La fuerza del destino en el Auditorio Príncipe

Allí les recibió el 'Pasacalles pixueto' que dirigía 'Guti' al mando de 87 músicos de la Banda de Gaitas Ciudad de Oviedo frente a las autoridades, también perfectamente alineadas: el presidente del Principado, Adrián Barbón;el de la Junta General, Marcelino Marcos Líndez;la delegada del Gobierno en Asturias, Delia Losa, y el alcalde de la ciudad, Alfredo Canteli.

Y, tras las vallas, alrededor de dos centenares de personas que aguantaron a pie firme para dedicarles encendidos piropos. «¡Letizia, guapísima!», gritó alguien. Ylo cierto es que no podía estarlo más con un dos piezas firmado por The 2nd Skin en el que destaca un top con escote palabra de honor rosa palo rematado con plumas de avestruz en la parte superior y cintura marcada por un lazo a modo de cinturón combinado con un sencillo pantalón negro.

Dentro esperaban a Sus Majestades los galardonados de esta edición de los Princesa –la leyenda del teatro Peter Brook y la bióloga Joanne Chory, con dificultades de movilidad, fueron los primeros en llegar, pasadas las seis y media– y representantes de la sociedad asturiana en pleno:dela Universidad a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. De la Iglesia a los medios de comunicación.

Del ámbito judicial llegaron la fiscal superior, Esther Fernández, y el presidente del TSJA, Ignacio Vidau. De la empresa, Belarmino Feito (Fade), Pedro Luis Fernández (GAM), Jacobo Cosmen (Alsa) o César Menéndez Claverol (Cajastur). Y, de la política, hubo quien ejerció liderazgo (Teresa Mallada o Laura Pérez Macho) y quien aprovechó para hacerse una nutrida foto de familia, como la consejera Berta Piñán, que posó en grupo con la secretaria de Organización de la FSA, Gimena Llamedo, y la alcaldesa de Gijón, Ana González.

Ni siquiera las monjas del colegio de las Dominicas, apostadas en las ventanas, querían perderse el preludio del XXVIII Concierto de los Premios, donde unos y otros guardaron cola religiosamente para ser recibidos por la directora de la Fundación, Teresa Sanjurjo, que repartió saludos y besos como la perfecta anfitriona que siempre demuestra ser, y su presidente, Luis Fernández-Vega. Así que, cuando don Felipe y doña Letizia accedieron al abarrotado Auditorio para presidir el recital, el público los acogió puesto en pie con una ovación especialmente calurosa y prolongada que precedió al 'Himno nacional' y a un programa de ópera y zarzuela interpretado por la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias y el Coro de la Fundación bajo la dirección de Cristóbal Soler que contó con el barítono malagueño Carlos Álvarez como voz solista.

Era el vigésimo octavo recital con motivo de los premios, y, por primera vez, incluyó una zarzuela en el repertorio con célebres páginas de 'Doña Francisquita', 'Don Manolito', 'La rosa del azafrán', 'Los sobrinos del Capitán Grant', 'Luisa Fernanda'. Eso fue en la segunda parte. En la primera, Carlos Álvarez afrontó con su habitual entrega piezas de ópera que domina a la perfección como gran especialista en el catálogo verdiano ('La forza del destino', 'Nabucco', 'Il Trovatore') y con fragmentos del 'Andrea Chenier' de Giordano. La nota contemporánea la dio la balada para barítono, violín y orquesta de cuerda 'Carta de Don Quijote a Dulcinea', del compositor Miquel Ortega. Once piezas con marcado sabor español que, sin embargo, arrancaron con la obertura de 'La forza del destino'. Fuera, alguien se preguntaba «qué estarían haciendo» entre tanto doña Leonor y su hermana Sofía.