David el del bombo

De momento lo que se colige de la pugna entre 'La Revuelta' y 'El Hormiguero' son, albricias, algunos hallazgos sugestivos que eran evidentes. Por ejemplo, que las audiencias juveniles en la televisión en abierto no estaban muertas, estaban de parranda por YouTube y otras plataformas, dado lo mortecino de la oferta rampante. De qué si no se explica el éxito persistente de 'Aquí no hay quien viva', un poner. Broncano ha despertado a muchas huestes adeptas, y eso es impagable por más que algunos cacareen. El crecimiento en espectadores del canal estatal ha sido neto, porque el público acostumbrado a la feria perfecta de 'El Hormiguero', a ese 'show' tan rodado al que el último Gobierno del PP concedió Premio Nacional de Televisión en 2016, no le ha abandonado, aplaudiendo a rabiar sus tertulias una mijita inclinadas y sus invitados de alto copete. De modo que también lo de Motos ha vivido su «semana histórica», olvidando aquella noche que entrevistaron a la Pantoja recién salida de la trena sin pronunciar la palabra «cárcel». Lo mejor de este otoño enajenado será, ay, que la audiencia nacional podrá decidir cada anochecer, no sé si salomónicamente, entre entrevistas masaje y o charletas surrealistas.

Un planazo.