Enrique Ponce y Alejandro Talavante cortan un rabo en Marbella

En el toro de su regreso a Marbella para despedirse de la afición de la Costa del Sol, Enrique Ponce se mostró voluntarioso en las verónicas de recibo a 'Andarín', un toro que no hizo honor a su nombre ya que anduvo poco y humilló menos aún. El valenciano brindó al público una faena donde dibujó muletazos a media altura con su contrastada técnica, pero ayunos de emoción y apreturas. El 'cuvillo' terminó muy parado. Mató de estocada casi entera baja.

Para la historia quedará que 'Espantoso', marcado con el número 124 y negro de capa, fue el último toro que Enrique Ponce lidió en Marbella. Un burel al que recibió con un buen ramillete de verónicas templadas y ganando terrenos abrochada con una media. Brindó la faena a El Litri, miembro de la empresa que dirige la plaza marbellí y torero con el que tantas tardes compartió cartel. Un trasteo que comenzó vibrante con la rodilla genuflexa y pases con mando a un animal con movilidad y codicia. Fue el prólogo de un trasteo bajo los sones de 'La Concha Flamenca' donde el valenciano a base de técnica y mando domeñó la embestida del buen 'cuvillo' por ambos pitones. Fue una faena 'made in Ponce', que terminó con derechazos de nuevo con la rodilla genuflexa y naturales de uno en uno. Mató de estocada baja y a su mano fueron los máximos trofeos.

Había un gran interés por ver a Morante en Marbella y el sevillano intentó en su primero el lucimiento a la verónica, donde destacó la media con la que abrochó el ramillete de recibimiento. El puyazo a 'Cacareo' fue caído y trasero y el animal lo acusó, mermando aún más sus pocas fuerzas y su casta. A media altura y con esa suavidad de su muleta y la facilidad que tiene para componer, Morante dejó algunos retazos de pinturería en el trasteo, que no alcanzó grandes vuelos. Con la espada estuvo mal: dejó cuatro pinchazos sin soltar antes cobrar un pinchazo hondo tras el que se echó el 'cuvillo'. Un mal manejo de los aceros que le privó de tocar pelo.

La falta de entrega de su segundo impidió a Morante lucirse con el capote en el recibimiento, dejando una sola verónica con enjundia, que supo a poco a los aficionados que aguardaban con expectación al sevillano. Inició la faena por alto rematada con un molinete saleroso. 'Elegante' no tuvo una embestida que hiciera honor a su nombre, más bien al contrario, fue brusco y si recorrido. El de la Puebla abrevió. Dejó dos pinchazos y el toro se echó.

Con decisión salió Alejandro Talavante en su primero, al que recibió con lances a pies juntos. Tras un puyazo al relance, el diestro entró al quite por chicuelinas. En banderillas sobresalió Javier Ambel con dos buenos pares. Talavante comenzó la faena con muletazos por bajo donde destacaron un par de trincherillas con sabor para sacarse al animal a los medios, donde a base de mando y suavidad en los muletazos logró tandas estimables, aprovechando la nobleza de 'Famoso', que tuvo más movilidad que sus dos hermanos anteriores. Mató de estocada caída y un descabello. El bonancible público pidió con insistencia las dos orejas y el palco las concedió.

Con tres afalorados de pie, unas verónicas y una media recibió Talavante al séptimo de la noche. Brindó al público una faena que inició con muletazos por alto intercalados con pases cambiados por la espalda abrochados con una trincherilla con sabor. Con la muleta en la derecha y la izquierda, las tandas, que tuvieron mando, pecaron de falta de temple, lo que le llevó a sufrir varios enganchones al natural. Se encontró más cómodo en los remates, las luquesinas y en un pase invertido que en el toreo fundamental. Concluyó con manoletinas, rematadas con un buen cambio de mano. Mató de estocada. Unos tendidos generosos le premiaron con los máximos trofeos.

En el toro de presentación como matador en Marbella, Juan Ortega se estiró a la verónica, sobresaliendo dos de ellas por su trazo y su suavidad. La torería marcó la faena de Ortega a 'Pesadillo', desde el inicio sacándose al animal a los medios, donde destacaron sendos molinetes y otros tantos trincherazos preñados de sabor, hasta el epílogo con molinetes, pasando por la columna de un trasteo basado en la mano izquierda, de la que brotaron naturales largos y suaves acompasados con la cintura, y derechazos con enjundia; en la memoria también queda una serie de toreo por alto a dos manos con empaque. Toreo de gran sabor que denotan el buen momento por el que atraviesa el sevillano en esta temporada. Mató de una buena estocada y logró dos orejas tras la faena más artística de lo que se llevaba de festejo hasta ese momento.

No pudo lucirse Juan Ortega con el capote en el último de la noche cuando el festejo iba camino de las tres horas de duración. Con pases de tanteo por bajo para intentar domeñar la incierta embestida de 'Hatero' comenzó el sevillano una faena de disposición el torero ante un 'cuvillo' manso, desclasado y sin entrega. Abrevió Ortega que mató de estocada.

FICHA DEL FESTEJO

Lugar: Plaza de toros de Marbella.

Ganadería: Se lidiaron ocho toros de Núñez del Cuvillo, de variadas capas, de desigual presentación y juego, en general, nobles y mansos; destacó por su codicia en la muleta el encastado quinto, que fue aplaudido en el arrastre.

Toreros: Enrique Ponce (blanco y azabache): silencio y dos orejas y rabo; Morante de la Puebla (grana y oro): silencio y silencio; Alejandro Talavante (malva y oro con los cabos blancos): dos orejas y dos orejas y rabo; Juan Ortega (sangre de toro y azabache): dos orejas y silencio.

Incidencias: Primer festejo de la Feria de Candiles. Casi tres cuartos de entrada en los tendidos en noche calurosa y con gran bochorno. El paseíllo se hizo con las luces apagadas y sólo iluminada la plaza con los candiles ubicados en el albero y las velas que se repartieron en los tendidos; a su conclusión sonó el Himno Nacional interpretado por la banda de música del Maestro Tejera, que amenizó el festejo. Al término del paseíllo la alcaldesa de Marbella, Ángeles Muñoz, entregó un recuerdo a Ponce y la empresa de la plaza hizo lo mismo con el resto de toreros. Buenos pares de Javier Ambel en el tercero. Presidió Juan de Pura.