Cristina García Rodero desplegó su maestría en el Aula de Cultura de SUR. Migue Fernández

Cristina García Rodero, la fotógrafa de culto que revoluciona Málaga: «He trabajado como una mula»

La artista da una lección de vida y profesión en el Aula de Cultura de SUR y hoy protagonizará la Noche de los Libros

Viernes, 27 de septiembre 2024, 00:21

A los fotógrafos es difícil verlos sobre el escenario. Prefieren parapetarse tras la cámara y, cuando les toca hablar o asumir al protagonismo, se buscan mil excusas o han desaparecido. No es el caso de Cristina García Rodero (Puertollano, 1949). Ayer no hizo falta ni que la presentaran porque ya estaba allí ella para contar su vida y milagros como reportera y artista en primera persona. Desde la cámara que le regalaron los Reyes Magos al Premio Nacional de Fotografía, pasando por aquella beca de la Fundación March que le cambiaría la vida con 23 años. Dotada de una mirada única para retratar su tiempo y de un espíritu ferozmente independiente, la manchega revolucionó ayer el Aula de Cultura de SUR, que se llenó para ver y escuchar a esta maestra de la imagen que despachó su kilométrico currículum de reconocimientos y distinciones de un plumazo: «¿Sabéis qué premio me hace más ilusión? El del Mérito al Trabajo, porque siempre he trabajado como una mula».

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Con desparpajo, complicidad y simpatía, García Rodero aprovechó que le habían «dado cuerda» para conquistar al público que abarrotó el acto organizado junto a Fundación Unicaja y Cervezas Victoria en el salón de actos de la entidad bancaria de Plaza de la Marina. Allí le esperaba una cola de personas y aficionados a la fotografía que daban la vuelta a la manzana y a los que no defraudó. La excusa era la presentación de la reedición de 'España oculta', el libro que publicó en 1989 y que llevaba décadas agotado. Hasta 800 euros se han pagado en el mercado de segunda mano por aquella primera edición. Por mucho menos se lo llevaron ayer los asistentes, revisado y firmado por la propia García Rodero, que compartió con los presentes su amor por la instantánea: «La fotografía es tan hermosa, que sirve para todo».

La fotógrafa mantuvo una animada charla con el periodista Alberto Gómez. Migue Fernández

La primera firma española en unirse a la agencia Magnum compartió con el periodista y codirector del Aula SUR, Alberto Gómez, una animada conversación en la que confesó que nunca fue a una clase de fotografía y que su formación fue autodidacta y aprendiendo de otros. Aunque muchos se resistían a compartir sus conocimientos. «Los fotógrafos profesionales de entonces creían que, si te enseñaban, le ibas a quitar su medio de vida, pero todo lo que fotografió esa generación desde los 50 fue de gran ayuda para los que vinimos detrás», reconoció Cristina García Rodero, que acabó dando clases en las universidad durante dos décadas. «Fui profesora de fotografía, ¡qué cosas!, yo que nunca recibí una clase», exclamó con franqueza agitada con guasa.

La epifanía de una fotógrafa

Con esa maestría de la edad, la profesora también dio su receta para lanzarse al mundo de la imagen –«ponte a trabajar y surgirán las ideas, eso es lo más bonito»–, recomendó «aprender de los errores» y no escondió que este fantástico oficio tiene también su cara oculta. «El estrés, hay que ser más rápida que el viento, tanto mentalmente como técnicamente porque las cosas pasan en un segundo», aseguró García Rodero que añadió que lo digital ahora ha simplificado algo la profesión ya que décadas atrás «tenía que ir cargado la película de la cámara mientras caminaba».

«Fui profesora de fotografía, ¡qué cosas!, yo que nunca recibí una clase», afirmó con ironía la artista y reportera

Su particular epifanía con la imagen le llegó con aquella beca de 180.000 pesetas que la convirtió en «la reina del mambo para comprarme cámaras buenas». Y con ellas al cuello llegó a un lugar de la Mancha de cuyo nombre se acordaba perfectamente, Almonacid del Marquesado, y encontró a los diablos dentro de la iglesia y haciendo sonar sus cencerros delante del santo. «Entonces fue cuando pensé: que los paisajes los hagan otros, me quedo con las fiestas que son un tesoro que tenemos y que desconocemos», relató Cristina García Rodero, que desde entonces se dedicó a filmar peregrinaciones, procesiones, danzas, ritos que culminaron en 1989 con aquel libro 'España oculta' que, como anoche en Málaga, revolucionó la fotografía en España y situó a esta autora como una de las reporteras y artistas imprescindibles de nuestro país.

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El público abarrotó la sala de Unicaja para escuchar a la fotógrafa. Migue Fernández

Una mirada única que después ha atrapado tradiciones tan dispares, como las de Haití, la India o Grecia. Precisamente, una de sus imágenes en el país heleno se cuela en un primer plano en la última película de su vecino manchego Pedro Almodóvar, 'La habitación de al lado', reciente ganadora del León de Oro en el Festival de Venecia. Una imagen impactante de mujeres de negro llorando un Sábado Santo. «La emoción es el motor que me hace disparar y, el día que no sienta nada, dejaré la fotografía, pero creo que la artrosis me va a venir antes de que me aburra», ha espetado con ironía sobre sus 74 años.

Infancia en Pedregalejo

Esa emotividad se pudo palpar en la proyección con las imágenes de 'España oculta' que acompañó la charla. Un catálogo de imágenes únicas que buscan y explotan el contraste y pellizcan la mirada retratando la diversión, la devoción, el jolgorio, la fe, la liturgia, la crueldad, la violencia, la inocencia, la estética, la irreverencia, la tradición, el juego, la crítica, la soledad, lo grotesco, la cotidianeidad, el impacto, el drama y, en definitiva, la vida y la muerte, y viceversa. Una colección de leyenda que se puede ver desde hoy mismo en formato exposición en el Centro Cultural La Malagueta, donde hoy Cristina García Rodero también participa en una nueva charla (18,30 horas), en la celebración de la noche de los libros, Málaga 451.

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No acaba ahí el periplo malagueño de estos días de García Rodero que también estará mañana, sábado, en el cine Albéniz (18 horas) para asistir a la proyección y posterior coloquio del documental 'La mirada oculta', que se adentra en el mecanismo creativo de una mujer que fue la primera en capturar de forma sistemática las fiestas de nuestro país, tanto religiosas como paganas, dedicándoles 15 años de su vida. Un material que la propia García Rodero ha querido republicar en su versión libro mediante una autoedición que lleva el nombre de la editorial Elviria, creada para la ocasión y que homenajea la huella malagueña de la propia fotógrafa.

«Mi familia empezó a venir a Málaga, cuando mi abuelo alquilo un chalet en Pedregalejo para que vinieran sus nietos e hijos y después todos mis hermanos hemos tenido una casa aquí, aunque yo no voy mucho, pero espero algún día disfrutarla», reveló la artista, que tiene una propiedad en la urbanización marbellí de Elviria, como indica también su denominación editorial. Un libro, 'España oculta', que es una biblia de la fotografía para muchos y que provocó que García Rodero acabara ayer en una mesa en la calle firmando libros pasadas las diez de la noche. Y derrochando esa cercanía, espontaneidad y maestría que la han convertido en una infatigable artista. De las que es capaz de estar hasta las tantas. Trabajando o firmando.

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