La frase se repite: «Aquí solo tengo que preocuparme de interpretar». Hablamos con ellos por separado, pero la reacción es la misma. Los dos respiran ... con alivio al pronunciar esas palabras. Acostumbrados a sacar adelante un proyecto propio desde Málaga, a escribir para después actuar mientras gestionan toda la logística de las funciones, este tiempo les parece irreal. José Carlos Cuevas y Paco Pozo forman parte de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC), un verso suelto en la escena española por la proyección, la estabilidad y los recursos de los que dispone al ser empresa pública de Cultura. «Es otro nivel. Esto es primera división. Pero tengo los pies en la tierra y sé que esto no es lo normal», admite Pozo. Mientras dura, como dice Cuevas, hay que «liberarse de cargas y disfrutarlo» sin estar con la cabeza pendiente a «mil cosas».
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Los dos malagueños se citan en el Teatro de la Comedia en Madrid para la foto, el escenario de la compañía que dirige Lluís Homar. En su sala Tirso de Molina actúa hasta el 5 de junio José Carlos Cuevas en una de las apuestas más personales del director: rescatar las dramaturgias femeninas del siglo XIX. 'La suerte', de Emilia Pardo Bazán, es la pieza en la que él está. Una labor que tiene un doble carácter de recuperación porque todos los que llevan a escena las obras son exintegrantes de la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico, la cantera. Y Cuevas es de la tercera promoción, «una experiencia única y muy enriquecedora en la vida profesional». «Me han vuelto a llamar y ha sido sorprendente», señala el malagueño, que hizo su última función, ya con la compañía grande, en 2017 a las órdenes de Helena Pimenta. Después de eso volvió a casa para fundar Jóvenes Clásicos, un grupo que en tan solo cinco años se ha convertido en una referencia en Andalucía del gran repertorio con una mirada contemporánea.
El caso de Paco Pozo es diferente. Su relación con el teatro clásico se limitaba prácticamente a lo que estudió en la escuela de arte dramático, con algún encargo puntual. Pero hace no mucho Lluís Homar le buscó para incorporarle al nuevo reto que tenía entre manos: subir al escenario 'Lo fingido verdadero', una obra apenas representada de Lope de Vega. El montaje ha llenado el Teatro de la Comedia de Madrid durante febrero y marzo, y ahora gira por el país.
Paco Pozo. La coracha Teatro
Lluís Homar le confió un papel tras verle trabajar como ayudante de dirección de José Carlos Plaza en 'Antonio y Cleopatra'. Él era el encargado de sustituir en los ensayos a los actores que faltaban por tema Covid o cualquier otro asunto. Solo tenía que leer el texto, pero él es actor y sabe lo difícil que es «hablarle a la pared». «Así que me aprendí todos los movimientos y todas las entonaciones de todos los personajes. Y le llamó la atención», recuerda Pozo, fundador de La Coracha Teatro junto a Inma Caballero.
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José Carlos Cuevas. jóvenes clásicos
Tras el estreno en Madrid ahora estará hasta el 4 de junio recorriendo el país con un montaje que le ha obligado a entrenarse a conciencia en el verso. Un desafío personal. «Me he sentido como en primero de carrera. Uno trabaja en su zona de confort y que te saquen de ahí, con un elenco con el que no sueles trabajar, de primer nivel y exigencia, es todo un reciclaje», argumenta.
Son conscientes de que estar en la Compañía Nacional de Teatro Clásico es «un escaparate», aporta una visibilidad difícil de conseguir desde Málaga. «Para que quieran contar contigo en otra producción teatral te tienen que ver. Así funciona el mundo escénico en Madrid», mantiene José Carlos Cuevas. Pero él vuelve a la CNTC en una situación diferente a la que llegó, con su compañía Jóvenes Clásicos en plena actividad, y quiere aprovechar las sinergias. «Mi intención es llamar a la puerta de una posible coproducción, presentar un proyecto para que Lluís Homar lo valore».
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Pero lo más inmediato entre sus planes es la dirección junto a Pedro Hofhuis del montaje popular de 'Fuenteovejuna' de Lope de Vega que cada dos años se realiza en el propio pueblo cordobés, con sus vecinos como protagonistas. Este mes de mayo empezará el 'casting' para elegir a los rostros de esta singular propuesta que el 17 de agosto regresa tras cuatro años de vacío (en 2020 se suspendió por la pandemia).
Por su parte, tras la gira de 'Lo fingido verdadero', Paco Pozo se reencontrará con 'Los invisibles', una tierna y divertida obra que él escribe y protagoniza sobre dos personas que viven en la calle. Un montaje que le ha valido el reconocimiento como mejor actor y mejor espectáculo de la temporada en los últimos Premios Ateneo de Teatro. En octubre y noviembre ya tienen todos los fines de semana ocupados con funciones por diferentes puntos de la geografía española. «Este año estamos que lo tiramos, se está recogiendo todo lo sembrado», se felicita momentos antes de regresar al verso para su próxima función en Logroño.
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