Contrastes, crudeza y fama a través del objetivo

Ayer se reunieron en el Hospital HLA El Ángel para compartir con un selecto público su forma de encuadrar la realidad, y hoy elegirán entre las cientos de obras admitidas en una jornada frenética que se saldará con la lista de nombres del certamen con más premios en metálico de España. El primero en intervenir fue Conesa, conocido internacionalmente por sus retratos. Desde George Bush hasta la familia Tous (y su perro) o los Thyssen, pasando por deportistas de calado internacional, Juan Carlos I o Felipe VI, entre otros. «No soy un artista, siempre he trabajado para medios de comunicación», confesó. Explicó que la relación entre fotógrafo y retratado permite conocer «mejor» a los personajes públicos que hay detrás de su propia fama. «He intentado entender el retrato editorial como una forma de decir algo sobre las personas».

Le siguió Fernando Moreles, conocido por aportar una visión audaz, cruda y real sobre algunos de los colectivos más vulnerables del planeta. Las imágenes que enseñó mostraban escenas en las que el contraste lo ponían sus protagonistas, sin saturar los colores o los negros, dejando que el impacto llegase al espectador sin cortapisas. Contó la historia tras los rostros de una de sus series más populares, que compara la vida de menores de edad antes y después de su paso por una dura prisión en Sierra Leona. «Quería hacer algo más allá de mostrar su situación», dijo, por eso inició un programa de apoyo.

Isabel Muñoz aportó la parte más plástica y colorida, mostrando el 'cómo se hizo' de algunos de sus últimos trabajos, como 'Japón', en el que retrató la luz pero también la oscuridad nipona –«conseguí retratar a la Yakuza»–. Con su trabajo sobre el agua se metido de lleno en la denuncia sobre la contaminación de los mares: una serie de retratos y posados con vestidos ingrávidos realizados con un complejo estudio de fotografía submarina. «Estar debajo del agua te tranquiliza y es muy placentero».

Cerró la noche Ana Palacios, que con su cámara persigue «dar visibilidad a los grandes olvidados que no salen en primera página». «Es un reto complicado porque muchas veces no son visualmente interesantes las historias que quiero contar», explicó. Entre sus propuestas está el reflejo visual del trabajo de una asociación de Uganda que utiliza el arte para mejorar la vida de los niños y una serie sobre jóvenes albinos de Tanzania, uno de sus proyectos más sonados en el mundo de la fotografía internacional.

El presidente de este jurado cambiante es el maestro de la fotografía Josep María Ribas i Prous, primer autor español distinguido con el título de Maître de la Fédération Internationale de l'Art Photographique. Y el presidente del certamen ASISAFoto (y su fundador) es Manuel Viola, creador de la Sociedad Fotográfica Malagueña. Este vieres ambos coincidieron de nuevo, con una novedad: es el primer certamen presidido por Viola después de que este fotógrafo (malagueño adoptivo y jurado de admisión del concurso) haya ganado el Premio Nacional de Fotografía.