Francis Silva
Festival de Teatro Málaga

La última locura de amor de Pippo Delbono, en el Teatro Cervantes

'Amore' ·

La saudade del fado, su particular troupe de actores y un lenguaje interdisciplinar sustentan 'Amore', una obra a modo de catarsis personal para superar un «luto de amor»

Martes, 24 de enero 2023, 23:34

Cuenta la historia que un monje le pidió a su discípulo que plantara un árbol seco en la montaña y fuera a regarlo a diario. ... Cada mañana el joven cumplía con el ritual y caminaba colina arriba con un cubo lleno de agua. Al cabo del tiempo, revivió. Una hermosa alegoría tomada de una secuencia de la película 'El sacrificio', de Andrei Tarkovski, que servirá a Pippo Delbono para construir la escena: el árbol seco que preside el escenario acabará una hora después floreciendo tras ejecutar el creador italiano su propio ritual, su particular ceremonia del amor.

Publicidad

Pippo Delbono llevó a un Teatro Cervantes con media entrada –la otra media tuvo el mal gusto de perdérselo– su última locura de amor, 'Amore', una obra a modo de catarsis personal para superar un momento trágico de su vida, «un luto de amor» del que no logra reponerse. Lo explicó él mismo vestido de impoluto blanco, el color del duelo en muchas culturas, desde la última fila de butacas. Allí se sentó tras cruzar con solemnidad el patio al comenzar la función, y desde allí ejerció de peculiar narrador con una voz profunda y llena de matices.

Delbono, una celebridad del teatro contemporáneo europeo, uno de esos genios locos que no se ciñen a ninguna norma más que a la suya, escenificó el querer en todas sus formas. Con ternura, con pena, con miedo, con desconcierto, con violencia. Un amor que suena a fado, porque pocas músicas y lenguas como la portuguesa representan ese estado entre la pasión y el dolor, entre la vida y la muerte, entre la alegría de lo que es y la nostalgia de lo que fue. La saudade. En Portugal, pero también en Angola y Cabo Verde, paradas que brindaron dos de los momentos más hermosos: una canción de amor en kimbundu (la única que la intérprete angoleña había logrado encontrar en una cultura sometida y herida por el colonialismo) y los versos recitados y cantados de Daniel Filipe, poeta perseguido y torturado por la dictadura de Salazar. Pero tampoco faltó un quejío flamenco acompañado del grito de Delbono, por todos aquellos que sufren de amor.

Palabra (las justas y cargadas de lirismo), música y danza arman un montaje aparentemente sencillo, pero donde hasta cada sombra está medida. Sin apenas escenografía, solo con la efectista iluminación y el trabajo de los actores, 'Amore' compone escenas sobrecogedoras, impactantes e incluso desconcertantes.

Publicidad

Como siempre con su troupe, intérpretes que no responden a ningún canon, con bellos cuerpos imperfectos y edades que hace tiempo dejaron atrás la juventud. Es la filosofía de la compañía que Pippo Delbono fundó en 1986 con personas marginadas por la sociedad, como él mismo, seropositivo y artista en los márgenes de la creación. Pero, al mismo tiempo, venerado y aclamado por su público: el largo e intenso aplauso que anoche se llevó de Málaga se lo dejó bien claro, una vez más.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad