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CRISTINA PINTO
Martes, 28 de diciembre 2021, 00:17
Se escuchaba a Vetusta Morla en el Teatro Cervantes en la tarde del lunes 27 de diciembre. «Los días están contados, no hay más que ... temer. Tan solo seremos libres cuando no haya más que perder» es una de las frases de la canción 'Saharabbey Road', que sonaba para acompañar las imágenes que se proyectaban en el escenario. Málaga en ese rato empezaba a ser un poco más libre y no tenía nada que perder, sino mucho que ganar con lo que estaba por venir. Un año más, Dani Rovira aterrizaba en su tierra para cumplir con su lado más solidario: el festival benéfico '¿Quieres ayudar conmigo?' cumplía su novena edición y arrancaba con la primera de las tres funciones que se celebrarán hoy y mañana en el Cervantes, mismo sitio y misma hora para disfrutar de 'Odio', de Dani Rovira.
A partir de las ocho de la tarde, Málaga «empezaba a ganar», como decía la canción de Vetusta Morla. Ganaba en risas, pero sobre todo ganaba en ayudar. Y es que esta iniciativa solidaria de Dani Rovira, impulsada por la Fundación Ochotumbao –creada por el mismo humorista y la actriz Clara Lago–, ayuda un año más a asociaciones malagueñas sin ánimo de lucro. Los Ángeles de la Noche, Down Málaga, Adaner Málaga, Asociación Al-Farala, Málaga Acoge, Asociación AVOI, Jomad, Protectora de Animales y Plantas de Málaga, Amappace, Altamar, Aspaym Málaga y Somos Nupa sonríen un poco más cada año y no solo por el humor de Dani Rovira, sino también por los fondos recaudados de la venta de las entradas de este espectáculo.
Tras la canción y las imágenes proyectadas con la labor de la Fundación Ochotumbao comenzaba el show en el Cervantes. Se iban apagando las luces a la vez que acababa la canción, el nombre del monólogo se apreciaba en grande en la pantalla: la palabra 'Odio' bombeaba en tonos rojizos y unas notas flamencas se anticipaban a la entrada del humorista. Dani Rovira pisaba el Cervantes y el público –que en un mes agotó las entradas de las funciones de los tres días– se entregaba al malagueño con un fuerte aplauso. Se quitó la chaqueta de cuero, la dejó en la silla en la que en ningún momento del espectáculo se sentó y entre sus primeras palabras dijo lo que ya todos esperaban: «Estamos en la mejor ciudad del mundo, a tomar por culo». Entre la efusividad del público se escuchaba «¡Guapo!» con un acento muy marcado. «¿Ha venido uno de Campillos?», bromeaba Dani Rovira al escucharlo.
El patio de butacas se estaba enfrentando a más de hora y media de desconexión entre carcajadas y algún que otro momento de emoción y reflexión. Con eso también Málaga empezaba a ganar. Los primeros momentos del espectáculo estuvieron marcados por la improvisación. Tan improvisado como que, pasados 10 minutos del inicio del show, varios asistentes llegaban al patio de butacas para sentarse. «Aplauso para la gente que llega tarde», les decía Rovira. Lo que nadie esperaba es que serían varios grupos más los que se retrasaron en la llegada al monólogo. El público ya se reía solo con ver que alguien más aparecía por el pasillo y miraban expectantes a ver qué decía el malagueño.
Y algunas de las veces no decía nada, solo con el gesto de su cara y la mirada los asistentes ya no podían parar de reírse. Es lo que suele pasar cuando se conoce tanto al humorista, que hay veces que no hace falta ni que hable para que sus seguidores suelten carcajadas como si hubiese contado el mejor chiste. Eso pasó muchas veces durante la función del malagueño. Y es que algunos ya habían visto 'Odio', que se grabó para Netflix desde el Teatro del Soho. Incluso Dani Rovira lo preguntó en uno de los momentos y, aproximadamente la mitad, lo había visto, la otra no. Por eso el malagueño regalaba algún que otro comentario para sorprender a esos que ya habían reído con los detalles de este espectáculo.
«Esto es un proyecto común, yo voy a intentar daros la risa que vosotros venís buscando», apuntaba Rovira al inicio. Pues el malagueño repartió risas y también mucha dosis de realidad. «¿No notáis ese odio? Estamos enfadados, estamos todo el rato como intentando criticar. Con esto de la pandemia se ha multiplicado por mil, motivos nos sobran por desgracia para estar así», introducía Dani Rovira el tema que hizo pensar al público sobre redes sociales, política o periodismo hasta desembocar en el estrés.
Volvía a enlazar con sus bromas ingeniosas y los que llenaban el Cervantes pasaban de las reflexiones a las risas y miradas cómplices entre ellos. Tras incontables carcajadas que se escucharon en Málaga gracias a las palabras de Dani Rovira, el malagueño volvía a hacer pensar: «Uno aprende que el odio es una mochila muy pesada que solo llevas tú. La envidia es una admiración muy mal gestionada y odiar, amigos, es de putos cobardes. De valientes es decir 'te quiero'», señalaba en su discurso final. Un año más, Málaga ganaba en risas y en solidaridad con este show de Dani Rovira.
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