
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Pese a las horas de vuelo acumuladas, asegura que todavía siente un hormigueo en el estómago cada vez que va a tomar tierra. Una sensación ... que la azafata María Egea ha convertido en la inspiración de buena parte de su obra. Es algo parecido a lo de llevarse el trabajo a casa, aunque esta malagueña ha sabido reconvertir ese runrún laboral de la cabeza que muchas veces no nos deja descansar en todo lo contrario, en una puerta a un universo personal y artístico que ofrece una mirada del mundo desde el cielo en ese momento en el que el avión desciende a la búsqueda de la pista. Unas 'Aproximaciones' -en lenguaje aeronáutico- que sirven para dar título a esta exposición de más de cuarenta obras que por primera vez aterriza en un museo. Concretamente, la torre de control ha dirigido al CAC Málaga - La Coracha esta retrospectiva que descubre desde este viernes la singular y original obra de una creadora de altura.
Una mirada panorámica a la playa de Ipanema en Río de Janeiro da la bienvenida a esta exposición que muestra una fascinación por los paisajes urbanos a vista de avión. Comisariada por Fernando Francés, la muestra nos lleva de las calles apiñadas y coloristas de Guanajuato (México) al orden del 'skyline' de Manhattan en una aproximación en la que vemos al fondo el aeropuerto JFK, mientras que en otra cercana pieza neoyorquina toma el primer plano la alargada pista que señala la meta. «Siempre que puedo voy en la cabina con los pilotos y es esta imagen la que llevo a mis cuadros», explicó en la presentación la artista, que suele tomar fotos de estas vistas de altos vuelos que después utiliza para mezclarlos con su memoria y convertirlos en cuadros que cambian perspectivas y proporciones pero que nos recuerdan esos lugares comunes que muchos tenemos guardados de nuestros viajes.
A cientos de pies del suelo se distinguen sobre todo los grandes hitos, como edificios o grandes monumentos, unos elementos que Egea usa como navegadores de sus obras, que además muestran diferentes técnicas que van de lo figurativo al abstracción cromática con un uso muy personal del puntillismo para construir formas, paisajes y ciudades. Y entre aproximaciones a París, Miami o Madrid, destaca la ciudad a la que siempre vuelve esta artista y en la que suele ubicar su destino vital con la reconocible catedral de Málaga, a la que ella prefiere referirse repetidamente en los títulos de sus cuadros como 'La Manquita'. En una de ellas, resuelta con esos puntos de colores y sobre un llamativo metacrilato azul, exhibe la trama recortada con el mar de la bahía de Málaga que nos transporta a un avión y la imagen que se ve desde la ventanilla cuando volvemos de un viaje. La primera señal de que ya estamos en casa.
«Entre todas estas técnicas y el gusto de la artista por la experimentación con diversos materiales encontramos la utilización de los mapas de navegación de los pilotos con las que crea unas obras muy interesantes ya que es un soporte muy desconocido», señaló en la presentación la directora del CAC Málaga, Helena Juncosa, sobre la colección de documentos intervenidos por Egea en el que las líneas de las rutas aéreas dan paso a los reconocibles círculos de colores que marcan su obra. «Me encanta dibujar en papel, que hoy ya está completamente en desuso, y estos mapas que usan los comandantes con sus rayas yo los he transformado en puntos», añadió la propia artista, que en esta exposición que recorre su producción desde 2010 a la actualidad muestra su versatilidad en el uso de técnicas y soportes, desde rotuladores a acrílico u óleo, sobre tabla, lienzo, metacrilato, madera o el mencionado papel de las cartas de navegación.
Ese mundo aéreo no solo conquista el cuadro sino en ocasiones también el propio contorno de la obra, como las piezas con forma de ventanilla de avión que muestran paisajes, en los que siempre destaca la viveza cromática. «En esas obras muestro también la influencia de otros artistas, como Sonia Delaunay, ucraniana nacionalizada francesa de la que me encanta el movimiento y, sobre todo, el color también reflejado en mis cuadros», comentó María Egea que completa su exposición con otras 'aproximaciones' que no conducen a lugares, sino a personas que le han influido. Así, además de Delaunay, la exhibición también invita a viajar al universo de los artistas Jackson Pollock y Yayoi Kusama, al inquieto cantante David Bowie o a Drácula. Aunque no al personaje de Bram Stoker, sino al clásico polo de Frigo que han devorado generaciones de viajeros. Como María Egea.
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