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Cuando se declaró el confinamiento, el productor y director José Antonio Hergueta se pasó al teletrabajo, aunque la primera semana acudió algún día a la oficina. Para llegar a El Palo cruzó calles solitarias, silenciosas, tristes y lluviosas, por lo que no pudo evitar pensar en aquel febrero de 1937 en el que la guerra civil dejó la misma estampa. «La sensación anímica era la misma, esa ciudad abierta que era Málaga se volvía a convertir ahora en una ciudad vacía y cerrada», explica el cineasta al que el destino puso delante de esa imagen de desolación que precisamente estaba buscando para 'Caleta Palace', su filme sobre los días previos a la caída de la ciudad, entre el abandono de la República y la entrada de las tropas franquistas. Por ello se apresuró a tramitar un permiso para rodar esa ciudad que volvía estar sitiada más de 80 años después. Aunque esta vez por una pandemia.
«Montamos un equipo superreducido, solo el cámara César Hernando y yo mismo, y conseguimos la autorización municipal para recorrer la ciudad», señala Hergueta que, como antaño, también encontró numerosas tropas desplegadas, aunque armados con desinfectante en lugar de munición para limpiar espacios públicos y proteger a la población. «Llevaba tiempo buscando esa imagen de la ciudad desierta y habíamos hecho filmaciones algún domingo por la tarde para que hubiera menos gente, pero en cuanto se impuso el confinamiento sentía que estaba habitando la película que llevo tiempo preparando», argumenta el creador que estudió las fotos y documentales de febrero de 1937 para rescatar ahora esos mismos escenarios que se mostraban «limpios y ajenos al tiempo».
Hergueta utiliza un referente muy cinéfilo, la película 'Casablanca' con la imagen de un París abierto y a punto de sucumbir a manos de los nazis en el que se enamoran los personajes de Ingrid Bergman y Humphrey Bogart, para definir esa misma Málaga republicana antes de la caída que es la gran protagonista de 'Caleta Palace'. Una película que espera terminar el año que viene, ya que con la crisis del coronavirus ve difícil completar su financiación y filmación en el presente 2020.
Lo que sí concluirá próximamente es el cortometraje 'Paraíso en llamas', que ha sido como un ensayo de esa gran historia de la Málaga de febrero del 37 ya que narra específicamente la historia de amor y horror que vivieron el espía Arthur Koestler (interpretado por Pedro Casablanc) y la fotógrafa Gerda Greep (Ana del Arco), una suerte de Bogart y Bergman de la guerra civil española. «El pequeño drama personal de esta pareja es lo que contamos en el corto que muestra como asistieron en primera persona en Málaga a una revolución derrotada, a una ciudad vacía y abandonada a la improvisación», retrata José Antonio Hergueta, que apostilla con ironía: «Pura improvisación como lo estamos viviendo ahora».
«El poder republicano fue bastante irresponsable, al salir en estampida sin dar aviso, ni plantear un plan de evacuación, o incluso haber negociado con los conquistadores. Y esa huida del gobierno militar genero el pánico entre la población y la desbandá», apunta el realizador, que ha podido volver a aquella Málaga encerrada en sí misma que, pese a las numerosas películas sobre la guerra civil, nunca ha sido contada ni retratada en la gran pantalla.
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Doménico Chiappe | Madrid
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