Harding: el arte como piedra de toque
Centro Cultural Provincial ·
El escultor presenta en el Estudio de Ignacio del Río su obra reciente, inspirada en la filosofía oriental y fiel a su combinación de elementos naturales e industrialesCentro Cultural Provincial ·
El escultor presenta en el Estudio de Ignacio del Río su obra reciente, inspirada en la filosofía oriental y fiel a su combinación de elementos naturales e industrialesDurante una residencia artística en Corea coincidió con un creador taiwanés. Ambos se aficionaron a dialogar durante largas horas sobre arte y filosofía y el asunto fue derivando poco a poco hacia el taoísmo, la corriente de pensamiento oriental que predica la necesidad de vivir ... en armonía. «No soy religioso, pero me gusta esa filosofía de buscar el equilibrio con la naturaleza«, desliza Robert Harding entre sus esculturas reunidas en la exposición 'Shinto', recién inaugurada en el Estudio de Ignacio del Río y que supone su regreso a la cartelera expositiva de la capital malagueña una década después de la exposición que protagonizó en el Centro Cultural Provincial.
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La muestra ofrece media docena de creaciones fechadas este mismo año, en las que Harding sigue indagando en las posibilidades expresivas de la combinación entre elementos naturales e industriales. Y cobran aquí protagonismo las piedras recogidas por el artista en el territorio axárquico donde arribó hace más de cuatro décadas después de un largo periplo desde su Inglaterra natal hasta su paso por África y Oriente Medio. «Siempre he trabajado con la naturaleza y con nuestra ubicación en ella», ofrece Harding (Birmingham, 1951) delante de 'Shinto I', que brinda una piedra blanca de Maro sobre una peana de acero cortén.
Un mineral ofrecido a modo de ofrenda, un objeto inanimado en el que nadie posaría la mirada, hasta que Harding se fija en él para transformarlo en una pieza artística. «La piedra –comparte Harding– es el elemento más antiguo que podemos encontrar en la naturaleza. Me gusta pensar que millones de personas a lo largo de los siglos han pasado cerca de ella sin apenas darse cuenta de su presencia. Creo que en estas obras hay un conflicto, pero a la vez hay armonía en ellas«.
Una tensión emanada, por ejemplo, de las texturas rugosas de las piedras de Maro y Torrox enjauladas en lisas mallas de acero inoxidable, presentadas en las dos piezas tituladas 'Shinto wall'. «Aquí juego con la idea de posesión, con la noción de un elemento modesto que, una vez que está metido en la dinámica artística, aumenta su valor económico«, añade el artista, cuya obra 'de interior' convive con sus creaciones de gran formato para espacios públicos. No en vano, las esculturas de Harding forman parte del paisaje cotidiano de ciudades como Seúl (Corea), Lichtenstein (Alemania), Villa Carlos Paz (Argentina) o Svalöv (Suecia).
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Un viaje de ida y vuelta del paisaje a la galería, de la naturaleza al taller, abordado por la profesora de la Universidad de Málaga (UMA), Carmen Cortés en el texto que acompaña a la exposición, programada hasta el último fin de semana de este mes: «Encaramado en su particular atalaya, en lo alto de las colinas que dominan los valles de una espectacular belleza natural, con el mar titilando en la lejanía, Robert Harding crea objetos fascinantes, asombrosas esculturas férreas o hermosas retículas pulidas que contienen la pétrea e informe alma del suelo». Así que en la sala del Soho esperan los pedestales verticales en aluminio plateado que soportan, por ejemplo, la negra pieza de Alnif traída por Harding desde este rincón de Marruecos.
Y de nuevo el contraste entre los acabados del metal y el mineral, las texturas casi opuestas, sobre las que también reflexiona la profesora y artista Isabel Garnelo: «Uno nunca podría decir ¡qué hermosa escultura sobre este pedestal de acero o de aluminio!, pues la piedra nos recuerda su pertinaz vinculación con algún paisaje, precisamente aumentada esta procedencia por el contraste con el material que la presenta y la expone. Este sí, claramente escultórico, formulado, obligado a entrar en su verticalidad regular».
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«La pieza no se ve hasta que se presenta –abrocha Harding– y con este juego hablo sobre las cosas que tienen mucho valor y que a menudo no apreciamos hasta que algo o alguien nos las presenta de otro modo«. Piedras aquí rodeando la escultura que preside el espacio expositivo del Estudio de Ignacio del Río: la imponente y a la vez delicada escultura titulada 'Zig zag' (2020). »Aunque no lo parezca, en realidad es una obra figurativa«, desliza Harding sobre la obra que detiene el paseo de más de un viandante por la calle San Lorenzo. Mejor entren, conviene verla de cerca.
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