Un Finito cumbre y un indulto excesivo

Cuando Sebastián Castella anunció su retirada de los ruedos y se conoció que Finito de Córdoba le sustituiría en Antequera, desde algunos sectores taurinos se criticó la decisión con el argumento de que se daba la oportunidad a un diestro con casi treinta años de alternativa en lugar de a toreros jóvenes emergentes y pujantes. El diestro cordobés acalló este viernes cualquier discusión y se reivindicó con una gran actuación, de sus mejores en los últimos tiempos, presidida por la disposición, la torería y el empaque, aportando su granito de arena a la reconstrucción del toreo.

Fue la cara positiva de un festejo que tuvo su reverso en el indulto excesivo del tercero del festejo. El perdonar la vida a un animal en una plaza está concebido como un hecho extraordinario que de un tiempo a esta parte se está convirtiendo en ordinario y pareciera que una tarde de toros nos es completa si no tenemos el indulto nuestro de cada día. ¿Merecía 'Doctor' volver al campo? Nadie pone en duda que fue un buen toro en la muleta, sobre todo por el pitón derecho –por el izquierdo se quedaba corto y no era tan franco en la embestida–, pero en su conjunto no fue un burel de bandera: no tuvo buen comportamiento ni en el capote ni el caballo, al que se arrancó al relance y no hizo una buena pelea. Una vuelta al ruedo hubiera sido el justo premio, pero el público, espoleado por el diestro pidió y el palco, con cierta reticencia inicial, terminó por perdonarle la vida.

Ante él, un Finito cumbre, entregado, a gusto, relajado, con mucha naturalidad y esa clase y empaque que siempre ha atesorado en su toreo esculpió una gran obra de arte. No se pudo estirar a la verónica en el recibimiento, donde sólo pudo dejar una gran media. Se le vio algo desconfiado cuando mandó al lidiador llevar al toro al caballo. En el quite, Finito regaló una vistosa larga. Con la muleta comenzó con cuatro trincherazos de cartel; fue el prólogo de lo que estaba por venir: tandas en redondo con ligazón, largura y temple; pases de pecho de pitón a rabo; pases de la firma; pintureros remates por bajo y un gusto exquisito. La actuación fue in crescendo y sólo bajo cuando cogió la muleta con la izquierda. Pero a esas alturas el público ya estaba entregado y se presagiaba el indulto.

Ya en su primero se vio a un Finito con ganas, que dejó tres verónicas preñadas de torería en el recibimiento y una faena de menos a más adaptadas a las pocas fuerzas del 'Baldío' con muletazos de gran calidad por ambas manos, destacando los naturales. Dejó una estocada tendida y trasera.

Debutó en Antequera Luis Bolívar, quien estuvo muy firme y solvente a lo largo de la tarde y al que se le vio con un toreo más reposado. Toreó con despaciosidad a la verónica a su primero, al que inició la faena de muleta sin probaturas en los medios por la izquierda dibujando tres buenas tandas, pero a partir de ahí el nivel del trasteo decayó. Con la espada estuvo mal: dos bajonazos que hicieron guardia.

En el último, salió a no dejarse ganar la pelea. Dejó una larga cambiada con el capote y una faena de firmeza, ligazón y mando por ambas manos, que remató con manoletinas y una estocada desprendida que puso fin a una entretenida y divertida tarde de toros.

Hoy el interés taurino está en Fuengirola, con una corrida de rejones con Andy Cartagena, Leonardo y Lea Vicens ante toros de Fermín Bohórquez.

FICHA DEL FESTEJO

Lugar: Plaza de toros de Antequera.

Ganadería: Cuatro toros de Zalduendo, bien presentados, buenos y con clase. El tercero fue indultado: 'Doctor', número 188 de febrero de 2016.

Diestros: Finito de Córdoba (avellana y azabache): dos orejas y dos orejas y rabo simbólicos tras dos avisos; Luis Bolívar (purísima y oro): palmas tras aviso y oreja tras aviso.

Incidencias. Sexto festejo de la Gira de Reconstrucción. Unas 550 personas en tarde de buena temperatura. Al final del paseíllo se guardó un minuto de silencio.