Óscar Plaza: «La gran mentira del antitaurino es no querer ver la realidad de la tauromaquia»
director de la Escuela Taurina Provincial de málaga ·
El gerente de ESTAUMA analiza la labor de la escuela y la situación del toreodirector de la Escuela Taurina Provincial de málaga ·
El gerente de ESTAUMA analiza la labor de la escuela y la situación del toreoNacido en Málaga en 1977, la afición taurina de Óscar Plaza le llevó a intentar ser matador de toros, pero no lo consiguió. Desde 2004, este empleado de una aseguradora está al frente de la Escuela Taurina Provincial de Málaga a través de su empresa ... ESTAUMA y con un equipo donde cuenta con el matador de toros retirado Fernando Cámara, el banderillero José Antonio Trujillo y el preparador físico Rafael Moreno. Una academia dónde no sólo se forma técnica y teóricamente a los alumnos, sino que es una escuela de valores y de vida.
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–¿Cómo se aficionó a los toros?
–Mi padre siempre ha sido aficionado, trabajaba en la Gran Peña, en la plaza de toros, y me venía con él. Al principio no me entusiasmaba mucho, pero con el tiempo sí me fue gustando, ya venía sólo y me fue picando la afición.
–Hasta que quiso ser torero.
–Sí. Estuve en la escuela taurina desde 1992 a 1998.
–¿Toreó de luces en La Malagueta?
–No. Lo hice en Marbella.
–¿Por qué lo dejó?
–Un poco aburrido. No me gusta comparar pero quizás no había las mismas oportunidades que a lo mejor tienen los chavales ahora ni las condiciones eran las mismas. Llegó un momento en que piensas que tienes que hacer otras cosas en la vida porque no puedes estar toda la vida perdiendo el tiempo. Así que decidí apartarme. Estuve casi dos años sin ir a los toros. Luego pensé que con la verdadera afición que tenía y con mi trabajo podía ayudar a otros chavales a ser lo que yo no había podido conseguir.
–¿Qué le llevó a presentarse para gestionar la Escuela Taurina?
–Intentar hacer con los chavales lo que no hicieron conmigo. Esa fue mi principal motivación. En mi época hubo falta de oportunidades y yo quería que los chavales que querían ser toreros y se esforzaran, de la mano de un trabajo serio pudieran intentarlo.
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–En 2004 asumió la gestión de la escuela.
–Sí. Yo llevaba trabajando dos años, en que me reuní con escuelas de toda España como Valencia, Madrid, Sevilla, Jerez, … para informarme de cómo funcionaba una escuela. Con ese aprendizaje cogí las bases para construir un proyecto. Un proyecto que presenté a la Diputación, que en ese momento tenía en mente hacer una escuela taurina. Convocaron un concurso, me presenté y gané.
–Como responsable de la escuela taurina, ¿cuál es su mayor satisfacción, de qué se siente más orgulloso?
–De lo que hago porque hago lo que me gusta e intento que nadie se desvíe del camino que emprendí hace 17 años. Llevamos una línea recta desde el primer momento y de eso estoy orgulloso.
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–Desde 2004, ¿cuántos jóvenes han podido pasar por la misma?
–Alrededor de unos 150 chavales.
–¿Qué siente cuando un alumno suyo toma la alternativa?
–La verdad es que mucha alegría. Cuando ves llegar a chavales que no saben ni coger un capote y luego llegan a tomar la alternativa... es una alegría. Yo he estado en la alternativa de los tres matadores que han salido de la escuela, Saúl Jiménez Fortes, Joaquín Galdós y Fernando Rey, y ese día para mí es un muy especial porque es el culmen de un chiquillo que tú has visto desde que empieza.
–Entiendo que se crean vínculos de amistad.
–Sí. Por ejemplo con Galdós y Rey tengo bastante amistad y hablamos asiduamente. Con Fortes tengo buena relación pero no es la misma que tengo con Joaquín Galdós y Fernando Rey. Eso depende de la personas.
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–¿Tiene calculado cuántos kilómetros ha podido hacer acudiendo a festejos, tientas,...?
–No, no. He hecho la cuenta del tiempo que he dejado de dedicarle a mis dos hijos que es mucho.
–Hay voces que critican a las escuelas porque dicen que forma profesionales muy uniformes.
–Yo soy un defensor de que hay que enseñar a los chavales lo que quieren. Igual que cuando vas al colegio les enseñan las Matemáticas, Lengua,... pues si un chaval quiere ser torero, alguien le tiene que enseñar. ¿Qué no le guste a alguien las escuelas taurinas tal y como están estructuradas? Pues bueno, es una opinión. Pero a lo mejor no tiene todo el mundo la suerte de tener un profesor privado, ¿Qué los chavales se parecen todos? Pues no estoy de acuerdo porque los chavales no se parecen todos. De los tres toreros que hemos dicho, Fortes, Galdós y Rey, que me diga alguien si se parecen alguno.
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–¿Las instituciones públicas apoyan los toros lo que deben?
–Nunca es suficiente. Hay un vacío ahí que son las novilladas con caballos. Hay chavales que en las escuelas van encauzados, que agradan al público, que torean muy bien y le ves cualidades para triunfar y luego debutan con picadores y la gran mayoría de ellos se quedan parados por la falta de oportunidades al no haber novilladas con picadores. Es verdad que se destina un dinero importante para las escuelas pero luego si no hay esa continuidad muchas veces da la sensación de que es un dinero tirado. Hay un vacío en las novilladas con caballos que es donde se debería apoyar más. Esa labor que está haciendo la Fundación del Toro de Lidia con el Circuito de Novilladas picadas es algo que debería ser más permanente.
–¿Cómo contrarresta los argumentos de un antitaurino?
–Mi propia hermana es antitaurina. La gran mentira del antitaurino es no querer ver la realidad de la tauromaquia. He llegado a la conclusión de que sólo se centran en cómo muere el animal, y no miran cómo vive el animal. El toro está en el campo con una vida placentera y luego muere como un rey porque muere luchando. El dolor del animal, personalmente, no creo que esté en la plaza, sino en el transporte. El toro no es un perrito que tú lo metes en tú casa, sino que es un animal criado exclusivamente para su lidia.
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–Usted trabaja en el mundo de los seguros, ¿cuánto costaría asegurar a un profesional taurino?
–(Risas) La verdad es que en el mundo de las aseguradoras no ven con buenos ojos el tema taurino. Cuesta mucho que te hagan un seguro para los chavales. La vida no tiene precio.
–¿Su torero?
–José Tomás. Es lo mejor que he visto en mi vida. Las pasiones que me transmite José Tomás no me las ha transmitido nadie.
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