Eva Sanguino, Susana Hernández, Ernesto Artillo y Pablo Becerra, en la Sala Noble. Salvador Salas

Ernesto Artillo coloca gafas de realidad virtual al Museo Carmen Thyssen

El artista malagueño reflexiona sobre la identidad en el metaverso con una experiencia multisensorial, la primera de estas características en un museo de Málaga

Martes, 8 de febrero 2022, 15:43

Es un juego de contrastes desde el principio. A un lado, bajo los históricos artesonados de madera, se encuentran los maestros antiguos con tallas del siglo XIII y óleos del Siglo de Oro español. Al otro, los nuevos con gafas de realidad virtual. La Sala ... Noble del Museo Carmen Thyssen abre una ventana al futuro más próximo con una pionera propuesta inmersiva dirigida por el inclasificable artista malagueño Ernesto Artillo. «Hemos traído al museo algo improbable hasta ayer o incluso hasta esta mañana. Y no es que hayamos ido mal de tiempo, es que esto es algo que se nos avecina de manera inmediata y no nos ha dado tiempo a interiorizar», anticipa el creador.

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Artillo reflexiona sobre el metaverso en su instalación audiovirtual 'Se hizo carne', la primera iniciativa de realidad virtual aplicada al arte que entra en un museo malagueño. Una propuesta que se vive de forma individual, en pases horarios de uno en uno, siempre acompañado por mediadores del Carmen Thyssen (acceso con la entrada del museo hasta el 6 de marzo). Cuatro minutos de desconexión absoluta con el exterior para sumergirse en un mundo paralelo aún por explorar y asimilar.

Con una estética que aúna el arte clásico, la imaginería y las líneas contemporáneas, el malagueño cuestiona la propia identidad en ese espacio «que estamos llamados a habitar» y que va a determinar «de una manera muy triste» la relación con los sentidos. Le preocupa «la potencia» que todo el 'universo Mark Zuckerberg' tiene para desvincularnos de ellos. Por eso él recurre a lo último en tecnología pero apelando a lo más carnal: el olfato (con una ambientación vegetal que desprende olor a musgo, a campo), el tacto (recomendando descalzarse antes de acceder a la sala para sentir la pisada), el oído (con la voz de Artillo de fondo) y la vista (con imágenes que envuelven al visitante en 360 grados). «He recreado un metaverso para cuestionar el metaverso. No me siento capaz de hablar de él si no es desde dentro», explica Artillo, que se inspira en el pasaje del Éxodo donde una zarza ardiendo se aparece a Moisés y, ante sus preguntas, Dios le contesta al profeta «Yo soy el que soy».

El creador recurre en 'Se hizo carne' a la última tecnología pero apelando a los sentidos

La experiencia multisensorial construye un universo onírico donde los cuerpos, en diferentes formas, lo invaden todo. No en vano es un canto a no perder nunca, pese a todo, la conexión con la carne. «Los sentidos se activan y desactivan mientras se avanza hacia un lugar indefinido que acabará siendo real y sorprendente», avisan.

Solo Artillo es capaz de convertir la presentación en sí misma en una especie de performance con decenas de cámaras apuntando mientras él recita con intensidad el texto que el visitante escuchará a través de los cascos. Sus palabras se mueven entre lo poético y lo puramente indicativo, con referencias de hacia dónde dirigirse para completar la experiencia. Con eso y la imagen, Susana Hernández crea una ambientación sonora que acompaña durante todo el proceso. «He intentado representar un espacio que no sabemos muy bien dónde está, que está en nuestra mente», detalla. El visitante ve figuras emergiendo del agua que no están ahí pero que se sienten muy cercanas. Por eso el sonido busca un punto medio entre «algo muy celestial y muy terrenal, el espacio aéreo y el de tierra».

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Como dice Susana Hernández, esos cuatro minutos son un momento simplemente «para estar», para «repensar lo que es sentir a través del cuerpo, la vista, el sonido y el olfato». Alberto Martínez, autor del Arte 3D, y Pablo Becerra, responsable de VREStudio, completan este ensayo artístico que se integra en los proyectos colaborativos que coordina Eva Sanguino, responsable del área de Educación y Acción Cultural del Thyssen. Una apuesta por lo actual que hace «rejuvenecer» al museo y le reafirma en su misión de ofrecer una «experiencia ante la obra de arte», en palabras de su directora artística, Lourdes Moreno. «Son tiempos de velocidad, de vértigo, de dictadura de lo inmediato, y lo importante es permanecer despiertos para seguir el camino de ser los primeros», se felicitó la concejala de Cultura, Noelia Losada.

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