![Eduard Fernández despide en Málaga a su madre fallecida: «Antes de salir al escenario hablo un poquitín con ella»](https://s3.ppllstatics.com/diariosur/www/multimedia/2023/05/09/eduardok-Rp3AEBnxjb61idV00elC9wJ-1200x840@Diario%20Sur.jpeg)
![Eduard Fernández despide en Málaga a su madre fallecida: «Antes de salir al escenario hablo un poquitín con ella»](https://s3.ppllstatics.com/diariosur/www/multimedia/2023/05/09/eduardok-Rp3AEBnxjb61idV00elC9wJ-1200x840@Diario%20Sur.jpeg)
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Parece imposible, pero a Eduard Fernández (tres Goya, una Concha de Plata, tres Biznaga de Plata) aún le quedaba algo por hacer en su profesión. A sus 58 años el actor se estrena en el monólogo teatral con una obra que para él solo tiene ... sentido ahora, en este momento, sin su madre y con la necesidad de sanar algunas heridas. 'Todas las canciones de amor' es su forma de despedir «a mamá», a quien no le pudo decir adiós en lo más duro del confinamiento, en la primavera de 2020. Murió en Barcelona mientras él estaba en Madrid. Este texto de Santiago Loza con dirección de Andrés Lima le permite hablarle minutos antes de salir a escena y hasta convertirse en ella sobre las tablas. En ella y en todas esas madres que dedicaron en silencio su vida a la casa y la familia. El viernes y sábado, 12 y 13 de mayo, le dirá que está en Málaga antes de pisar las tablas del Teatro del Soho CaixaBank (de 20 a 38 euros. 20.00 horas). De momento, no podrá hacer lo mismo en su ciudad, en Barcelona: «No me han dejado ir, por decirlo en plata. Es algo que me duele bastante. No pude ir en pandemia a decirle adiós a mi madre y no he podido ir a hacerle este homenaje».
-'Todas las canciones de amor' llega a Málaga ya rodada. ¿Cómo se siente con su primer monólogo?
-Bien. Ha ido cambiando y cogiendo enjundia. El teatro se va haciendo día a día, es algo vivo. Estoy más seguro, aunque siempre tengo el vértigo del escenario. Eso es así.
-Sorprende en un intérprete con tantas tablas.
-Sí, pero el teatro es medio sagrado. Es muy difícil.
-¿Necesitaba hacer esta obra para desahogarse?
-Sí, no sé ponerle palabras. Es un homenaje a mi madre y a todas las madres. Una despedida a alguien que murió. Seguramente sana algunas heridas mías, un vacío. No pude estar cuando murió mi madre en plena pandemia. Yo estaba en Madrid y ella en Barcelona. Y hay algo de atávico, de despedirme de mi madre. Porque el teatro tiene algo de eso, muy ancestral. Cada día antes de salir al escenario hablo un poquitín con mi mamá y ahora cuando vaya a Málaga le diré: «Hoy en Málaga, mamá». Y me responderá (imposta la voz y pone acento catalán): «¡En Málaga! Uy, a ver cómo va!». Sí, tiene algo curativo.
-Es una de las ventajas de ser actor, que puede hacer ese tipo de terapias.
-Sí, cuando iba a una psicóloga me lo decía. He pasado momentos muy duros en la vida, cada uno tiene los suyos, y ella me decía «hombre, tú tienes una profesión que tiene la grandeza de que todo el dolor es experiencia y lo puedes convertir en positivo encima de un escenario». Cuando estás dentro de ese dolor te da igual todo, pero luego sí haces un poso humano.
-Resulta muy común que los actores vayan al psicólogo. Y ahora, además, se dice.
-Antes no se decía. Pero sí, yo voy desde muy jovencito. Un psicólogo es cultura general. Y buena falta hace para que no pasen las barbaridades que pasan en España y en el mundo. Esos chavales que violan en grupo me parece una barbaridad. Yo eso en mi época no lo había oído. Si la gente fuera al psicólogo y cogiera más conciencia de él mismo y de la empatía... Que a alguien le ponga la violencia contra otra persona es una tara muy gorda.
-Cuando se coloca la peluca, ¿ve a su madre?
-Sí, veo a mi madre.
-¿Qué ha heredado de ella?
-Un sentido de justicia social y un sentido de la empatía. Ella era muy buena persona y tenía muy en cuenta a los demás. Y tenía poca tontería. De alguna manera representa a todas esas madres de esa generación que se pasaron todo el día en casa cuidando de sus hijos y de su familia, que limpiaron pañales, fregaban, barrían, hacían la comida y nadie les daba las gracias.
-¿Qué le han dicho sus hermanos cuando le han visto?
-Les ha gustado. La primera vez que vinieron se quedaron un poco en shock, tuvieron que volverla a ver. Mi hermano me decía que había momentos en que era exactamente la mamá. Pasear este homenaje a mi madre por toda España me gusta. Es un espectáculo muy íntimo, hay cinco canciones de amor que me encantan, hay un trabajo muy profundo de Andrés Lima y de todo el equipo. Es un espectáculo muy hermoso que toca mucho a la gente.
-Y es el momento de hacerlo. Este espectáculo no podría haberlo hecho hace diez años.
-No, de entrada tiene que estar muerta mi madre. Si no hubiera muerto, no me hubiera nacido hacerlo. Está bien hacerlo ahora con la edad y las tablas que tengo. He podido hacer lo que me da la gana, cosa que es maravillosa.
-He visto muy buenos comentarios de esta obra, pero es que creo que nunca he leído una mala crítica sobre usted.
-Sí, sí, yo tengo varias apuntadas en lo más profundo de mi cerebro (risas). En general me suelen dejar bien.
-Cuando a uno siempre le están diciendo lo bueno que es, ¿cómo se gestiona tanto halago?
-Yo soy más inmune al halago y me queda más la crítica. Si hay veinte comentarios buenos y uno malo, me quedo con el malo rallado. Pero bueno, con tranquilidad y con humildad. Y luego si eres actor y haces teatro, da un poco igual porque cada función hay que hacerla sin guardarse nada. Yo me canso mucho en este espectáculo porque me doy del todo cada día.
-Le faltaba un monólogo teatral y ya lo ha hecho. ¿Qué otra cosa le queda?
-Todas las películas que vaya a hacer por primera vez y todo el teatro que vaya a hacer. Me sigue haciendo ilusión cada proyecto. Y como no me creo nada, cada proyecto me produce el mismo vértigo.
-Cuando acaba un proyecto, ¿le sigue preocupando que no llegue otro?
-Ahora no porque tengo varios por delante, tengo un par de años casi llenos. La cosa es hacer bien lo próximo. Pero soy muy privilegiado. Siempre oía a la gente más mayor decir que el mayor premio era seguir teniendo trabajo. Lo veía como una frase hecha, pero realmente es así. El mayor premio en esta profesión es seguir teniendo trabajo y yo lo tengo. Me alegro mogollón.
-¿Qué será lo próximo?
-Voy a rodar una película en catalán y haré otra en octubre que aún no se puede decir.
-¿Tiene ya funciones de 'Todas las canciones de amor' en Barcelona? (El actor se ha manifestado en alguna ocasión en contra de la declaración unilateral de independencia)
-No, no. En todas partes menos en mi ciudad, donde no me han dejado ir, por decirlo en plata. Es algo que me duele bastante. No pude ir en pandemia a decirle adiós a mi madre y no he podido ir a hacerle este homenaje. Hice una en el Prat del Llobregat, la única función que ha salido en Cataluña. Es la comunidad a la que menos he ido de todas las de España.
-Y cree que no es casual. Hay una intencionalidad.
-Sí, claro, claro. Y nadie dice por qué, no se sabe por qué. Hay gente que hace la política así. Pero cuando la política se mete en la cultura, no sé si es buen asunto.
-Es peligroso.
-Yo creo que sí. Hay gente a la que no le gusta que lo diga. Pero ha sido así y lo diré.
-¿Qué le gustaría que le dijera su hija, Greta Fernández, en un monólogo?
-No, nada. Que haga su camino, lo que le dé la gana. Que haga lo que quiera y lo que pueda. Que siga trabajando, que vaya aprendiendo día y día y que yo la pueda acompañar, ver y admirar.
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