Se anuncia el terral en la ciudad como una amenaza que no por sabida deja de amedrentar un poco el ánimo a la hora de poner el pie en la calle. Claro que siempre hay lugares donde impera el fresquito en medio de la canícula. Ahí están los museos. Alguno, incluso, recomienda a sus visitantes echar una rebequita en verano para combatir el contraste térmico entre el exterior y en el interior de las salas, acondicionadas para mantener la conservación de las obras de arte.
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Este verano tiene entre sus novedades la apertura del Museo de Málaga por las tardes (salvo el domingo), después del primer estío de la institución con el horario reducido. Además, la Aduana estrena cafetería y restaurante con unas imponentes vistas de la ciudad y anuncia visitas guiadas gratuitas algunos sábados de julio y agosto. Buenas excusas para darse una vuelta por el palacio de la Aduana, que ofrece algunas piezas que conviene no perderse.
'La Dama de la Aduana'. Anónima. Siglo II.
La gran escultura de mármol recibe a los visitantes a la entrada del edificio. Fue descubierta a finales del siglo XVIII durante los trabajos de construcción del palacio.
Almacén visitable. Restos arqueológicos, enseres y mobiliario
La Aduana muestra algo más del 15% de su colección y algunas obras singulares que no forman parte de su discurso pueden verse en este espacio. Maquetas para la construcción de la Catedral de Málaga, el hipogeo fenicio hallado en la calle Mármoles, una vajilla decorada por Manuel Barbadillo y algunas de las piezas arqueológicas atesoradas por el Marqués de Salamanca figuran entre las curiosidades más destacadas.
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'Dolorosa'. Pedro de Mena. Hacia 1676-1680.
Obras señera del escultor del Barroco. Las Dolorosas constituyen uno de los asuntos cruciales de su producción, donde domina la temática religiosa.
'¡... Y tenía corazón!' / 'Anatomía del corazón'. Enrique Simonet y Lombardo. 1890.
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Quizá la pieza más popular del museo. El cuadro representa el momento en el que un forense extrae el corazón durante la autopsia a una joven fallecida. Como curiosidad, el bodegón que forman las botellas de formol de distintos colores rompe la monotonía cromática del lienzo.
'El milagro de Santa Casilda'. José Nogales. 1892. Óleo sobre lienzo.
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La obra cumbre de José Nogales fue adquirido en un anticuario de Oviedo y restaurado en el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico. Representa el momento en el que los panes que Santa Casilda llevaba a los presos se convierten en flores, evitando así las represalias de su padre, el rey musulmán de Toledo Al-Mamún.
'Cabeza de mosquetero'. Pablo Ruiz Picasso. 1968.
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Picasso también está en la Aduana. La obra forma parte de las reinterpretaciones que Picasso realizó de autores del Barroco y enlaza con sus versiones de 'Las Meninas' de Velázquez. La forma trapezoidal de la lámina de contrachapado sobre la que pinta Picasso hace pensar que el artista pudo, como en otras ocasiones, reciclar elementos de su mobiliario para realizar la obra.
'Kanexa'. Manuel Barbadillo. 1968-1978. Acrílico sobre lienzo.
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Las características composiciones modulares de Manuel Barbadillo destacan en la sala del museo dedicada a los autores de la llamada 'Generación del 50'. 'Kanexa' ilustra el afán investigador de Barbadillo, que partiendo de la abstracción geométrica fue uno de los primeros artistas en indagar las posibilidades creativas de las aplicaciones informáticas.
Las matronas sedentes. Siglo II. Mármol de Mijas. Colección Loringiana.
En el rellano de las escaleras interiores espera el conjunto arqueológico más imponente del museo. Ofrece un singular grupo de esculturas monumentales elaboradas con mármol de Mijas en el siglo II d. C. Dos de ellas representan a las diosas Ceres y Juno.
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Tumba del Guerrero. Siglo VI a. C.
El primer enterramiento de la Península Ibérica donde se ha encontrado un individuo con el ajuar y la indumentaria de un guerrero griego. Entre esos elementos destaca un caso decorado, un fragmento de un escudo, un anillo de oro con el motivo de Sekmet (diosa de la guerra) y una lanza.
'El nacimiento de Venus'. Mosaico romano. Siglo II.
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En la calle González Marín de Cártama apareció, allá por 1956, este impresionante mosaico romano que ocupa 38 metros cuadrados. La pieza se desenterró en 46 fragmentos que han sido restaurados y unidos para su exposición en el palacio de la Aduana. En el centro destaca una representación de Afrodita, con larga cabellera y sobre una gran concha.
Ataifor de la Nao. Siglo XIV. Loza dorada y pintada.
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Rareza dentro de la cerámica andalusí, este afaifor (plato hondo) presenta una escena figurativa con un barco, algo también muy poco frecuente en el arte hispano-musulmán. La obra procede de la Alcazaba de Málaga y está situada en el tramo final de la sección de Arqueología del museo.
La terraza del restaurante
La Aduana ofrece desde principios de mayo sus esperados servicios de cafetería y restaurante. La primera está en la planta baja y la segunda, en el último piso y esta última ofrece como aliciente añadido una terraza con unas vistas inéditas de la ciudad.
Fechas: sábados 28 de julio, así como el 4, 11 y 25 de agosto.
Horario: de 12.00 a 13.30 horas.
Público destinatario: Público general.
Acceso: gratuito, con aforo limitado a 30 personas. La inscripción se realizará en la recepción del museo la mañana de cada visita.
Del 1 de julio al 31 de agosto
Martes a sábado y festivos de 9.00 a 21.00 horas; domingos y festivos de 9.00 a 15.00 horas. El museo abre todos los festivos, incluido los locales y los lunes víspera de festivo (horario de festivo). Lunes cerrado.
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