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Cuando era pequeña, solía decir que quería ser escritora. Iban sus amigas a casa y jugaban a escribir una obra de teatro y a representarla. Luego llegaron la edad adulta, la universidad, una carrera estudiada sin demasiada vocación, los viajes. Y de repente, la enfermedad. ... La muerte. Se despertó entonces aquella voz dormida y Gabriela Ybarra empezó a componer 'El comensal' (Caballo de Troya), la novela donde aborda la muerte de su madre por enfermedad y el asesinato de su abuelo a manos de ETA.
"Es sano reconocer el dolor y encontrarle un sentido", compartía ayer Ybarra (Bilbao, 1983) en el ciclo 'Un café cargado de lecturas', organizado por el Aula de Cultura de SUR y el Centro Cultural de la Generación del 27 con el patrocinio de la Obra Social La Caixa. Escrito en 2015, 'El comensal' se convirtió pronto en un fenómeno editorial saludado con entusiasmo tanto por el público, como por la crítica, hasta llegar a ser finalista del prestigioso Man Booker Prize.
"Empecé este libro sin saber muy bien lo que estaba haciendo, en la primavera de 2012 en Nueva York, tras la muerte de mi madre en el otoño de 2011", ofrecía Ybarra sobre la experiencia catártica de elaborar 'El comensal', que parte de experiencias muy íntimas. "Todos los libros que escribo los concibo como una investigación sobre mi vida, sobre mi familia y sobre lo que me rodea. Parte de una pregunta y voy descubriendo algo sobre mí a medida que voy escribiendo", continuaba Ybarra en el coloquio con los lectores organizado en el Hotel Molina Lario de la capital.
"Me interesa contar desde lo íntimo, desde lo cotidiano. Mi intención nunca fue hacer la gran novela sobre el terrorismo", abrochó Ybarra sobre el libro que entrelaza la prematura muerte de su madre con el asesinato de su abuelo por parte de los terroristas.
"Para nosotros, la muerte de mi madre es un cambio de paradigma, porque por primera vez en nuestra historia familiar podemos compartir un dolor. Fue algo casi balsámico", aportaba la escritora al hilo de ese proceso del que da cuenta 'El comensal'. Una obra que, para el director del Centro del 27, José Antonio Mesa Toré, "aunque está hecha desde el intimismo, tiene mucho que ver con la sociedad de nuestro país".
Elogió Mesa Toré el "magnífico tono mesurado" de 'El comensal', glosada por el director del Aula de Cultura de SUR, Pablo Aranda, como una novela que, "aunque trate de la muerte, tiene mucha vida". La vida entrelazada con el dolor y el silencio, a través de las historias cruzadas de la madre y el abuelo.
El primer drama, vivido en carne propia y el segundo, reconstruido a partir del proceso de escritura de 'El comensal'. Y entre una ausencia y otra, la figura del padre de Gabriela Ybarra, reticente primero a la publicación de la novela y compañero al cabo en ese viaje desde la muerte hasta la vida.
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