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Paloma ha escogido el cojín amarillo y Sara, el naranja. Los acomodan hasta convertirlos en una hamaca mullida y se tumban poco antes de que empiece la función. La sala se ha quedado a oscuras y las dos amigas se cogen un instante de la mano, nerviosas. Paloma tiene seis años, gafas color violeta, un paletón huérfano y gusto por los museos. «El otro día estuvimos en el Pompidou y estuvo chulísimo». Sara dice que sí con la cabeza. Las proyecciones empiezan a trepar por las paredes, suena un fragmento de 'El verano' de 'Las cuatro estaciones' de Vivaldi y a cada poco Paloma repite un «¡Buah!» que Sara refrenda en silencio. «Es una pasada, como estar dentro del cuadro de Van Gogh». Porque Sara -siete años, vestido rojo y zapatos con purpurina- sabe que esos cuadros son de Vincent Van Gogh. «Se lo he oído a mi padre», confiesa orgullosa.
Sara y Paloma son amigas, van al mismo colegio de Fuengirola -el CEIP Santa Amalia- y esta mañana de sábado han acudido con sus familias a conocer de cerca 'Van Gogh Alive', la espectacular exposición multimedia que desde hoy y hasta el 9 de junio recala en la capital malagueña. «La vimos anunciada en el periódico y nos pareció una buena idea venir con los niños para que vieran los cuadros de una forma diferente», ofrece Juan de Torres, padre de Paloma y del pequeño Juan, que no para quieto con su espada de juguete enfundada en el cinturón.
'Van Gogh Alive' abre sus puertas en un montaje instalado a la espalda de la Farola, junto a la antigua Casa de Botes del puerto malagueño. Más de 3.000 imágenes de gran formato proyectadas sobre paredes de seis metros de alto envuelven al público a través de algunos de los grandes éxitos pictóricos del maestro holandés, desde 'Los girasoles' hasta el 'Trigal con cuervos', pasando por el 'Autorretrato con la oreja vendada' y las constelaciones recreadas a gran formato a partir de 'La noche estrellada'.
«Cuando han salido las estrellas fugaces he pedido un deseo, pero se lo he dicho a Paloma sin darme cuenta...», admite Sara un poco preocupada. «No pasa nada. Ahora cuando salgan otra vez, pides otra cosa, porque ese ya no vale», le explica su amiga mientras en las paredes brota 'El dormitorio de Arlés'. «Es igual que la habitación del vídeo de un gigante que nos ha puesto en clase el profesor de Música», ofrece Paloma.
Esa habitación hecha célebre por el pintor holandés aparece recreada en el primer tramo de 'Van Gogh Alive', que dedica el tramo inicial del paseo a ofrecer un conjunto de paneles explicativos sobre la vida y la obra del autor, mientras deja para la segunda mitad las dos salas donde 40 proyectores de alta definición brindan el vídeo de media hora que sumerge a los visitantes en las creaciones del artista.
En esa penumbra, Amelia, su hija Lucía y su nieta Alba se han decantado por uno de los bancos que jalonan el camino. «Creo que la exposición es, sobre todo, muy didáctica, porque los niños ven los cuadros de una forma espectacular y al mismo tiempo, relajada, a eso ayuda mucho la música», reflexiona Lucía, profesora de Primaria en excedencia.
Alba tira del brazo de su abuela y al final consigue que las dos se sienten en el suelo mientras comienzan a sonar los primeros acordes de 'Gymnopédie no.1' de Erik Satie. «Me parece una idea buenísima. En mis tiempos no había nada de esto y con cosas así los niños se empapan del arte de una manera mucho más divertida», ofrece Amelia mientras capea el temporal de su nieta.
Justo el público familiar se erige en el gran protagonista entre los primeros visitantes a 'Van Gogh Alive', que llega a Málaga tras su paso por Sevilla, Alicante y Madrid, donde ha reunido a más de 300.000 visitantes. Y aunque las familias abunden entre esos primeros visitantes malagueños, tampoco le van a la zaga las parejas jóvenes. Ahí están Mari Ángeles y Jose, haciéndose un 'selfi' acaramelado junto a la recreación de 'El dormitorio de Arlés'. «Es una pasada todo. Las imágenes de las proyecciones, la reproducción del dormitorio a escala natural, los paneles... Todo», concluye Mari Ángeles. «Eso, y los paraguas que hemos visto en la tienda», suelta José con un guiño cómplice.
La pareja se va deteniendo en cada uno de los paneles que explican la biografía del artista y las claves de algunas de sus obras más populares. Hacen tiempo mientras termina el vídeo de media hora que se proyecta en las dos salas siguientes. «Es que prefiero verlo desde el principio», explica Mari Ángeles y José aprovecha para leerse con más detalle la información situada en la pared que relata los años más prolíficos de Van Gogh, desde aquel febrero de 1886 en París hasta el mes de julio de 1890 en Auvers-sur-Oise donde encontraría la muerte.
Comienza un nuevo pase. Suena otra vez la música. En las paredes se van sucediendo los cuadros, los documentos y algunas frases de Van Gogh. «Lo que el color es a la imagen, el entusiasmo es a la vida». Y esto está lleno de color, de entusiasmo, de vida.
Título. Van Gogh Alive
Lugar. Puerto de Málaga, junto a la Farola y la Casa de Botes.
Fecha Hasta el 9 de junio
Entradas Adultos, 12 euros los días laborales y 14 euros los fines de semana; niños de 4 a 15 años, 9 euros; niños menores de 4 años, acompañados por un adulto, gratis. Tarifas especiales para familias y grupos.
Más información. www.vangogh.es.
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