan de Amstel, no recibe subvenciones de las administraciones holandesas ni del museo matriz en San Petersburgo, que mantiene extensiones en Kazan, Vyborg y Venecia.
Así, antes de que se desencadenara la crisis sanitaria, el Hermitage ofrecía una media de 400.000 visitantes al año, cuyo gasto en el museo representaba el 70% del presupuesto de la institución, según los detalles ofrecidos por la directora de la filial, Annabelle Birnie.
El otro 30% procedía de «otros medios como patrocinios y diversos proyectos», en palabras de Birnie, quien matizaba durante la presentación de la campaña de micromecenazgo que, a la postre, «todos los ingresos dependían más o menos de los visitantes». Esa dependencia llevaba a los responsables del museo a plantear un drástico plan de recortes, entre ellos, el despido de una cuarta parte de su plantilla.
Los responsables del museo holandés admiten que la campaña de mecenazgo ha sido crucial para que la institución remonte el vuelo. De partida, en el Hermitage de Ámsterdam preveían donaciones de 2.500 euros por parte de particulares y empresas, pero se encontraron con que recibían multitud de propuestas para realizar ingresos de entre 10 y 100 euros. Y así, la campaña ya ha superado las 10.000 aportaciones.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Ignacio Lillo | Málaga
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