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ANABEL NIÑO
Jueves, 6 de octubre 2022, 16:41
Ya lo decía Rubén Darío: «Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver!» Las manecillas del reloj nunca cesan su constante movimiento, y ese ... tic tac que se repite hasta un total de 86.400 veces al día se acaba convirtiendo en una especie de aviso que nos advierte de que el tiempo pasa y que todo se transforma a nuestro alrededor. Lo hacen los edificios, la naturaleza, nuestros hábitos de vida y también lo hace la piel, pasando del cutis más suave a los pliegues que reflejan toda una vida. Hasta el próximo 7 de noviembre, las paredes del Centre Pompidou plasmarán ese paso del tiempo a través de la exposición 'Las edades de la imagen', en la que se engloban diversos proyectos de fotografía y vídeo realizados por un total de 20 artistas de la escena francesa y española.
De esta forma, Hors Pistes vuelve a colaborar un año más con el Pompidou, estrechando ese vínculo entre Málaga y París mediante esta sexta edición. Para esta ocasión la muestra está comisariada por Géraldine Gómez, Elena Robles y José María Luna, director de la agencia pública que gestiona los museos municipales. Luna ha explicado que una vez más el hilo conductor de este proyecto será lo audiovisual, un aspecto que «permite jugar con distintos modos de trabajar y de aproximarse al paso del tiempo, ya sean las imágenes o las personas». Las pequeñas y grandes pantallas colocadas en las diferentes salas que acoge esta exposición muestran al espectador ese constante avance del tiempo, abordando temas como la vejez, la memoria, las ruinas, los archivos, el transhumanismo y la eternidad digital.
«La cuestión se desarrolla a través de la imagen del hombre y la imagen del hombre a través del tiempo que transcurre», expresaba Géraldine Gómez en francés. Y es que por un lado las imágenes captan el paso del tiempo y de los propios protagonistas que aparecen en los vídeos, mientras que por otro lado es el hombre quien capta la vida, sus marcas, sus arrugas, su rigidez, su lentitud y sus recuerdos. «Hay muchas similitudes pero también muchas preguntas en común. La cuestión de la conservación, de la memoria, el archivo y la pregunta sobre la eternidad. Es un tema atemporal pero al mismo tiempo es muy actual», destacaba Gómez.
Aunque el formato audiovisual es el gran protagonista de esta exposición, a lo largo de ella también se pueden observar otras formas más alejadas del vídeo, pero que se sustentan sobre el mismo, como es el caso de la obra de Irma Álvarez-Laviada, quien inmortalizó el proceso de restauración del Ecce Homo de José de Ribera. Esos trabajos de reparación se exponen de manera visual, contemplan cómo el propio restaurador retira los sobrantes de la obra que no pertenecen al original, y cuyos residuos quedan expuestos sobre dos peanas colocados en la sala expositiva.
También hay espacio para la tinta fusionada con la fotografía, de la mano del pintor e ilustrador malagueño Fernando de la Rosa, quien reinventa viejas instantáneas con escenas y espacios pintados sobre ellas en las que predominan los tonos sepia, creando un ambiente casi de ensueño. Un sentimiento onírico que también puede esconderse tras la danza, un arte que también está muy presente en esta sexta edición de Hors Pistes gracias a la coreógrafa francesa Cécile Proust, al fotógrafo Jacques Hoepffnersu y al trabajo de ambos 'Lo que la edad aporta a la danza', en el que entrevistan a bailarines con más de 70 años y que aún continúan bailando públicamente: «En el sector de la danza daban por hecho que uno dejaba de bailar entre los 40 y 50 años, era una especie de dogma que nadie se atrevía a cuestionar. Mi proyecto es una forma poética, física, artística que manifiesta que con la edad aportamos algo más a la danza. Es cierto que la poética de un cuerpo joven es real pero lo que hemos querido aportar aquí es que la poética de cuerpos más envejecidos también existen y se pueden unir ambos para crear una obra de arte», destacaba Proust.
Como bien explicaba durante su intervención, el objetivo de su trabajo es romper ese estigma de Occidente de que la danza solo es para los cuerpos jóvenes, transmitiendo la idea de países como Japón o la India, donde «el cuerpo envejecido no está discriminado, sino que es todo lo contrario», apuntaba. Asimismo, manifestó que la conclusión que saca de este proyecto es que «invita a tener ganas de envejecer».
De manera paralela, el auditorio del Centre Pompidou acogerá otras actividades los días 15 y 16 de octubre, como talleres escénicos y en familia de 16:30 a 19:30 horas en ambas jornadas y con plazas limitadas hasta completar el aforo. El domingo se llevará a cabo la performance 'Viejas Libres' con dos pases, uno a las 17:15 y otro a las 18:15 horas, con entrada libre hasta completar aforo. Del mismo modo, todos los jueves, a partir de las 18:00 horas, se realizarán visitas guiadas con el equipo de mediación y que tendrá una duración estimada de 45 minutos.
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