Irenka Gyenes, en el centro Apertura, donde se ha inaugurado la exposición de fotos de su padre sobre Picasso. Francis Silva
50 aniversario muerte pintor

La foto de la Plaza de la Merced con la que Juan Gyenes emocionó a Picasso

Irenka Gyenes, hija del fotógrafo, recuerda la amistad de su padre con el pintor en la exposición de imágenes del malagueño en el centro Apertura

Lunes, 17 de abril 2023, 00:26

La foto de Antonio el Bailarín entregando vino de Málaga a un radiante Pablo Picasso por su 80 cumpleaños es ya parte de esos contados iconos que vinculan al artista con sus orígenes. Pero aquel regalo sureño no fue el único que recibió el pintor. ... El mismo fotógrafo que lo inmortalizó con la garrafa del oloroso caldo en aquel octubre picassiano de 1961, Juan Gyenes, también le llevó un inesperado obsequio que el artista tampoco esperaba y que le llegó a lo más profundo de su memoria: una foto de su casa natal en la plaza de la Merced que «emocionó» al artista, como cuenta Irenka Gyenes junto a esa misma instantánea de comienzos de los 60 que se exhibe en la exposición inaugurada el pasado viernes en el Centro Apertura sobre la relación que mantuvieron el autor del 'Guernica' y el reconocido retratista de origen húngaro.

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«Siempre le preguntaba por Málaga, así que mi padre pensó en llevarle la foto de la Plaza de la Merced para su cumpleaños y Picasso se lo agradeció», cuenta la hija del legendario fotógrafo sobre esa imagen que muestra a un chico que se asoma a uno de los balcones del edificio natal y que bien podría recordarle al pintor su propia presencia en aquel inmueble fundacional en su vida. Lo mismo que la tierra de la plaza que seguía siendo la misma que la que sirvió de pavimento de juegos del niño Pablo. «Me padre me contaba que aquel cumpleaños fue un día muy feliz, porque estuvo rodeado de todos sus amigos y le organizaron como fin de fiesta lo que más le gustaba, una corrida de toros», rememora Irenka Gyenes, que conoció Málaga cuando su padre compró una residencia de verano en Torremolinos y ella acabó quedándose a vivir en la capital de la Costa del Sol.

Imagen de la plaza de la Merced que Juan Gyenes llevó a Picasso en 1961. Francis Silva / Vegap

Nombre imprescindible de la fotografía española ligada a los espectáculos, el ballet, el teatro, el cine y la farándula en la segunda mitad del siglo XX, Juan Gyenes llegó a Madrid en una escala con destino a Hollywood -donde le esperaba un contrato-, pero ya no se fue al convertirse en uno de los retratistas más influyentes de su época. Picasso quedaba lejos del radar de su estudio de la Gran Vía, pero el empeño del fotógrafo y un plato que no era de su gusto lo acabó llevando hasta el pintor malagueño. «Siempre iba al Festival de Cannes y ya tenía en mente plantarse en casa de Picasso, así que un día que sus compañeros iban a tomar sopa de pescado, que no le gustaba nada, dijo que se iba a ver al pintor», cuenta Irenka, que añade que sus amigos le avisaron que no lo recibiría, lo mismo que el taxista que lo llevó hasta la casa de Vallauris (Francia). Era el 2 de abril de 1954. Y efectivamente, nadie le abrió la puerta.

Viene un Hispano-Suiza

Pero aquello no iba a acabar con la decisión de Gyenes de conocer a Picasso. Esperó y al tiempo vio llegar un coche Hispano Suiza del que se bajó un chico alto y joven para abrir la puerta, al que reconoció como Paulo, hijo del pintor. «Se acercó al coche y le dijo a Picasso que era fotógrafo y que venía a entregarle un libro de fotos de ballet español. Se le quedó mirando, cogió el libro y le echó el brazo por encima a mi padre a la vez que le decía: «Entre que usted y yo tenemos mucho que hablar», relata Irenka Gyenes, que escuchó esta historia decenas de veces y la rescata para SUR al hilo de la exposición de Apertura que exhibe 25 de las más de 300 imágenes que tomó el fotógrafo de Picasso y que forman parte de la colección de la Casa Natal.

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Irenka Gyenes señala la foto de su padre en la que Picasso recibe vino de Málaga el día de su 80 cumpleaños. Francis Silva

Entre esas imágenes que se muestran hasta el 13 de mayo y que se integran dentro de los actos de Celebración Picasso 1973-2023 por el 50 aniversario de la muerte del malagueño, no faltan las de aquella primera visita, con el pintor junto a su hijo, o la que le hizo Jacqueline Roque al fotógrafo y al artista para dejar testimonio de la vista. «Fue idea de Picasso para que mi padre la enseñara por Madrid», apunta la hija de Gyenes. Entonces se solía tomar solo una foto de cada momento y no había pantallas digitales en las cámaras para ver como quedaban. Así que cuando el retratista reveló la imagen comprobó que Picasso había salido con los ojos cerrados. Pero el testimonio allí estaba.

«Mi padre vio su relación con Picasso como una obra de tres actos: el primero fue conocerle; el segundo, retratarle y el tercero, enseñárselo»

Irenka Gyenes

Hija del fotógrafo de origen húngaro

«Siempre contaba que tuvieron una conexión muy especial, porque mi padre era un gran conversador, así que disfrutaban mucho sus encuentros», recuerda Irenka que añade que su Juan Gyenes, como hombre ligado a los espectáculos, «siempre vio su relación con Picasso como una obra de tres actos: el primero fue conocerle; el segundo, retratarle y el tercero, enseñárselo». En aquel vis a vis inaugural se fraguó la secuela. «El pintor le dijo a mi padre que tenía que hacer un libro de toros y mi padre, que no había ido nunca a una corrida, fue a más de treinta que culminaron en el libro 'Tauromachié', con el que volvió a visitar a Picasso en 1958», cuenta la hija de Gyenes, que recuerda que, al ver una de las fotos, el artista desapareció y volvió con una cerámica que representaba el mismo lance captado por el fotógrafo. «Le regaló la obra y le dijo: «Yo soy pintor, pero hubiera querido ser torero».

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A la derecha, Picasso con un violín, foto que usará Correos para su sello conmemorativo del 50 aniversario de la muerte del pintor. Francis Silva / Vegap

De aquel segundo encuentro también quedó otro célebre negativo de Picasso tocando un violín, que está presente en la exposición y que Correos va a convertir en la imagen del sello conmemorativo del medio siglo de la muerte de Picasso que se cumplió el pasado 8 de abril. «Si te fijas bien, el violín no tiene cuerdas», detalla Irenka sobre el carácter del pintor, al que le encataba la puesta en escena y la 'performance' como exhibe este retrato.

El tercer acto llegó en el 80 cumpleaños, al que el creador invitó a Juan Gyenes. «Cuando estaban en la celebración cogió a mi padre y se lo llevó al lugar en el que tenía todos los regalos para que le hiciese una foto», rememora Irenka sobre este bodegón en el que Picasso posa como un niño del día de Reyes y donde no falta el vino natal del pintor. Una imagen tomada en aquel último encuentro de ambos en 1961, en la que también retrató al autor de 'Las señoritas de Avignon' con la imagen más famosa de las que le hizo, 'Fuego eterno', en la que el malagueño enciende una llama que simboliza la fuerza de su obra y su propio fuego interior. «Es mi preferida. Lo dice todo», abrocha la hija del mítico fotógrafo.

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