El escondite donde la mujer se divierte y desvela sentimientos

Contra todo pronóstico, lo que menos se hizo fue jugar ni cantar línea. Cuatro mujeres buscaron su escondite allí donde iban a echar un buen rato con el bingo, que al final solo era un espacio para hablar, divertirse y desahogarse. Los papeles de Ana López Segovia, Alejandra López, Mer Lozano y Rocío Segovia pisaban con fuerza un escenario que se bastaba con un cuadrado de alfombra rojo, una silla de ruedas y cuatro sillas de madera. Ellas se enfrentaban a los divertidos policías que interpretaban José Troncoso y Fernando Cueto, que jugaron con sus papeles interpretando también a otros personajes durante la comedia. Juntos, pasearon por escenas de la rutina de muchas mujeres que, por desgracia, aún siguen viviéndose.

Una hora y poco más de teatro que se hace cortísima, o sino que se lo digan a los malagueños Yolanda Bermúdez y Javier Aguilera, que desde una de las plateas comentaban sin parar de reír todo el espectáculo. «Nos ha encantado y sorprendido a la vez. La historia mezcla la crítica de muchas mujeres en Andalucía con ese humor propio de los gaditanos. Vaya arte...», comentaban al salir del Cervantes esta pareja que asegura que cada año intentan ir a unas cuantas funciones del Festival de Teatro: «Esta es la primera de esta temporada y nos ha alegrado mucho ver el teatro lleno, hemos estado recordando la época del Covid cuando aquí veníamos poquísimas personas con las restricciones... Qué diferencia», destacaban Yolanda y Javier.

Como decía esta espectadora, en 'Las Bingueras de Eurípides' se plasma la crítica de muchas mujeres. Desde la historia de una viuda que se alegra de que su marido, que la maltrataba psicológicamente, hubiera muerto hasta la de una mujer casada harta y cansada de no tener relaciones sexuales con su marido por falta de pasión.

Unos personajes muy cuidados y estudiados con cada historia e interpretación que hacían. La de Mercedes, la viuda cordobesa, provocaba una carcajada tras otra con el acento y el arte de Córdoba en sus palabras, que imitaba a la perfección el habla de estos andaluces. La de Rosa, con historias de pérdidas y conflictos familiares que se desvelaron también entre línea y línea del bingo. La de Dori, que con las gafas al borde de la nariz abordaba con sentido del humor los temas sexuales con su marido, algo con lo que no estaba nada satisfecha. La de los dos policías, con diversión, inocencia y maldad para poner el broche de oro al hilo de la historia de estas cuatro mujeres. Y la de Dionisia, esa líder en el bingo que con su cigarro permanente en la mano, era la voz cantante en las historias y decisiones de este grupo de amigas que se vieron unidas al final de la comedia en una catástrofe, aunque para ellas siempre encontrarían algo para celebrar.

El folclore también pisa fuerte las tablas durante esta obra que con las castañuelas y las palmas de las actrices acompaña en las escenas musicales y flamencas de 'Las Bingueras de Eurípides'. Coreografías muy marcadas que forman parte del espectáculo y parodias con canciones tan conocidas como 'Smooth criminal' de Michael Jackson o 'La gasolina' de Daddy Yankee.

Pastillas, anís y Navidad se mezclan en este canto a la libertad de la mujer que Ana López Segovia ha querido hacer desde este teatro. Ya Las Niñas de Cádiz ganaron el pasado 2020 el Premio Max al Mejor Espectáculo Revelación por 'El viento es salvaje' y, con este, según confiesa su autora: «Nuestra mirada se ha dirigido sobre todo a las mujeres secularmente oprimidas por la moral patriarcal y, especialmente, las mujeres de nuestra vida, de nuestro barrio, a las que hemos visto sobrellevar la frustración y los dolores a golpes de humor y pastillas», concreta Ana López Segovia al hablar de su obra, que muestra ese escondite donde las mujeres pueden divertirse libremente y hablar de sus problemas con alguien que las escucha y las comprende.