Encuentro en Málaga

Elisabeth Duval: «Me jubilo de la temática trans»

«No me interesa el victimismo. Muchas veces incluso me dan pereza los comentarios de apoyo», reconoce la joven escritora y filósofa. Hoy participa en La Térmica en su último acto vinculado con la identidad de género

Viernes, 19 de noviembre 2021, 10:06

Esta entrevista tiene algo de despedida porque desde hoy Elisabeth Duval se jubila de la temática trans. Salvo excepciones, la próxima vez que hable con ... un periodista será con motivo de su nueva novela, 'Madrid será la tumba' (este sábado se presenta en Madrid), y entonces responderá solo como joven escritora y filósofa. No se reconoce en el término activista y se niega a hacer de lo trans el eje de su vida. Con solo 21 años, es licenciada en Filosofía y Letras por la Sorbona, ha escrito tres novelas y un ensayo, 'Después de lo trans', donde vuelca todo lo que piensa del asunto para que no le pregunten más por él. Pero eso será después del evento de esta tarde en Málaga. Como último adiós a una etapa, Elisabeth Duval participa en La Térmica en el ciclo 'Transformadora' junto a Carla Antonelli, Ethan Alcaraz y Valeria Vegas para analizar la actualidad de las personas transgénero (20.00 horas, tras las proyección de la película 'Tangerine' a las 18.30 horas).

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–¿Sueña con el momento de hacer una entrevista sin hablar de lo trans?

–Cuando salga mi novela, 'Madrid será la tumba' (a la venta el 24 de noviembre), mi intención es jubilarme de la temática trans. Se da la casualidad de que el 20 de noviembre la presentamos en Madrid y este viernes estoy en Málaga para hablar de lo trans. Así que este acto de 'Transformadora' de La Térmica es para mí casi como una jubilación.

–¿Cree que le van a dejar, que no le van a preguntar por el tema?

–Hay una parte que te dejan y otra que tienes que hacer tú y es tu responsabilidad. A la hora de eventos o charlas, para el 90 por ciento de las cosas que tengan que ver con lo trans tengo dado ya el aviso a mi agente literario para que a partir de este día 20 ya diga 'no' automáticamente.

«Ser trans no es una profesión ni nos ganamos la vida con el hecho de ser trans»

–El colectivo trans ha luchado por la visibilización y lo ha conseguido. Ahora el reto es normalizarlo.

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–Sí, hay que exponer que hay gente trans que se dedica a cosas en su vida que van mucho más allá del hecho de ser trans. Ser trans no es una profesión ni es un trabajo ni nos ganamos la vida con el hecho de ser trans.

–¿Está preparada para que esa decisión le reste popularidad?

–Estoy relativamente tranquila porque la mayor parte de las cosas que hago ya no tienen que ver con lo trans. En mis colaboraciones con los medios no escribo ni hablo de lo trans. En el momento en el que pueda realmente dar el paso de alejarme de esa categorización todo el tiempo es cuando sabes ya que la mayoría de cosas para las que te llaman no tienen que ver con lo trans.

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–Realmente ha sido un proceso, no ha sucedido de un día para otro.

–En 2014, cuando las reivindicaciones eran que hubiera una legislación para los menores trans en Madrid, entonces sí era una parte más partícipe de todo el proceso. Y cuando publiqué 'Reina' y 'Excepción' en 2020, a mi pesar, todo el tiempo se hablaba de ellos como «libros publicados por la escritora y activista trans Elisabeth Duval». Por eso, cuando escribí 'Después de lo trans', que se publicó en 2021, en mi introducción ya lo dejaba claro: voy a escribir este ensayo de 300 páginas con todo lo que tengo que decir, hablaré un tiempo de ello y después me desentiendo. Escribo un libro sobre lo trans para que dejen de preguntarme por lo trans.

«Tengo apenas 21 años y, sin embargo, para mí la 'ley trans' llega tarde»

–Entonces vamos a aprovechar esta entrevista de 'despedida'. ¿Siente la aprobación de la 'ley trans' como una conquista personal?

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–No, no me gusta arrogarme esas flores. En los últimos años quienes han peleado por esa ley ha sido otra gente. Yo simplemente este último año, ya cuando estaba el proceso súper avanzado, he aportado un pequeño grano de arena. Me cuesta mucho hacerme corresponsable de que la Ley Trans se haya aprobado. Realmente es una ley que a mí no me va a afectar, que a mí no me va a ayudar en nada. Tengo apenas 21 años y, sin embargo, para mí llega tarde. Yo ya he tenido que pasar por todos esos procesos de patologización que la ley quiere evitar. Si se ha luchado en todo caso para que la ley salga adelante, no ha sido por un interés egoísta.

–¿Su vida hubiera sido mucho más fácil con esta ley, hubiera sufrido menos?

–Hay cosas que me habría ahorrado vivir. Aquel momento en el que la gestora de pacientes de la Unidad de Identidad de Género me dijo que si me equivocaba con esto de ser trans la otra opción que me quedaría sería tirarme por un puente, seguramente no lo habría tenido que vivir. O pasar por test psicológicos humillantes o toda la serie de procesos largos de espera no se habrían tenido que vivir. Yo no podía solicitar el cambio de nombre en el documento de identidad hasta los 18 años, pero como yo cumplo en agosto toda la inscripción en la universidad en otro país tuve que hacerlo sin haber cambiado ese DNI. Eso provoca malestares y muchos procesos laberínticos, casi kafkianos, de burocracia donde te sientes muy sola ante esas situaciones.

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–Quienes arremeten contra la ley se agarran a que algunas personas se arrepienten de haber iniciado la transición. ¿Son casos anecdóticos?

–A nivel estadístico es anecdótico y no me parece algo que vaya en contra de la ley. A las personas que hagan esas detransiciones hay que acompañarlas y el hecho que eso exista no quita la legitimidad de la tremenda mayoría que no acaba detransicionando. La 'ley trans' no es además la que regula los tratamientos médicos, que es lo que pera esta gente sería lo más negativo para la gente que transiciona. Es muy importante dejarlo claro: nadie ha propuesto que se opere con ningún tipo de cirugía a menores, nadie ha propuesto que antes de la pubertad se inyecten hormonas a menores. Lo que habrá que hacer será un acompañamiento a esa pequeña minoría porcentual, en torno al 1%, de gente que detransiciona.

«Nunca diría que existe un problema de fondo entre el colectivo trans y el feminista»

–Entonces, ¿para ser mujer basta sentirse mujer?

–Hay que definir primero qué es ser mujer y a qué nos estamos refiriendo con el 'ser'. Me parecería muy ridículo que a quien todos los días cuando va a comprar el pan le dicen señora, o que en su vida cotidiana vive siendo percibida como una mujer, negarle la identidad por una discrepancia cromosómica, por el hecho de que los cromosomas no sean los que se corresponden con el sexo hembra o por los genitales que tenga. No basta simplemente con una declaración verbal para ser nada, la identidad es algo mucho más complejo. Pero ni se reduce a una idea del sexo anquilosada basada en criterios que muchas veces no son ni siquiera bien definidos ni es tan simple como una mera declaración. Ser no es una categoría jurídica, es una categoría filosófica que es más complicada.

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–¿Considera al colectivo feminista uno de los enemigos de lo trans?

–Se ha intentado construir una especie de trampa según la cual hay una confrontación entre las feministas y las mujeres trans. Es una trampa porque considero que mayoritariamente el colectivo feminista, del que yo también formo parte, no ha tenido ningún tipo de problema con las personas trans ni ha sido transexcluyente. En todo caso, lo que hemos visto ha sido como una minoría transexcluyente con bastante voz ha sido quien se ha lanzado en esa cruzada contra las personas trans. Nunca diría que existe un problema de fondo entre el colectivo trans y el feminista, o entre el colectivo LGTBI y el feminista. En todo caso, se nutren mutuamente y tienen luchas de liberación que son compartidas.

–Está muy expuesta en las redes sociales. ¿Cómo se gestiona el insulto para que no duela?

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–Lo triste es que te acabas acostumbrando, construyes una coraza. Es verdad que en este último año ha tenido un nivel de violencia mucho mayor del que hubiera podido tener en otro momento. Cuando todos son cuentas anónimas o de gente que no sabes cuál es su cara, te preguntas si serían capaces de decir esas cosas a la cara. Lo que me parece más desolador es cuando ha sido una persona real quien ha tenido este tipo de comentarios. Ya no es que pienses una cosa, sino que tengas la crueldad de ponerte a atacar al otro cuando estás mirándole de frente a los ojos. Es normal la rabia ante ese tipo de odio, pero la postura más sana en la cual instalarse es esa postura cristiana del 'perdónalos porque no saben lo que hacen'.

«En el último año la violencia contra lo trans no ha venido solo de la extrema derecha, sino también de esa minoría feminista transexcluyente»

–Dice que el nivel de violencia ha subido este año. ¿Alentado por el auge de la extrema derecha?

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–La legitimación de un grupo político como Vox en las instituciones puede tener algo que ver, y sin embargo lo realmente desolador de lo que se ha recibido por parte de la gente trans en la actualidad es que esa violencia no ha venido de esa extrema derecha de la cual venía habitualmente, sino que ha venido de esa minoría feminista transexcluyente, muy violenta en sus postulados.

–¿La mayoría de los ataques vienen ahora de las mujeres?

–Sí, sí. Eso es lo realmente triste. Que una parte del movimiento feminista se haya sumado a ello y se haya hecho tan brutal, tan dañino.

–Es una 'rara avis' en su generación. Con apenas 21 años tiene una proyección y un trabajo impensable para otros jóvenes de su edad.

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–Mi situación es absolutamente excepcional. Pero una cosa de la que la gente no se da cuenta, es de que mi situación no ha sido todo el tiempo la misma. Hace un año, a principios de 2020, mi principal fuente de ingresos eran colaboraciones a 70 euros con medios. Hubo un periodo de tiempo en el que me abrí una cuenta de Patreon para poder tener un suelo más o menos de dinero que me llegara cada mes. Ni vivo con mis padres ni percibo nada por parte de ellos. En ese momento era una situación de relativa precariedad. Cuando empecé a colaborar de forma más estable con 'Público' y 'CTXT' ya cerré esa cuenta.

«Yo soy absolutamente privilegiada, vivo con mi pareja y dos gatos. No me voy a quejar»

–Hace unos días se hizo viral el mensaje de amor de un padre a su hija trans en 'Pasapalabra'...

–Me parece muy necesario en un momento en el que hemos visto construirse un clima de tanta hostilidad hacia las personas trans. Me parece muy importante que lo que vea la gente transjoven no sea solamente discusiones en la televisión sobre la 'ley trans' o debates muy violentos, sino que puedan ver el ejemplo de padres que están ahí, que afirman que van a apoyarle y que le van a seguir queriendo aún más.

–No lo ha tenido fácil en la vida, pero da la sensación de que huye de la posición de víctima.

–No sé si será por una cuestión de carácter o, precisamente, por haberme tenido que enfrentar a dificultades, pero puede producir un poco de fatiga la posición de víctima en la que constantemente se habla de lo difícil que se ha tenido. No me interesa. Reconozco los momentos de debilidad que he tenido, al igual que reconozco los momentos de privilegio que haya podido tener, pero una posición de 'pobrecita' no me interesa. Cuando en redes muestro los insultos que recibo no lo hago para que la gente me mande mensajes de apoyo, muchas veces me pueden incluso dar pereza los comentarios de apoyo. Lo hago simplemente porque creo que hay un error moral, hay un comportamiento que está mal por parte de cierta gente que es la que está haciendo esos ataques. Yo soy absolutamente privilegiada, vivo con mi pareja y dos gatos. No me voy a quejar.

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