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Se conoce como el corte 5. Una excavación que permitió llegar a los niveles primitivos de la ciudad fenicia del Cerro del Villar. Allá por el siglo VIII antes de Cristo. Y lo que encontraron fue lo que técnicamente se conoce como un evento ... catastrófico que provocó una violenta destrucción. Con una particularidad: altos niveles de salinidad en los estratos. La zona se encontraba en el centro de lo que fue la isla de esta colonia fenicia, por lo que la arqueóloga María Eugenia Aubet, directora de las excavaciones desde los años 80, formuló la teoría de que un tsunami arrasó la ínsula. Décadas después aquella hipótesis del maremoto ya puede ser demostrada científicamente. Y a esa cresta de la gran ola se ha subido un equipo interdisciplinar de investigadores y expertos dirigidos por el arqueólogo José Suárez que volverán a pisar el terreno con pico y pala. Lo que también es toda una noticia ya que esta intervención supone la primera excavación en el Cerro del Villar tres lustros después de su última excavación.
«Volveremos a descubrir el corte que desciende cinco metros para tomar muestras de este evento catastrófico y hacer un estudio microscópico de detalle de la destrucción del yacimiento», avanza el director de esta investigación que se enmarca dentro del proyecto de la Universidad de Málaga (UMA) 'Tsuniber: terremotos y tsunamis en la península ibérica en época antigua', que coordina el profesor Manuel Álvarez Martí-Aguilar. Con el apoyo del Ministerio de Cultura, que ha aprobado una financiación de 5.700 euros para esta intervención, ambos responsables ya solo están pendientes del último trámite, el visto bueno de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico –el Cerro del Villar está reconocido como Bien de Interés Cultural desde 1998–, para confirmar uno de los grandes misterios que rodea el primitivo asentamiento fenicio que fue precursor de la posterior Malaka.
«Vamos a estudiar un momento crucial porque tras esa destrucción, la ciudad no vuelve a tener las mismas características y lo que antes era un ocupación residencial con familias importantes, desde este suceso pasa a tener más presencia productiva, principalmente de alfarería y metalurgia», avanza José Suárez, que recalca la importancia de este episodio catastrófico ya que, si bien no provocó el abandono inmediato de la colonia, sí que supuso el inicio de la desviación del «protagonismo en la bahía de Málaga hacia la actual capital» con la instalación de la población fenicia en un espacio menos expuesto a fenómenos naturales como ocurría en el islote de la desembocadura del río.
Más que tsunami, los investigadores prefieren referirse al suceso ocurrido en el Cerro del Villar como un «posible evento energético marino», aunque la tecnología hoy día ya permite concluir el alcance y la denominación exacta de la catástrofe. «En los años 80 cuando se encontraron estas evidencias en el corte 5, la investigación de maremotos se estaba iniciando, pero después de los tsunamis del Índico en 2004 y de Japón en 2011 se ha experimentado un interés creciente por estos fenómenos y la geología por lo que ya podemos identificarlos con mayor corrección», explica el profesor de Historia Antigua Manuel Álvarez, que no oculta su interés por volver a excavar en el yacimiento fenicio ya que estamos ante un suceso extraordinario en el Mar de Alborán.
«A diferencia del golfo de Cádiz, no es un fenómeno frecuente en la costa Mediterránea por lo que podemos decir que la intensidad registrada en el Cerro del Villar fue bastante singular», apunta el coordinador del proyecto 'Tsuniber', que especifica que, con el estudio de los restos, hoy día se puede llegar a diferenciar entre un maremoto, una gran tormenta, una inundación, un terremoto o cualquier otro tipo de desastre natural. Un argumento que retoma el director de las excavación, José Suárez, que explica que, tras la confirmación científica del tipo de catástrofe, el gran objetivo es encontrar también las explicaciones a la evolución del asentimiento y la vida en el Cerro del Villar. «Al estar en la desembocadura pudo verse afectado por episodios de naturaleza marina o bien inundaciones de carácter fluvial, pero también tenemos que tener en cuenta la actuación de los propios fenicios que pudo favorecer la deforestación del entorno», ilustra el arqueólogo.
Los enigmas del corte 5 abren así la puerta a conocer algunas de las incógnitas que rodean a la comunidad fenicia del islote y de cómo se transformó el paleoambiente en el estuario del río. Para ello, los profesores de la UMA dirigen un amplio equipo de expertos que integra a geólogos, historiadores y arqueólogos de las universidades de Granada (Instituto Andaluz de Geofísica), Pompeu Fabra (Barcelona), Aquisgrán (Alemania) y Leicester (Gran Bretaña). Precisamente en este último centro se encuentra investigando Mario Gutiérrez-Rodríguez, especialista en microestratigrafía, que se encargará de analizar los sedimentos arqueológicos que se van a recoger y que también pasarán por laboratorios andaluces y de Estados Unidos.
Los resultados permitirán conocer la naturaleza del «evento energético» que sufrió el Cerro del Villar para avanzar en varias líneas que seducen todavía más a los investigadores: su influencia en el asentamiento y sus similitudes con otros fenómenos similares en la época en otras zona de la costa Mediterránea. «Lo que más nos interesa es contextualizarlo geológicamente y arqueológicamente para observar cómo las comunidades antiguas reaccionaban ante estos fenómenos y las medidas que se tomaron», ilustra el profesor de Historia Antigua Manuel Álvarez que solo espera el último visto bueno para afrontar la primera excavación en el yacimiento fenicio desde 2003.
«Esperamos comenzar los trabajos sobre el terreno a finales de septiembre», añade el director de este proyecto, José Suárez, que también ha recabado el apoyo de la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Málaga y de la Consejería de Cultura para esta iniciativa. Precisamente, la autorización de la Comisión Provincial de Patrimonio es lo que esperan recibir en los próximos días con el objetivo de afrontar los sondeos antes de que lleguen la época más proclive a la lluvia.
El responsable de la investigación valora además la trascendencia del regreso del trabajo de campo al Cerro del Villar, uno de los yacimientos fenicios más importantes del Mediterráneo occidental y que apenas se ha excavado un 10% del total de su superficie. Precisamente, al abandonarse por causas naturales y no ser ocupado por la siguiente civilización, las casas, edificios y calles de esta antigua isla se encuentran tan bien conservadas. De hecho, en el corte 5 que se va a volver a excavar se encontró un ánfora griega del siglo VIII a. C, que es la mejor conservada de su clase en la Península Ibérica y ha sido exhibida en el Museo Arqueológico Nacional.
«No solo se ha generado un interés de los investigadores por la colonia fenicia, sino que la propia ciudadanía lo ha adoptado como suyo porque aquí están los orígenes de Málaga», sostiene José Suárez que espera que esta primera excavación tras 16 años se complete el próximo año con una campaña aún más ambiciosa en el tiempo y vinculada al 'Proyecto de Viabilidad para la creación de un Parque Arqueológico' en este yacimiento que promovió el Ayuntamiento de Málaga en 2017. «Málaga tiene que mirar al Cerro del Villar. Se lo debe», sentencia.
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