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La Málaga prehistórica le debe mucho a su trabajo y su tesón. Infatigable investigador de la prehistoria andaluza, Cecilio Barroso descubrió uno de los mayores yacimientos del hombre neandertal en la Península Ibérica, la cueva del Boquete de Zafarraya, en el municipio de Alcaucín. El ... arqueólogo ha fallecido este sábado a los 67 años en el Rincón de la Victoria, pero sus importantes hallazgos mantendrán viva su memoria.
Barroso encontró la cueva en 1979, iniciando las primeras excavaciones arqueológicas oficiales entre 1981 y 1983. Los primeros restos no tardaron en aparecer: el investigador localizó, entre otras muchas huellas del pasado, una mandíbula humana en un estado de conservación excepcional, que ahora se exhibe en el Museo de Málaga. No hay más de diez mandíbulas de neandertal en Europa en condiciones comparables. La cueva es hoy es un lugar de estudio para científicos de todo el mundo que intuyen que en ese lugar podría estar la clave de la extinción de los neandertales y una explicación de cómo fue la relación de estos homínidos con el hombre moderno, el Homo sapiens.
Los trabajos desarrollados en la Cueva del Boquete de Zafarraya determinaron la existencia de los restos de 16 huesos de morfología neandertalense, asociados a una industria musteriense y a una fauna wurmiense. Se trata de dos mandíbulas, dos fémures, una tibia y otros huesos menores, que pertenecen a un mínimo de nueve individuos y un máximo de quince.
Los huesos no están asociados a sepulturas, por lo que los excavadores del yacimiento defienden que estos grupos humanos no enterraban a sus muertos. Los restos fueron hallados fragmentados, dispersos y mezclados con los restos de mamíferos. Eso, junto con las numerosas estrías producidas por útiles líticos, han propiciado que algunos autores hablen de posibles prácticas de canibalismo.
Doctor en Prehistoria por el Museo Nacional de Historia Natural de París, la Cueva del Boquete fue la primera de una serie de descubrimientos en Andalucía que le convertirían en un arqueólogo de referencia. Durante un cuarto de siglo lideró las campañas de excavaciones en la Cueva del Ángel, un asentamiento paleolítico de Lucena cuya antigüedad se remonta, al menos, a unos 500.000 años, y estaba al frente de la Fundación Instituto de Investigación de Prehistoria y Evolución Humana.
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