C. MVA
39 Festival de Teatro de Málaga

Todas las voces de 'El rey Lear' desde una: la de Antonio Zafra

Elactor malagueño interpreta a más de diez personajes en la versión de Pablo Bujalance sobre una de las tragedias más conocidas de Shakespeare

CRISTINA PINTO

Jueves, 27 de enero 2022, 00:31

Un pequeño escenario rojo, dos sillas y una bombilla sobre las tablas del Teatro Echegaray. José Antonio Villodres, Pablo Bujalance y Antonio Zafra. Una viola, ... una guitarra, un poco de percusión y las voces. Muchas voces pero todas salían de la misma garganta, la del actor malagueño Antonio Zafra. Con su compañía de Teatro Inclusivo, este artista se subía al escenario para interpretar una tragedia de William Shakespeare, concretamente la versión de 'El rey Lear' creada y dirigida por Pablo Bujalance. 'Lear!' se estrenaba en el Echegaray el martes 26 de enero a las ocho de la tarde con un patio de butacas entregado y con ganas de vivir esta adaptación que iba a ofrecer tantos guiños humorísticos.

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El escenario rojo ocupado, las sillas ocupadas y la bombilla encendida. Había un detalle más, una pantalla en la parte superior derecha del escenario. Ahí se proyectaban las imágenes de Antonio Zafra como intérprete de lenguaje de signos o con los diálogos del mismo en subtítulos durante la función. Compromiso con el teatro inclusivo y accesible para personas sordas. Compromiso de Antonio Zafra, que consiguió probar con el implante coclear en dos operaciones para recuperarse de su sordera. Y lo consiguió.

Esta versión de Bujalance de la pieza de Shakespeare rompía totalmente la pared invisible con los espectadores. Las notas de la viola con José Antonio Villodres y la guitarra y la percusión del mismo Pablo Bujalance acompañaban las escenas y las transiciones de las mismas. Un camaleónico Antonio Zafra se encargaba de poner el resto llegando a interpretar a 13 de los personajes de la obra. Las tres hijas Goneril, Cordelia y Regan; los condes Gloucester y Kent; el carismático bufón; el pobre Tom o los hermanos Edmund y Edgar, entre otros tantos.

Los cambios se hacían en un visto y no visto. Las expresiones faciales y los cambios de voz de Zafra hacían que el público ya detectara a cada uno de los personajes casi de forma directa. Cuando el actor rompía esa pared que se marcaba entre el escenario rojo y el resto de las tablas del Echegaray, su faceta de narrador ponía toques de humor en varias ocasiones durante la obra. «Ay, qué hombre. Qué buen cómico», decía una señora desde la cuarta fila.

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Hizo cantar al público, que usó de karaoke esa pantalla con los subtítulos y acompañaba con sus palmas a la música de Villodres y Bujalance. Y, para terminar, llegaba una reflexión que hizo que, después de los momentos de tensión y risas en el Echegaray, los espectadores se fuesen a casa siendo mejores personas. «Quiere bien a quien bien te quiera», decía entre la moraleja.

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