Un juego con el arte en continuo movimiento desde el Pompidou

Diferentes paradas llenan este espacio malagueño del Pompidou y cada una de ellas invita a interactuar con el arte. Como dice el mismo título de la muestra: imágenes que están vivas. Al pasar por uno de los juegos, 'Transparencias infinitas', la atención va directamente al color y su reflejo de luz con unos paneles que consiguen crear una paleta cromática de infinitos tonos según desde donde se mire. Visitando esta exposición-taller estuvo la concejala de Cultura, Noelia Losada, para inaugurar la muestra que ella misma definió como «un arte experimental para que los niños aprendan y se acostumbren a venir a museos, porque ellos serán el futuro». «Los museos se han convertidos en centros culturales vivos donde hay obra que visitar, pero donde también se realizan talleres y conferencias que complementan el arte», añadía Losada.

En 'Poliformia' los efectos ópticos se van creando con los imanes de diferentes formas geométricas que pueden moverse de sitio. Esta es una de las partes de la exposición-taller que más recuerdan a esa obra de Yaacov Agam en la que está inspirada, el 'Salón Agam', una pieza que fue creada entre 1972 y 1974 por encargo del presidente francés Georges Pompidou para uno de los salones del palacio del Elíseo y que ahora se encuentra instalada en el Centre Pompidou de París. La gran obra ocupa toda una sala multidimensional que, se mire por donde se mire, está en continua transformación. La directora del proyecto que nace a raíz del 'Salón Agam' y que llega a Málaga es Odile Fayet, que anunciaba que el artista israelí tiene intención de visitar el Pompidou de la Costa del Sol mientras dure la exposición (hasta febrero de 2023).

«Él tiene 94 años pero está en plena forma y trabajando constantemente con sus ideas», aseguraba Odile Fayet al hablar de Yaacov Agam. Destacaba varios conceptos de la exposición: «Uno de los más importantes, la idea de lo imprevisible, que se encuentra dentro de los contenidos lúdicos. En cada uno de los dispositivos se va a encontrar el aprendizaje del arte a través de la práctica manual», matizaba la directora del proyecto 'Imágenes vivas'. Un efecto del arte cinético que Agam entiende como «la cuarta dimensión», una constante en sus obras que están expuestas en todo el mundo desde el Pompidou, Guggenheim, el MOMA en Nueva York o el Centro Cultural de Leverkusen en Alemania, entre otros.

Un juego que hace que el arte sea imprevisible por el continuo movimiento de los visitantes y la transformación de las obras a través de los efectos ópticos. Un juego que ya han podido probar los primeros pequeños en el día de la inauguración y que les ha hecho formar parte de la obra de arte sin darse cuenta. Son piezas, figuras y colores con los que juegan cualquier día en el colegio. Pero esta vez lo hacen desde un museo. Y eso es muy buena señal. El arbolito, desde chiquitito.