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La ilustradora Marta Sevilla pone en imágenes la historia de Luis Amavisca. SUR

Un cuento para frenar el machismo

El editor Luis Amavisca y la ilustradora Marta Sevilla lanzan una campaña para financiar la publicación de 'La perra, la cerda, la zorra y la loba'

Viernes, 3 de enero 2020, 00:46

Nada es menos inocente que el lenguaje. Nada destila con mayor precisión que las palabras la carga social, política, histórica y económica que intentan trasladar o enmascarar. Por eso el español, como casi todas las lenguas, hunde buena parte de sus raíces en lo más profundo del machismo. Al fin y al cabo, fueron los hombres los constructores de esos códigos que intentan perpetuar su dominio. Ahí está el ejemplo de que algo pueda ser cojonudo o un coñazo. Ahí están también, 'perra', 'cerda', 'zorra' y 'loba' como insultos básicos más poderosos que su literalidad.

Por eso se llama justo así, 'La perra, la cerda, la zorra y la loba' el libro ideado por el editor y escritor Luis Amavisca y por la ilustradora Marta Sevilla. La iniciativa ha abierto una campaña de micromecenazgo en Internet para financiar la publicación de este cuento para adultos que pretende dar la vuelta a los insultos para convertirlos en armas a favor de la visibilidad de las mujeres.

«Nos apropiamos de los insultos típicamente machistas para que esos insultos se vuelvan, de alguna manera, en su contra«, comparte Amavisca, promotor de NubeOcho, la editorial nacida en Málaga y especializada en cuestiones como la igual y la diversidad a través de un amplio y selecto catálogo de libros infantiles presente en una veintena de países.

«Este proyecto es un álbum ilustrado para adolescentes y adultos, por eso creí que no tenía cabida en la editorial y nos decidimos a lanzar la campaña de aportaciones a través de Internet«, ofrece Amavisca sobre la plataforma.

Con una sonrisa

El libro está planteado casi al modo de una obra de teatro para adultos y adolescentes. Comienza con la perra, que está «de bajón» y, poco después, la cerda entra en escena. «Sólo con escribir esa última frase ya provoca una sonrisa, pero también se plantea como una llamada a la dignidad para que las cosas se nombren sin la carga despectiva que suele acompañar demasiado a menudo a las cuestiones femeninas«, lanza el autor.

«Mis preocupaciones como editor –sigue Amavisca– están muy centradas en la igualdad y en la diversidad. Cuando ofrezco alguna charla reivindico que es importante que en los cuentos haya tantas niñas protagonistas como niños, pero desde hace tiempo me pregunto, ¿y los animales, qué? Hay animales prohibidos o vinculados casi en exclusiva a valores conservadores«.

Por eso, la perra, la cerda, la zorra y la loba lanzan: «¿Y nosotras, qué? Tenemos algo que decir«. Y aquí mismo lo dicen.

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