La Sala Noble del Museo Carmen Thyssen se abre al juego con la materia de Canogar

En 'De architectura' (hasta el 10 de diciembre), Canogar juega con las texturas, los contrastes y las formas geométricas –latentes en toda su producción–, buscando siempre la presencia de la obra en el espacio. Por eso muchas de ellas no tienen marcos. De la misma manera que el hombre deja su impronta en el territorio con esas construcciones, Canogar hace lo propio sobre la materia.

Realizadas en óleo sobre papel hecho a mano por el propio artista y encolado sobre tabla, presentan una superficie irregular en los extremos que contribuye a dar cuerpo a la pieza. Zonas lisas se contraponen a otras rugosas; el negro se enfrenta al rojo, el azul y el blanco roto; e incluso hay lugar para el vacío en cuadros como 'Cortinal'.

Forman parte de una colección de unas cien obras que Canogar empezó a crear en 1992, cuando la rehabilitación de una casa en ruinas que había adquirido en Sevilla le hizo reflexionar sobre la materia. Y es, explicó también, el reflejo de su interés por la arqueología y los vestigios de otro tiempo.

«Esta exposición, siendo especialmente breve, explica algunas de las preocupaciones y líneas de trabajo que han pervivido en la obra de Rafael Canogar. Un autor con alma de arquitecto, con esa idea de construir y crear universos sin perder nunca un sentido humanista de su propia producción», apuntó la directora artística del Thyssen, Lourdes Moreno, en la presentación de la muestra, patrocinada por la empresa McArturGlen.