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Magdalena Tsanis. efe
Viernes, 23 de octubre 2020, 19:17
El documental 'Palabras para un fin del mundo', del malagueño Manuel Menchón, que se presentará el próximo domingo en la Seminci de Valladolid, desvela una serie de irregularidades cometidas tras la muerte de Miguel de Unamuno y cuestiona la versión oficial del fallecimiento.
Ese relato oficial, del historiador José María Ramos Loscertales, se basa en el testimonio de Bartolomé Aragón Gómez, un joven falangista, supuesto exalumno y amigo de Unamuno que fue a visitarlo el 31 de diciembre de 1936 y único presente en la habitación en el momento de su muerte.
La película es el resultado de más de una década de investigación y ha contado con la colaboración de los herederos de Unamuno y de sus biógrafos Colette y Jean-Claude Rabaté, entre una veintena de expertos e instituciones.
Basándose «en datos y declaraciones contrastadas y en documentos oficiales», Menchón reconstruye lo sucedido desde las horas previas de la visita de Bartolomé hasta el entierro precipitado de Unamuno la mañana siguiente, sin esperar las 24 horas que debían transcurrir como mínimo.
La disparidad más llamativa es el registro de la hora del fallecimiento. Aunque los familiares y testigos aseguraron que se produjo entre las 18.00 y las 18.30 horas, el certificado de sepultura expedido esa misma tarde en la parroquia la adelanta a las 17.00 horas. Este documento no se podía obtener sin el acta de defunción, pero este acta se redactó al día siguiente en el juzgado a primera hora y fijaba la hora de la muerte a las 16.00 horas, es decir, cuando Aragón aun no había llegado a la casa. Aragón no asistió como testigo a la firma del acta, el que aparece en el documento «es un desconocido para la familia».
Menchón también pone bajo la lupa el hecho de que no se realizara una autopsia. Una hemorragia bulbar, la causa certificada de su muerte, es un tipo de hemorragia intracraneal que cuando producían una muerte súbita se consideraba «muerte sospechosa de criminalidad». Obligaba por tanto a hacer una autopsia judicial, ya que es posible provocarla «con escasa o ninguna señal externa».
El médico que certificó la muerte de Unamuno, el doctor Adolfo Núñez, recomendó a Aragón que saliera de la habitación «dado su estado de ansiedad». Éste se encerró en su habitación de hotel y esa misma noche mecanografió lo sucedido y entregó el documento a Ramos Loscertales. La información aparece publicada en un libro el 16 de enero de 1937, tan solo 16 días más tarde y es la que recoge las que han trascendido como últimas palabras de Unamuno: «¡Dios no puede volverle la espalda a España! ¡España se salvará porque tiene que salvarse!».
Menchón también cuestiona la relación de Aragón con Unamuno. No ha logrado contrastar el dato de que fuera exalumno suyo, tampoco hay constancia de que hubiera estado antes en la casa. Aragón fue recibido por la asistenta Aurelia, que oyó gritos en dos ocasiones y a la segunda subió y se encontró con el cuerpo inerte y a Aragón fuera de sí.
Todo el documental es una recreación a partir de fuentes históricas con actoresque ponen voz a los protagonistas, desde José Sacristán (Unamuno) a Antonio de la Torre, Marian Álvarez, Víctor Clavijo o Andrés Gertrudix. El único testimonio a cámara es el de Miguel de Unamuno Adarraga, su nieto, que cuenta cómo los falangistas se presentaron sin previo aviso y se llevaron el cuerpo. «Se apoderaron de él hasta el final, no solo del cuerpo, sino con el uso propagandístico, intentando presentarlo como un fascista», dice.
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