Faustino Oro en mitad de una partida. Isidro González

Faustino Oro, el niño maravilla que tiene en jaque al mundo del ajedrez, reta a Málaga

El ajedrecista argentino, de tan solo diez años, sorprende con su velocidad mental y dominio de las piezas en unas partidas rápidas de tres minutos celebradas en La Térmica

Julio J. Portabales

Miércoles, 20 de marzo 2024, 21:57

Faustino Oro es como cualquier niño de su edad; muy risueño, un tanto enérgico, bastante inquieto y siempre con ganas de bromear… También es muy aficionado al fútbol, de hecho, aparte de haberlo practicado durante mucho tiempo con sus amigos, es seguidor del club de ... su ciudad: El Club Atlético Vélez Sarsfield. Los videojuegos también llaman su atención y de vez en cuando juega algunas partidas en su videoconsola para desinhibirse del mundo que le rodea.

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En definitiva, un chico de diez años como otro cualquiera. Sin embargo, cuando se coloca cara a cara contra otra persona, y entre medio de ambos aparece un tablero de ajedrez, la cosa cambia.

'El Messi del ajedrez', cómo se le llama en su lugar de nacimiento, Buenos Aires, es la sensación del mundo ajedrecista. Sus partidas 'en línea' de tres minutos contra diferentes competidores en La Térmica, dejaron patente la capacidad de dominio que posee sobre el tablero, sumado a la velocidad mental con la que ejecuta los movimientos. Una serie de aptitudes y capacidades que parecen impensables que pueda poseer cualquier chico de su edad.

Su relación con la disciplina no fue un amor a primera vista. El propio Faustino Oro reconoce que al principio no terminaba de convencerle el ajedrez, porque le parecía «muy aburrido». Sin embargo, con el paso del tiempo, el poder ver como «ganaba premios» y se divertía con ello, le permitía poder ilusionarse cada vez un poco más con el juego y sus diferentes variantes.

Faustino muestra su talento en La Térmica. Isidro González

Él mismo fue su mentor durante la etapa de la pandemia. En un momento de confinamiento donde algunos optaron por hacer deportes, otros por leer, otros por cocinar… Él optó por mover piezas de ajedrez. «Mi papá me enseñó a mover las piezas», explica el chico argentino, aunque fueron sus propias ganas de conocimiento, las que cogieron las riendas para convertirle en el genio del tablero que es en la actualidad.

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Aunque su objetivo principal siempre es divertirse, afirma que encuentra el poder comprender, construir y aplicar nuevas «tácticas» al tablero, uno de los aspectos más atractivos de esta disciplina y con los que en la actualidad, se encuentra más cómodo.

Su padre, Alejandro Gabriel Oro Núñez, fue el principal responsable de que 'Fausti', cómo él le llama cariñosamente, se sumergiera en este mundo. Para él, las dos claves que han hecho a su hijo llegar a donde está, ha sido «el talento» y «el trabajo». «Tiene una comprensión posicional de un gran maestro, eso hace que se diferencie de otros chicos», explica Alejandro Oro.

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Él es el primer fan de su hijo y le vaticina un futuro muy prometedor, con la posibilidad de convertirse en «un jugador de élite». Además, entiende que necesita seguir con ese trabajo que acompaña su talento innato, pero sin olvidar que su objetivo principal es divertirse y mejorar.

Cambio de aires

Con la mente puesta en seguir creciendo en esta disciplina, la vida y el ajedrez le han traído hasta Europa desde su país natal. España, y más específicamente Badalona, es el lugar donde los padres han decidido que el joven ajedrecista deba seguir formándose para desafiar a rivales de cada vez más nivel.

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Con raíces españolas, una similitud con el idioma y otros factores que fueron claves para tomar la decisión, Faustino y su familia empiezan con su nueva vida en España. «Una mudanza siempre es difícil», como reconoce su padre, sin embargo, confía en que este cambio le sirva al ajedrecista argentino de tan solo diez años a seguir creciendo con la que es su pasión.

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