'Polican 9. Crimen y gatito': Deprisa, deprisa

En esta nueva entrega de la serie de Policán presenta varios personajes ya conocidos por su público lector, entre ellos el protagonista, un perro policía que surgió de la combinación in extremis del cuerpo de un policía y la cabeza de un perro. Propone doce episodios más tres finales posibles. Y en todos surge una oposición entre los buenos y los malos, que no siempre el lector es capaz de distinguir, y se deja embaucar por las apariencias. El perro-poli es expulsado del cuerpo de policías por el alcalde, y sus compañeros se proponen reincorporarlo al grupo, aunque, como era de esperar, la decisión no es por unanimidad, aunque lo pudiera parecer. Todo el volumen presenta continuadas paradojas, con lo que recuerda un tanto las de nuestro admirado Unamuno. Ni todos son totalmente malos, ni todos son totalmente buenos; cada cual tiene facetas opuestas en su personalidad, pero también complementarias. Los peores personajes van tomando carta de naturaleza como experimentos nada exitosos, como robots fallidos por cuestiones técnicas, y la vuelta atrás no es sencilla. Además, tanto los robots como el alcalde tienen una cara oculta, la que avergüenza mostrar a los demás. De los monstruitos, destaca Gusa, una bolsa de plástico gigante que tiene su punto flaco. Y entre los demás personajes, el padre de Gatito, que oculta una historia tierna. Como la oculta el alcalde, que adora a un pequeño ser de peluche. Otra obra para conservar en las bibliotecas infantiles.