La escuela de circo de Pizarra se queda sin carpa y pide ayuda

Anthony Jones responde al teléfono desde su casa, con corsé y collarín para sanar la fisura de vértebras que se hizo hace unos días. Le esperan dos meses de reposo obligado. Maestro de acrobacias y del 'más difícil todavía', el artista circense cayó desde una altura de cinco metros, desde el punto más alto de La Carpa de las Estrellas, la sede de su proyecto didáctico y cultural en Pizarra. Pero no estaba ensayando ningún número de equilibrismo imposible, Anthony Jones intentaba reparar la raja que se ha abierto en la lona y que ha paralizado la actividad habitual de Málaga Escuela de Circo (MEC). La asociación, sin ánimo de lucro, necesita con urgencia una nueva carpa para salvar una propuesta que dinamiza el entorno rural del Valle del Guadalhorce a través del arte del circo. Y la única posibilidad de conseguirla es a través del crowdfunding.

La escuela de circo ha abierto una campaña en goteo.org para obtener un mínimo de 13.000 euros para comprar una carpa de segunda mano. «Nos permitiría seguir funcionando un tiempo como hasta ahora», explican desde la asociación. Pero el reto es alcanzar los 31.000 que cuesta una totalmente nueva, lo que les daría «una mayor seguridad a largo plazo» y la posibilidad de «seguir creciendo».

La que tenían hasta ahora era de tercera mano tras pasar por el circo portugués Safari y por Lauropark, recuerda Anthony Jones, y apenas les ha durado cuatro temporadas. El sol, el uso frecuente y los más de diez años de vida hicieron mella. Fue en 2017 cuando la levantaron por primera vez en un recinto cedido por el Ayuntamiento, en una iniciativa que recuperaba el espíritu circense ligado a este municipio desde muchos años atrás. Ellos se saben herederos de La Carpa de Pizarra, la primera carpa de circo estable de Andalucía fundada por varios artistas en 2004 y por la que pasó el propio Anthony Jones al terminar su formación en Barcelona. «No estaríamos aquí si no fuese por el granito de arena y el gran sello que dejó la Carpa de Pizarra hace 16 años», recalca.

De hecho, ese sentimiento de unión que generó aquel proyecto entre las compañías circenses que trabajaban y residían allí continúa vivo hoy. Al enterarse de la rotura de la lona, Alfonso de la Pola, al frente de Rolabola y Premio Nacional de Circo, les ofreció una pequeña carpa para que pudieran continuar con su actividad hasta conseguir la nueva. Entre eso y el pabellón municipal, donde han instalado el material para los ejercicios de altura, Málaga Escuela de Circo ha podido arrancar la temporada con cursos de circo infantil, malabares, acrobacia y porte, acrobacia aérea y batucada. Ahora se forman en sus instalaciones 50 alumnos de todas las edades, principalmente niños y jóvenes de la comarca, alumnos con necesidades especiales y grupos de jóvenes en situación de riesgo de exclusión social.

Pero, además, desde sus comienzos han realizado más de 100 espectáculos con artistas locales e internacionales, encuentros de circo y hasta conciertos. Este verano salieron del confinamiento poniendo en marcha las Veladas de Circo Bajo las Estrellas, con cena y espectáculos al aire libre «que daban la oportunidad de actuar a artistas y a compañías» en unos momentos complicados para el sector. Intentaban también así paliar la merma de ingresos que sufren como consecuencia de la Covid-19, que les dejó sin posibilidad de dar clases ni celebrar galas durante meses.

Faltan 30 días para que acabe el crowdfunding y de momento llevan recaudados algo más de 4.500 euros. Cada aportación va acompañada de una recompensa exclusiva, desde obtener el carné de socio de Málaga Escuela de Circo durante tres meses por 10 euros hasta un show privado estilo cabaret de circo –entre otras cosas– por 5.000 euros. Clases online o presenciales en la nueva Carpa de las Estrellas, participación en sorteos de materiales de circo o entradas para la gala inaugural son algunas de las gratificaciones propuestas.

Málaga Escuela de Circo mantiene que el arte del más difícil todavía transmite valores «positivos y transversales» porque enseña la importancia del «esfuerzo, la constancia, la superación, el trabajo en equipo y la aceptación de uno mismo y del otro». Es un «vehículo óptimo» para el desarrollo personal y social a nivel físico y también mental. Como dicen en su campaña de crowdfunding: «Estamos creando pequeñas estrellas. Colabora para que nuestra carpa se llene de ellas».