El autorretrato psíquico de Juana Francés

Para entender ese autorretrato psíquico de Juana Francés, las comisarias Lourdes Moreno y Rosa María Castells se pararon a explicar el por qué de cada técnica y tonalidad de la artista en sus lienzos. De principio a fin, para así poder entender esos dos mundos tan diferentes pero complementarios de la artista alicantina,. En sus obras, el reflejo de una investigadora plástica con creaciones que pasearon entre el informalismo y la figuración, lo matérico y lo lírico, los tonos oscuros y el colorido más vibrante. «Queremos mostrar al público el principio y el fin de una autora», puntualizaba durante el paseo Lourdes Moreno.

Los cuatro elementos en una misma sala: tierra, fuego, agua y aire. La tierra es la primera etapa que se puede palpar en esta exposición: 'Informalismo matérico (1956-1963)'. En ella, tonos grises, ocres, ladrillos, vidrios, cerámica, relieves o tierra son algunos de los detalles y elementos que dan vida a sus lienzos abstractos. Intensidad, un mundo oscuro. Abstracción. Es a mediados de los cincuenta cuando la artista se adentra en la abstracción informalista y un poco más tarde, en 1957, se convierte en la única mujer que forma parte del grupo de artistas vanguardistas 'El Paso' junto a Antonio Saura, Luis Feito, Manolo Millares, Manuel Rivera, Rafael Canogar, Antonio Suárez y su pareja y compañero de vida, Pablo Serrano.

Luego llega el fuego. 'El hombre y la ciudad (1963-1990)'. Ahí, Juana Francés hace una crítica a la pérdida de identidad personal del hombre y la máquina por la incomunicación, el encierro y la soledad. Para mostrarlo en sus obras, la artista alicantina optó por la tridimensionalidad. Y seguía utilizando objetos para fusionarlos con la pintura, con el concepto de 'obra ensamblada'. Objetos como enchufes, cables o esferas de reloj se añadían a sus cuadros para conectar la pintura con la escultura.

Pero aparece el cambio de tonalidad en la Sala Noble del Museo Thyssen. «Ella cambia su registro sin dejar de ser intensa», señalaba Lourdes Moreno al llegar a la tercera parte de la exposición 'Agua y aire. Fondos submarinos y cometas (1980-1990)'. Vuelve la abstracción pero con colores vivos en una pintura ligera, describiendo así un periodo de la vida de Juana Francés en el que transmite calma, estabilidad y paz interior. «Decide olvidar esa pesadez que llevaba encima desde los años 50 y llega a una época muy feliz en la que participó en exposiciones muy famosas», explicaba la directora del MACA, Rosa María Castells.

Tras el paseo por la sala y las 14 obras seleccionadas de Juana Francés, se sentaron a hablar los que han hecho que esta exposición sea posible. Momentos de agradecimiento a los que han colaborado como el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante y el Ayuntamiento de Alicante, además del patrocinio del Ayuntamiento de Estepona. «Cuando una ciudad avanza no solo lo debe hacer en zonas verdes, por ejemplo, sino también en el desarrollo de la cultura», aseguraba el alcalde de Estepona, José María García Urbano.

«Es una de las artistas más sobresalientes de la España de aquella época, una mujer adelantada a su tiempo. Hoy es un día de esos con un brillo especial», comentaba al hablar de la exposición la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Málaga, Noelia Losada. Desde Alicante llegaron Rosa María Castells y el concejal de Cultura de su Ayuntamiento, Antonio Manresa. «La relación cultural entre ciudades es importante. Esta exposición es de una mujer única y pionera, que empieza con colores austeros para finalizar con luz», aportaba el concejal alicantino desde el Thyssen de Málaga. El Patrono de la Fundación Palacio de Villalón, Guillermo Cervera, también quiso dedicar unas palabras para celebrar la exposición: «Es importante que este museo siga creciendo y creyendo que hay que explicar algo más, como el trabajo de esta mujer, que personalmente veo que pasaba desapercibida», confesó.

Para terminar, la directora del Thyssen de Málaga, Lourdes Moreno, hablaba de valentía cuando se refería a Juana Francés: «Esta muestra demuestra la versatilidad extraordinaria y la fuerza que tuvo esta mujer. Era valiente no solo por trabajar con grupo de hombres en soledad y en un momento muy difícil en España, con una profesión que no era normal para una mujer. Es que ella era extremadamente valiente por desnudar su alma y mostrarla a la generación de aquel tiempo», concluía Moreno.