Momento en el que Pepa Flores sube a escena SUR

La última aparición de Pepa Flores: en el Teatro Cervantes junto su hija Celia Flores

La menor de las hijas de Marisol presentaba su nuevo disco en diciembre de 2016, un homenaje a su madre lleno de canciones que marcaron a varias generaciones

FERNANDO MORGADO

Málaga

Miércoles, 23 de octubre 2019, 20:37

Fueron dos destellos, dos brevísimos momentos que, en diciembre de 2016, convirtieron el concierto de Celia Flores en el Teatro Cervantes en algo histórico y, sobre todo, mágico. La velada, en la que Flores presentaba su disco titulado '20 años, de Marisol a Pepa ... Flores', se acercaba al final, anunciado por la propia intérprete. Una vez agotados todos los temas del álbum, sonó Tómbola. «Esto ya es una fiesta», dijo Celia Flores, consciente de lo que estaba por llegar. Emocionada durante todo el espectáculo, presentó a los seis componentes de la banda que la acompaña.

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Tras acabar el solo del guitarrista José Losada, por el lateral izquierdo del escenario apareció ella, el mito: Marisol. Con una corta melena rubia, pantalón vaquero y chaqueta negra, Pepa Flores se arrancó a bailar los acordes de uno de sus temas más famosos junto a su hija menor, Celia. La reacción del patio de butacas fue instantánea: todos en pie, aplaudiendo a todo un icono cultural de este país, hace décadas retirado de los escenarios y de la vida pública.

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Los que se encontraban más lejos del escenario se hacían hueco hasta las primeras filas móvil en ristre para obtener un recuerdo material de aquel instante que parecía mposible estar presenciando. Casi no dio tiempo a enfocar los objetivos. Marisol se retiró de nuevo, pero el entusiasmo del público del Cervantes la obligó a volver a salir a escena. Esta vez apenas se retiró de telón; saludó varias veces y se pudieron intuir la sonrisa y la belleza que una vez cautivaron a toda España, que la encumbraron.

Pero Celia Flores no solo estuvo arropada por su madre. Momentos antes de apagarse las luces y dar comienzo el concierto, su hermana, la actriz María Esteve, acompañada por su amigo Pablo Alborán, tomaban asiento en la sexta fila del patio de butacas. Esteve, una vez acabado el show, corrió a abrazar a su sobrino, Curro, hijo de Celia, que lloraba desconsoladamente tras ver a su madre y a su abuela juntas sobre las tablas.

Pablo Alborán acompaña a Celia Flores SUR

Celia Flores se propuso demostrar que el legado de Marisol está a salvo en sus manos. Mejor dicho, en su voz, y en los instrumentos de sus músicos, que consiguen renovar unos temas tan incrustados en la memoria colectiva que resulta peligroso cambiar cualquier nota. Pero el resultado es magnífico. La velada comenzó pocos minutos después de las ocho de la tarde con Me conformo, a la que siguió la animada Mami Panchita. Entre canción y canción, los vítores de un público que esperaba ansioso una cita que les iba a transportar a su infancia a través de la música de Marisol. «Viva la madre que te parió», exclamó alguien antes de que Celia Flores se dirigiese a su audiencia por primera vez. «Con todo el respeto del mundo» por la figura de su madre, Flores atacó de forma muy flamenca Chiquitina, el primer corte del álbum que ha conseguido producir gracias a una campaña de crowdfounding.

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Cuando terminó de interpretar la emocionante Balada para la soledad de mi guitarra, muchos coincidían en exclamar «¡Qué bonito!». Corazón contento y Estando contigo fueron los temas más celebrados. Ambos estuvieron separados por una pausa que Flores aprovechó para cambiar su atuendo negro por un vestido de lentejuelas. Ahora que te has ido y Ven, ven emocionaron al público, que vio saciado su apetito nostálgico con Cabriola convertida en una preciosa nana y Ola, ola, ola.

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