Daniel Pérez
Pista cultural

'Espejismo', la esencia gamberra de El Espejo Negro, ahora con un fin benéfico

28 de octubre, 20.30 horas ·

La compañía de Ángel Calvente repone la obra en el Teatro de la ESAD para recaudar fondos para la Fundación Manolita Chen

Domingo, 24 de septiembre 2023, 13:31

Son más de tres décadas de trayectoria las que tiene El Espejo Negro a sus espaldas. Suficientes para creer que ya se le conoce tanto que nada de lo que haga puede sorprender. Error. La compañía de Ángel Calvente se supera con cada montaje, con puestas en escena cada vez más impactantes, actores de gomaespuma cada vez más complejos e historias cada vez más elaboradas. Con 'El verdugo' de Berlanga, ni más ni menos, se atrevió la última vez el veterano del títere. Pero antes, en 2019, El Espejo Negro celebró su 30 aniversario con una obra que aglutinaba lo mejor de su historia: un ambiente cabaretero, marionetas de un realismo asombroso y una lengua mordaz e irreverente. Quien no la vio entonces -incluso quien ya lo hizo- tiene ahora otra oportunidad. Y además, por una buena causa.

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'Espejismo' se repone el 28 de septiembre en el Teatro de la ESAD (calle Béla Bartók) en una representación de carácter benéfico a favor de la Fundación Manolita Chen y su hogar para personas en peligro de exclusión LGTBI+. Aún quedan entradas (pocas) a la venta en la web giglon.com por 10 y 12 euros. Desde esa página también se pueden hacer donativos para impulsar la labor de la institución sin ánimo de lucro.

Daniel Pérez

No defrauda. Hay muchas risas, la mayoría incómodas, marca de la casa. 'Espejismo' es Espejo Negro en estado puro. Estío, su 'hijo' de gomaespuma más ambicioso (en lo que a técnica se refiere), ejerce de maestro de ceremonias en un apasionante recorrido por el universo paralelo que habita tras el espejo, un mundo sórdido construido con los reflejos más oscuros del ser humano.

Con un espectacular manejo de las luces y las sombras, una gran estructura circular hace de agujero negro que expulsa –y absorbe– a todo tipo de criaturas provocadoras que muestran sin pudor sus vergüenzas y deforman la realidad del otro lado del cristal. Y de su retrato corrosivo y burlón no se libra nadie. Ni la religión, ni la realeza, ni los políticos ni la Pantoja.

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