Fototerapia para vencer la frustración de no ser madre

«Es una experiencia personal, algo autorreferencial que incluye el autorretrato. Todo esto va sobre cómo mi proceso vital de querer ser madre junto con mi pareja lo completo acompañándolo con la fotografía cuando empiezo a descubrir la frustración de no conseguirlo», detalla la artista malagueña a SUR durante un paseo por la muestra en Gravura. Un recorrido que empieza por «la rabia» y acaba en aceptar que es algo que no depende «de un esfuerzo ni de poner todo el empeño». La misma artista visual lo define como «una meditación» para sintonizar con los ritmos de su propio cuerpo y la naturaleza.

Una naturaleza que ha querido reflejar también en los procesos de la exposición, comisariada por Marian Martín y construida con una adaptación de las imágenes al formato del grabado: «Además, quería que el alegato que hago a la naturaleza estuviera también reflejado en el papel, que es de fibras naturales», apostilla Elena Pedrosa. En 'Grávida', la artista no sólo ha experimentado con su propio autocuidado y el proceso de maternidad, también lo ha hecho con el arte mezclando técnicas de fotografía digital y pintura, como se puede ver en la obra inicial de la exposición.

Desde esa primera pieza Elena Pedrosa comienza a sincerarse sobre el proceso: «Empecé a recopilar ecografías de amigas y mueres que eran un modelo para mí en cuanto al tipo de maternidad, pero me di cuenta de que ese no era el camino que yo quería seguir. No quería inspeccionar mi cuerpo ni hacerme pruebas, tomar medicaciones ni nada de ese estilo; estuvimos investigando en métodos de fertilidad natural y estuve trabajando con la acupuntura, pero tenía que estar continuamente inspeccionando mi cuerpo. Eso me agobiaba», confiesa la artista.

Y llegó la frustración. «Siempre he sido una mujer que ha conseguido lo que se proponía: las dos carreras, el doctorado, la plaza fija, mi piso... Todo con mucho esfuerzo pero, sin embargo, no conseguía ser madre por más que me esforzara en ello», detalla Elena Pedrosa. Ahí es cuando aparece la fototerapia como cura. «De esa forma conseguí exteriorizarlo y darme cuenta de que soy capaz de analizar lo que estoy pasando y pensar sobre ello».

En el final de la exposición, como conclusión de su relato de búsqueda de la maternidad, una pieza de videoarte que hace la simbiosis perfecta de lo que Elena Pedrosa sentía. «Me compré un geranio y vi que se le caían las hojas y que, a pesar de cuidarla y regarla, al final se me acababa muriendo. Y ahí es donde termino de darme cuenta de que la maternidad es eso, que por mucho esfuerzo que yo le ponga no es algo que dependa de mí... La vida fluye», profundiza Pedrosa en su discurso.

Fue con la fototerapia –y con la ayuda de los suyos– como Elena Pedrosa consiguió vencer a esa frustración de querer ser madre y no conseguirlo. «Ahora no sigo intentándolo a toda costa, no tengo que ser madre sí o sí, ese es el aprendizaje», expone la artista. Un proceso y un recorrido que ha sabido reflejar en estas fotografías que llenan la sala de exposiciones de Gravura y que pretende dar luz a «un tema tabú que muchas veces viven las mujeres en silencio o que directamente buscan medicalizar sin compartirlo».

Por eso mismo el significado de 'Grávida' no es una casualidad para el título de esta exposición. Es porque ahora Elena Pedrosa sabe que «estamos plenas y llenas de cosas también sin ser madres».