

Secciones
Servicios
Destacamos
Se crió en el taller de su abuelo entre estucados y tallas de madera, impulsó el movimiento que renovó las artes plásticas en la democracia en Málaga y ejerció su maestría como docente universitario. El escultor Jesús Martínez Labrador (Antequera, 1950), una de las figuras claves del arte en la provincia y cofundador del Colectivo Palmo, ha fallecido este martes, a los 75 años, en el Hospital Quirón de Málaga. «Ha muerto de haber vivido», ha resumido a SUR su hermano, Juan de Dios, sobre la amplia vida del artista que deja tras de sí un gran legado creativo y personal de primer orden. Sus restos han sido trasladados al tanatorio de Antequera, donde su familia y sus hijas, Clara y Sara, velarán sus restos hasta la cremación de este miércoles.
Entre las obras más recordadas de Martínez Labrador figuran varios monumentos emblemáticos de Málaga, como las estatuas de Cánovas del Castillo y de Jorge Guillén, ambas en la Malagueta, y la de Blas Infante en calle Cuarteles. Además, hace un par de años entregó al Ayuntamiento de Antequera el busto de su amigo y poeta José Antonio Muñoz Rojas. Residente en Archidona, su obra escultórica y sus grabados forma parte de las colecciones del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo y del Museo de Málaga, además de la pinacoteca de su ciudad natal que le dedicó una sala que inauguró el propio escultor y grabador en 2023.
Marcado desde la infancia por el Taller de Artes Decorativas de su abuelo José Labrador Aguilar, Jesús Martínez comenzó a destacar como aprendiz del escultor Francisco Sánchez Ramos, para pasar después por la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. Tras obtener el Premio de Estado en Talla Escultórica en el curso 1969-70, regresó a Málaga, donde dio el salto a la primera línea con el Colectivo Palmo, el movimiento de artistas que fue indispensable a la hora de entender el tránsito hacia la modernidad de las artes plásticas en la provincia.
Fundador de este grupo en 1979, junto a Barbadillo, Brinkmann, Ramón Gil, José Miralles, Pedro Maruna, José Faría, Jorge Lindell, Dámaso Ruano, Stefan von Reiswitz, Juan Fernández Béjar, Pepa Caballero, José Díaz Oliva y Antonio Jiménez, Jesús Martínez Labrador fue el autor del logotipo de Palmo, una mano con los dedos abiertos inspirada en el popular amuleto de la mano de Fátima y que aludía a ese 'palmo' en el que cabían todos estos artistas dispuestos a revolucionar e impulsar el arte contemporáneo en Málaga.
Amante además de la docencia, en 1978 fundó en su Antequera natal El Taller Ambulante, una escuela infantil de pintura y teatro, mientras que años más tarde ganó la plaza de profesor asociado en la Facultad de Bellas Artes de Granada, emprendiendo además un ambicioso proyecto de retratos de grandes personalidades de la cultura contemporánea. Su tesis doctoral supuso la creación de los retratos testimoniales en bronce de poetas y amigos, como Muñoz Rojas, María Victoria Atencia, Antonio Carvajal, José Manuel Cabra de Luna, Antonio Gamoneda, Elena Martín Vivaldi y Pablo García Baena, entre otros.
Su último acto público fue el homenaje que le dedicó la Academia de Bellas Artes de San Telmo en septiembre de 2023, en el que repasó su trayectoria y habló precisamente de su legado. «Me fui a Madrid, pero me alegré de volver a Málaga porque aquí se me ha permitido hacer las cosas con pocos medios, pero con toda la libertad del mundo», confesó Martínez Labrador, cuyas palabras suenan ahora a despedida y al testamento vital de uno de los nombres indispensables del arte contemporáneo en la provincia: «Parece que cuando alguien se pierde no queda nada, pero sí que queda un combustible que sigue ardiendo por siempre». El suyo está grabado en piedra y bronce en las calles de Málaga.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.