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Primera cámara de la Cueva Prehistórica de Ardales. Fernando Torres
Cueva de Ardales, la punta del iceberg

Cueva de Ardales, la punta del iceberg

El yacimiento esconde todavía secretos sobre los neandertales, su origen y la manera en la que vivían la cultura

Sábado, 24 de febrero 2018, 00:27

La comunidad científica internacional amaneció ayer sorprendida ante un hallazgo insólito. La prestigiosa revista Science publicó a las ocho de la tarde (hora española) los resultados de un estudio internacional que demuestra el origen neandertal del arte rupestre en el mundo. La Cueva Prehistórica de Ardales, Maltravieso (Cáceres) y La Pasiega (Cantabria) tienen expresiones artísticas realizadas hace más de 65.000 años, lo que significa que la cultura no nació con la llegada del hombre moderno ('Homo sapiens'), sino que se originó con su antepasado. Este avance hará que se miren con otros ojos numerosos yacimientos del Paleolítico medio e incluso que se modifiquen los libros de Historia del Arte. Sin embargo, no es todo lo que Ardales y la Comarca Nororiental de Málaga tienen que ofrecer. Es, tan solo, la punta del iceberg.

Para comprender el futuro de la cueva es necesario entender su pasado. Hace ahora 37 años que Pedro Cantalejo, actual responsable de patrimonio de Ardales, aterrizó en el lugar junto a varios colegas y comenzaron el camino que les ha llevado a la revista Science. Lo que era un grupo de amigos repasando algunos estudios se convirtió en el primer equipo multidisciplinar en trabajar sobre el terreno en el siglo XX (los primeros investigadores llegaron en 1821 y la intervención científica fue intermitente desde entonces). «Al principio se hizo un proyecto de cierre, recuperación y estudio, amparado por el Ayuntamiento de Ardales». Según apunta el arqueólogo, no fue hasta 1985 hasta que la recién creada Junta de Andalucía aprobó las intervenciones. En ese mismo año se apuntó al proyecto José Ramos, actual director de las excavaciones y doctor de arqueología en la Universidad de Cádiz.

Ambos recuerdan que, siete años después, en 1992, se incorporó el sistema de visitas como método de divulgación patrimonial. Simultáneamente, cada vez más investigadores se fueron adhiriendo a los trabajos de catalogación de los restos encontrados. En el años 2011, el director Neanderthal Museum de Alemania, el doctor Gerd-Christian Weniger, propuso a los investigadores crear un proyecto con el que excavar el pavimento de la cueva, asumiendo la financiación de los trabajos. Más de cincuenta investigadores de veinte instituciones participan a día de hoy en dicho proyecto, cuyos resultados absolutos están en camino.

«Estamos pendientes de los resultados de un estudio de ADN que nos explicará de dónde llegaron los neandertales al sur de la península, si desde Europa o desde África», comenta Cantalejo. Estos análisis se están procesando en el Max Plank, misma institución encargada de fechar las pinturas rupestres. Conocer la procedencia de los habitantes permitirá cerrar gran parte de los interrogantes que los investigadores de la cueva se llevan haciendo más de 30 años: «¿Quiénes estuvieron aquí?».

Además del estudio genético, el proyecto de las excavaciones en Ardales se extendió hasta Teba, en concreto a la Sima de las Palomas. José Ramos señala el valor de este punto, que según varias coincidencias líticas y geológicas estuvo conectado con la cueva de Ardales (situada a escasos kilómetros) y pudo ser el hogar de los neandertales que acudían a la cueva a pintar y enterrar a sus difuntos. La Sima de las Palomas tiene un perfil de once metros de altura y en los estratos más bajos hay restos de los humanos que habitaron la zona en el Paleolítico.

Este lugar puede arrojar datos muy poderosos para conocer el aspecto cultural y el tecnológico de los neandertales. «Es un yacimiento muy rico en herramientas líticas talladas, restos marinos, botánicos y de la fauna de aquél periodo histórico», comenta Ramos. Esta diversidad ha hecho que al equipo de investigadores se sumen múltiples especialistas en diferentes disciplinas -biólogos, antropólogos, ambientólogos-, dando lugar a lo que, para Ramos y Cantalejo, es hoy en día es la base del futuro en la arqueología: gente joven, con altos conocimientos técnicos en áreas que no siempre han estado vinculadas al estudio de yacimientos de este tipo, pero que pueden aportara mucha precisión.

Planta superior

De nuevo en la Cueva Prehistórica de Ardales, todavía hay una fase que no ha sido investigada. Se trata de la galería superior, un tramo suspendido sobre las cámaras principales a la que los primeros investigadores no lograron acceder, ya que requiere de unos grandes conocimientos en espeleología. Este tramo no ha sido excavado, y según los expertos puede arrojar datos de igual relevancia que las fases ya analizadas. «Para trabajar ahí hace falta un verdadero compromiso, ya que sería un procedimiento costoso por lo complejo de la zona», coinciden ambos arqueólogos.

Es en este punto cuando recuerdan que estos trabajos, incluidos los publicados en Science, han sido financiados con fondos del Neanderthal Museum y otras instituciones extranjeras, a lo que hay que sumar la colaboración de Teba y Ardales (y la concesión de permisos de la Junta). «Para hacernos nuevas preguntas sobre la cueva tenemos que disponer de nuevos recursos», concluyen.

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