

Secciones
Servicios
Destacamos
Las separan más de 2.000 kilómetros. Pero las exposiciones 'Wellcome' y 'Tempus fugit' nos dan la bienvenida a una reflexión sobre el tiempo actual ... tanto en Nueva York como en Miami. Entre ambas suman 26 obras que nos hablan del mundo que nos rodea a pie de calle. Particularmente de ese turismo masivo que está convirtiendo las ciudades en parques temáticos, los edificios en decorados y los habitantes en visitantes. Ese fenómeno que vuelve con fuerza tras la remisión de la pandemia toma un papel protagonista en los cuadros de Rafael Alvarado (Málaga, 1957) con un símbolo tan identificable de la sociedad del espectáculo como Mickey Mouse, un personaje principal que se asoma a toda una serie de la obra reciente del artista que invita a recapacitar sobre el urbanismo Disneylandia y, particularmente, sobre la capital de la Costa de Sol, que se asoma también en esas ventanas a nuestra realidad que son las piezas del autor.
Hace algo más de un año, Alvarado ya ofreció un avance en el Ateneo de Málaga de esta última trayectoria que ha tomado su pintura, aunque ahora avanza en ese camino inconformista y crítico con su desembarco en las galerías ATM de Nueva York y Bill Brady de Miami. En las respectivas obras que sirven de entrada a las exposiciones, la figura del ratón de Disney se convierte en protagonista con un juego de las proporciones que el creador utiliza para representar la asfixia de las ciudades que acaban muriendo en vida como sugieren las calaveras que el mítico personaje del tío Walt tiene a sus pies. En el caso del óleo exhibido en el Chinatown de Manhattan, Mickey se alza en el pedestal de un cráneo que a su vez es guisado en una olla que recuerda a esos bares que transforman las calles en terrazas infinitas, mientras que en el óleo que se exhibe en la capital de Florida la figura del ratón se gigantiza todavía más sobre un paisaje apagado y mortecino en el que aparecen unos patinetes turísticos de grandes ruedas -'segway'- que nos devuelven al urbanismo del consumo masivo.
«En ambas exposiciones reflexiono sobre el turismo y la ciudad, tomando ese símbolo americano de Mickey Mouse que, metido en un entorno romántico como es el de Málaga, eclipsa sus jardines, sus estatuas y su herencia del siglo XIX para acabar convirtiéndola en un escenario de cartón piedra, en un parque temático», cuestiona Alvarado que, como en su anterior obra sobre la inmigración, parte de lo local, para reelaborar su mirada desde el lenguaje plástico que aporta a sus piezas un aspecto siempre sugerente y una lectura universal. Una colección que ha llegado a Estados Unidos después de que su paisano y colega Javi Calleja expusiera en Nueva York y hablara a Bill Brady del trabajo de Alvarado.
Lo clásico y lo moderno, con su eterna disputa estética, se plantea en cada una de las obras del artista malagueño que también juega con lo cómico y lo trágico, reconvirtiendo ese símbolo simpático del ratón en una amenaza. Rafael Alvarado sabe además de lo que habla. Como vecino del centro ha sido testigo de ese proceso de expulsión y cambio del habitante por el turista. «Cuando el progreso deja de ser progreso se convierte en retroceso», alerta Alvarado, que conecta a través del viaje esta visión de la ciudad turística con su anterior producción sobre la inmigración, de la que también se incluyen algunas piezas en ambas exposiciones. Además de una serie de obras más pequeñas con un elocuente título 'España, aparta de mí este cáliz', inspirada en el poemario de César Vallejo.
Esa visión sobre la ciudad en la que vivimos también se la lleva el artista malagueño a su propio ámbito, el artístico. Por ello, aplaude la existencia de lo museos, pero pide más espacio o iniciativas para los artistas locales y señala el desequilibrio que supone tener estos grandes centros artísticos de iniciativa pública en Málaga que son el reclamo de miles de visitantes y apenas existen un par de galerías de arte contemporáneo. «El Museo Picasso es maravilloso, pero no hay un tejido que esté a la altura de esa política cultural», expone Rafael Alvarado que asegura que «algo funciona mal» y pide que las instituciones potencien a los creadores de proximidad con espacios permanentes como el que tiene reservado el CAC Málaga en una de sus salas.
rafael alvarado
Artista
«Málaga no ha estado representada en la feria ARCO y de Andalucía solo había dos galerías. Esto nos debería hacer reflexionar», manifiesta el creador, que asegura que trata de «sentirse partícipe de los fracasos de la propia ciudad» para formular una crítica que en ningún caso trata de ser «derrotista». Por ello expone que, al igual, que los habitantes son expulsados de la ciudad por el turismo, algo parecido ocurre en el ámbito cultural. «Los artistas se tienen que ir de Málaga porque el éxito lo tienen en el exterior», lamenta Alvarado que hasta el 20 de marzo ofrecerá su particular Disneylandia en Miami y Nueva York.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.