Las diez joyas entre los tesoros de la Colección Abelló en el Centro Fundación Unicaja Málaga

Entre las obras que por primera vez se exhiben en nuestro país está este Rafael, genial pintor de retratos, como muestra esta reducida y excepcional obra. El perfil del orfebre, tallista y amigo del artista, Valerio Belli, se recorta sobre un fondo neutro de color verde, ricamente vestido y con gesto serio de madurez. La obra presenta algunos arrepentimientos en su ejecución: por un lado, el contorno del rostro era más suave para luego adelantar el perfil y marcar el caballete de la nariz, y, por otro, el personaje sujetaba con su mano derecha un objeto, quizá una medalla. La delicada y magistral calidad de las pinceladas de este pequeño retrato muestran el aprecio y la amistad entre ambos artistas.

El Maestro de la Leyenda de la Magdalena recibe su nombre de un políptico sobre la historia apócrifa de María Magdalena (1515-20). Su mano se ha identificado, sin llegar a una conclusión definitiva, con la obra de Pieter van Coninxloo o la de Bernard van der Stockt. En esta tabla, el pintor retrata a la hija de Juana la Loca, la infanta Isabel, que cubre su pelo con una toca negra con estilizadas 'Y' bordadas en dorado, que pueden hacer referencia al nombre de la infanta. También se adorna con un collar cuyos eslabones tienen la forma de una margarita en alusión a su tía y tutora, Margarita de Austria. Otro retrato de la infanta, atribuido al Maestro de la Leyenda de la Magdalena, se conserva en el museo Czartoryski de Cracovia.

La obra maestra que sirve de portada a la exposición es este Rembrandt, reciente adquisición de la Colección Abelló que se exhibe por primera vez en España. Una obra muy solicitada por museos de todo el mundo que además tiene el interés añadido del personaje retratado: Elisabeth van Rijn, hermana del propio pintor holandés, con el que comparte evidentes rastros físicos. Este óleo tiene además una historia propia ya que fue incautado por los nazis y restituido a sus legítimos dueños tras la II Guerra Mundial.

En 1786, la duquesa de Osuna encargó a Goya una serie de lienzos de temática popular para su palacete El Capricho (Madrid). 'La cucaña' representa el divertimento popular de trepar por un largo palo engrasado con el objetivo de alcanzar el premio atado en el extremo superior. Las otras pinturas de este conjunto, como 'El columpio', 'Asalto a una diligencia', 'Procesión de aldea', 'Apartado de toros', 'La caída' y 'La conducción de una piedra', están dispersos en colecciones privadas o en paradero desconocido. Los duques de Osuna fueron mecenas y mantuvieron una gran amistad con el pintor zaragozano que participaba habitualmente en sus tertulias ilustradas.

Van Gogh menciona en sus cartas sus 'estudios de cabezas', en los que muestra el interés del siglo XIX por la 'ciencia de la fisionomía', que se basa en que el carácter de las personas definía los rasgos del rostro. Los estudios de cabezas son un tema en los que trabajó incesantemente, adquiriendo, como en este caso, una extraordinaria caracterización de los tipos sin un atisbo de idealización romántica del representado. Todos estos ensayos de rostros culminarán magistralmente en su famoso lienzo de 'Los comedores de patatas'.

Obra muy singular que supone un auténtico 2x1 de Modigliani, un artista que reciclaba sus lienzos y que aquí pintó tanto en el anverso como en el reverso. La exposición muestra ambas caras, con 'El violonchelista', al frente, un músico vecino del artista, al que atrapa tocando con los ojos cerrados transmitiendo amargura, sentimiento y misterio. En la cara B, plasma al escultor Brancusi, al que conoce poco antes de este retrato y pinta en tonos azules melancolía, la cabeza gacha y, de nuevo, con los ojos cerrados. De nuevo, el misterio.

Otro oportuno rescate de la Colección Abelló que, tras más de 60 años desaparecido, exhibe por primera vez en España este dibujo que se inspira en el mito de Leda y el cisne. Así, la misma noche que esta mujer se casa con el rey de Esparta, el dios Zeus tomó forma de cisne y también la poseyó. De ambas uniones se originaron dos huevos: de uno de ellos nacieron Castor y Pólux (los Dióscuros) y del otro la bella Helena y Clitemestra. Según el artista, él y su pareja Gala eran la reencarnación de los primeros y, por esa razón, convierte a su musa y compañera en el personaje principal de este dibujo.

Otra pieza que se exhibe por primera vez en España es esta obra abstracta del alemán Gerhard Richter, en la que emplea pinceles, rodillos y paletas de una forma vigorosa y gestual, adquiriendo su pintura mayor consistencia. Una pieza que es producto de una planeada espontaneidad, según las palabras del autor: «Mi obra nunca es producto de una casualidad, no es algo fortuito, es algo planeado, pero siempre sorprendente. A menudo me asombra darme cuenta que la casualidad es mucho mejor que yo mismo».

La figura del cráter-óvalo-agujero, con la que el pintor representa la escena taurina, la utiliza en otras composiciones como en su serie de 'Constelaciones', porque esta figura se ajusta tanto al movimiento circular de los astros, como el movimiento de sus pinturas de lidia. Lo que le interesa a Barceló es mostrar los trazos, la trayectoria y los gestos curvos del toro y torero que son un pretexto para indagar en el espacio, las líneas y la geometría. La forma de representación del astado es muy singular ya que, a pesar de que el título indica que el morlaco pesa más de media tonelada, lo capta de forma sorprendentemente etérea.

Bacon pinta al fotógrafo americano del título cuya obra le llamó la atención. El artista irlandés elige el formato de tríptico porque considera que una estructura de un cuerpo central y dos alas laterales da estabilidad a la obra, aunque esta intención contrasta con la sensación de movimiento que consigue con las distorsiones y las manchas en el rostro, como si el personaje se estuviera haciendo una fotografía y se moviera en el momento del 'clic'.