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cristina pinto
Sábado, 27 de noviembre 2021, 00:43
Las calles del Centro Málaga se llenaban para vivir el primer día del alumbrado navideño de la ciudad, pero había otras luces que también llamaban la atención en los malagueños esa tarde de viernes 26 de noviembre. Los alrededores del Teatro Cervantes se rodeaban de ... gente para vivir su primera gran ópera en pandemia, la obra maestra de Giacomo Puccini: 'Tosca'. Lo hizo como la primera puesta en escena de la 33 Temporada Lírica. Y vaya puesta en escena...
El Cervantes se llenaba para no perderse ni un detalle de la ópera de Puccini. Unos minutos pasadas las ocho de la tarde el patio de butacas se trasladaba a la Roma de 1800, concretamente a la basílica de Sant'Andrea della Valle, lugar donde transcurre el primer acto de 'Tosca'. La belleza barroca de esta iglesia romana aparecía sobre las tablas del teatro malagueño jugando con esa pantalla que estaba en primera fila pero que fantaseaba con la profundidad y la invisibilidad que hacían que se viese perfectamente a los artistas y la puesta en escena. Sin duda, el efecto tridimensional en esta gran escenografía es una de las claves de esta ópera, trabajo que llega de la mano de Pier-Francesco Maestrini, director de escena.
En primera fila, delante del patio de butacas, estaba el director musical Pedro Halffter, que con su batuta guiaba a los músicos ubicados en los proscenios y a las grandes voces del escenario. Sobre las tablas del Cervantes, 'Tosca' iniciaba su paseo por los sentimientos de la mano de los tres grandes protagonistas de esta historia: la soprano armenia Lianna Haroutounian como 'Floria Tosca', el tenor mexicano Ramón Vargas ponía la voz a 'Mario Cavaradossi' y el bajo-barítono lituano Kostas Smorginas representando a 'Barón Scarpia'. Y hubo representación local en el escenario del Cervantes con el tenor Luis Pacetti, la Orquesta Filarmónica de Málaga, el Coro de Ópera de Málaga y Pueri Cantores Málaga. Completaban el elenco Luis López, Cristian Díaz, Fernando Latorre, Antonio Burgos y Cristina Risueño.
Admiración e ilusión. Esos fueron los primeros sentimientos que pudieron sentirse. La belleza de Tosca y el amor de Cavaradossi se fundían en pasión y amor que ensalzaba aún más sus voces. La fuerza del amor. O la fuerza de cualquier sentimiento, porque todo sentimiento llega en 'Tosca' a su máxima intensidad. La visita a Sant'Andrea della Valle llegaba a su fin y el Teatro Cervantes hacía una pausa para trasladarse a un nuevo lugar para el segundo acto de la obra de Puccini: el Palazzo Farnese. Ahí tomaría protagonismo la voz de Scarpia, otro personaje más en esta historia de amor que se estaba viviendo con 'Tosca'. Él estaba obsesionado con ella y esta diva operística se mostraba totalmente enamorada del pintor Cavaradossi.
Celos, odio, traición, sufrimiento y dolor. Mucho dolor en este segundo acto. Tanto como esa gran escena de Floria Tosca en la que acaba arrodillada en el suelo de dolor y llevando su voz al cielo para suplicar que su amado pintor no sufriese más. El odio de Scarpia a Cavaradossi invade la historia en ese momento. Pero todo acaba con el golpe de Tosca, que asesina al propio Scarpia por el sufrimiento que le había causado.
Llega el tercer acto y el nuevo lugar que visitaba el público malagueño era el castillo de Sant'Angelo. Ahí el resultado del amor acababa de la peor manera posible. Cavaradossi asesinado y Tosca, sin aguantar ese dolor, se acaba suicidando. De esta manera es como 'Tosca' refleja la fuerza de los sentimientos elevada al máximo, la fuerza de un amor imposible acaba con sus propias vidas.
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