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claudia san martín
Domingo, 16 de mayo 2021, 00:31
Años de viaje por todo el mundo, de inmersión en comunidades totalmente desconocidas para el ojo global y de realidades aún por descubrir le han ... llevado a ser el fotógrafo del tiempo detenido. Prashant Rana (1985) dejó su país natal, India, hace más años de los que recuerda. Su búsqueda de nuevas historias, que cuenta a través de sus disparos, consiguieron que le fuese muy sencillo hacer del mundo su hogar, incluso aquellos lugares más hostiles para el visitante.
En India se formó en Geografía en la Universidad de Nueva Delhi, después viajó a Suecia para estudiar fotoperiodismo y ahora, en Málaga, exhibe su creatividad en un doctorado sobre periodismo que le está abriendo más puertas de las que pensaba. SUR le conoce a través del 'Maratón Fotográfico Fernando González', participando acompañado del grupo de fotografía que ha formado en la ciudad; más que compañeros de pasión, ya amigos que salen cada fin de semana para arrebatar, a través de un juego de cartas que el mismo Prashant inventó, el halo misterioso, muchas veces concurrido, de cada esquina de Málaga.
Cuando este fotógrafo hace un repaso por su trayectoria, deja a cualquiera boquiabierto al escuchar la historia de Kirtimai, un lugar muy pequeño y escondido de Lituania donde convivió durante tres meses con una comunidad de gitanos; o su exploración en el bosque Sundarbans, en Bangladesh, donde más de 400 tigres salvajes conviven con los humanos: «Las personas que viven allí saben que son el alimento del tigre, y para ellos si este animal mata a un hombre es algo normal y lo aceptan como parte de la naturaleza», relata.
El proyecto de Lituania fue para este fotógrafo experto un golpe brusco de realidad. Cuenta que al pasar tantos días en su comunidad, le repercutió en demasía ver cómo «al vivir tan lejos de la sociedad a los niños les afectaban no tener educación y todas las injusticias del día a día». Explica que carecen de luz y agua potable, así que la escolarización de los pequeños del pueblo no se plantea. En ese mismo país visitó también la ciudad de Visaginas, donde su planta nuclear era hasta 2009 la actividad laboral de todas las familias de la zona. Sobre todo ello: pobreza, exclusión, rareza, realidad, pero también alegría, Rana ha estado preparando extensos proyectos de los que ahora puede presumir con orgullo: «Me gusta hacer trabajos largos, no sólo como fotos de prensa que se olvidan al momento; prefiero hacer investigaciones más profundas y buscar las raíces, por qué ocurre eso y cómo puedo conectar yo con esa parte del mundo», explica.
En su Instagram, @prashantrana_official, hace gala de esa sinceridad fotográfica tan característica y con alma, pero también de las instantáneas que toma con su grupo de amigos, colegas de profesión y aficionados a un universo apasionante al que hay que mirar con ojos de admiración. Actualmente, la heladería 'Canela en Rama' de Huelin alberga su nueva muestra, 'Visions', que comparte con nueve compañeros más de su grupo y que invita a adentrarse en un paseo por Málaga con mucha sensibilidad y carisma, un vaivén de imágenes en movimiento que se petrifican en el momento perfecto.
A pesar de que sus trabajos han pasado por salas de exposiciones de países como Suecia, Reino Unido, India, Lituania y ahora España, Rana ha hecho de Málaga su hogar por un tiempo ilimitado, aunque este cosmopolita no descarta dejarse guiar allí donde la fotografía le lleve disparado.
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