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Esta es una historia de película. Pero no solo por lo que se cuenta en la pantalla. Lo que no se ve también da para un guion. Y de premio. La sinopsis presenta como protagonista a Nacho, un ilustrador anónimo que ve cómo sus dibujos tienen éxito en Instagram. Le va tan bien que crea un estudio de animación, Naolito, a cuya puerta llaman desde Netflix a Amazon para hacer campañas publicitarias y virales. Entra en el terreno de los videojuegos y todavía le quedan ganas para complicarse un poco más la vida y abre una nueva puerta a la ficción 3D. Para entonces su equipo ya lo forman 15 personas, por lo que gracias a un crowdfunding de seguidores -más de 700- y a inversores privados, diseñan, producen y dirigen 'Homework', una suerte de 'Toy Story' sobre el material escolar que cobra vida en la clase cuando se van los alumnos. Quince minutos de metraje que se lo rifan los festivales -ha sido seleccionado en 95-, en los que ha ganado ya 14 galardones internacionales. Este sábado aspira a llevarse el premio Carmen al mejor corto de animación del cine andaluz.
«Pensamos hacer la película en seis meses, pero al final fueron dos años de trabajo. No éramos conscientes de la dificultad. Así que al terminar pensamos que sería genial verlo en gran pantalla, como un premio para todo el equipo, y lo presentamos al Festival de Málaga. Cuando nos seleccionaron ya nos sentimos recompensados, pero de pronto ganamos el premio del público y el de mejor corto del jurado y nos preguntamos: ¿dónde está la cámara oculta?», cuenta sin disimular todavía la sonrisa y cierta sorpresa Nacho Arjona, alma de Naolito, el estudio de animación que, aunque por el nombre parezca una marca japonesa, está aquí al lado, en el Polo Digital desde el que ha irrumpido en el ámbito cinematográfico con mucho ruido. Al día siguiente de ganar estos dos primeros premios ya los estaba llamando una distribuidora y la película comenzó a verse por todo el mundo, de EE UU a Taiwán.
Todo esto lo cuenta el responsable del estudio con naturalidad, en la oficina de más de 200 metros sin tabiques ni despachos de la antigua Tabacalera. A su espalda se ven las dos Biznagas de Plata, la estrella del galardón de la Plataforma de Nuevos Realizadores de Madrid, la estatuilla humanoide del Festival Ibérico de Cine de Badajoz o el extraño animal rojo del premio del mejor corto del Giffoni Film Festival de Italia. «Muchos trofeos todavía no nos han llegado», cuenta el ilustrador, productor y director, sobre la excelente acogida de la entrañable y divertida 'Homework', que no oculta la inspiración en el clásico de Pixar. «Cuando vi 'Toy Story' pensé que yo quería hacer eso, así que años después, cuando buscamos una historia que fuera universal, ahí estaba el colegio», señala Arjona sobre este filme protagonizado por un lápiz y una goma. El primero no puede evitar dibujar cuando camina y el segundo, al contrario, borra sin querer todo lo que toca cuando trata de jugar con el lapicero.
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De esa relación imposible surge esta historia que conquista a los espectadores por su complicidad y empatía. Un relato poblado además por una galería de personajes secundarios impagables, como el rotulador fosforito convertido en señal de tráfico, el multiuso papel celo o el 'post-it' como portador de mensajes ingeniosos al estilo del cine mudo. Todos objetos inanimados que cobran vida con atributos humanos, que es la marca de la casa de Naolito Animation Studios. «Prefiero las cosas a los animales, porque no tienen género ni raza, y pueden conectar con cualquiera», explica Arjona, cuyo logo y el del propio estudio es Nachito, una tortita coronada con un poco de guacamole que es un personaje muy popular en redes sociales. «De pequeño me molestaba que hicieran chistes con mi nombre, así que acabé apropiándomelo y haciendo yo los chistes», cuenta con humor.
Precisamente, ese tono de comedia tierna es uno de los secretos de 'Homework' que también homenajea el cine de aventuras y de terror al llevar la acción al pasillo del colegio. «Allí siempre estaban los mayores, así que te podía pasar cualquier cosa», apunta Nacho Arjona que define su corto «para todas las edades» ya que funciona tanto para niños como mayores. «Yo creo que nos ha ido tan bien porque en estos momentos la animación que se está haciendo es mayoritariamente para adultos y de pronto llegamos nosotros con una historia familiar y humorística con mensaje y nos dicen que es diferente porque les hacemos reir», explica el director que, en realidad, ha llevado al cine el estilo y la experiencia que el estudio ya había acreditado en sus piezas cortas para redes y anuncios.
«En el mundo del cine parece que hemos aparecido de la nada porque la industria no nos conoce ni nosotros a ellos, pero en redes tenemos más de un millón de seguidores y tenemos mucha experiencia trabajando para publicidad, con los tiempos y las calidades que se exigen, así que lo que hemos hecho es traspasar ese aprendizaje a la ficción a la que hemos llegado con mucha ilusión», cuenta Arjona, que ha trabajado para Nesquik, PlayStation y San Miguel, entre otras marcas. El director nos descubre además uno de los secretos de 'Homework'. «Que el protagonista sea un lápiz evita que vaya andando y, aunque es una decisión creativa, también lo es financiera porque si no habría sido imposible hacer el corto», revela el director que convive con naturalidad con su otro perfil de productor: «Nuestro próximo corto lo protagoniza un cactus. No gusta ponernos situaciones limitantes, porque eso nos obliga a desarrollar la creatividad».
Por lo pronto, Arjona y su amplio equipo de Naolito esperan escribir un nuevo hito de la mano de ese lápiz sin piernas en la gala de los premios Carmen del cine andaluz que se celebra este sábado en Córdoba. «Estamos agradecidos por la nominación y vivir la experiencia, además los otros dos candidatos son muy buenos así que no nos podemos enfadar si no ganamos», asegura con espíritu deportivo el creativo y cineasta, que descarga la responsabilidad en su equipo de animadores, ilustradores, técnicos 3D, efectos especiales y arte, compositores y diseñadores de sonido: «Las películas se personalizan en el director, pero los que hacen el corto son ellos». Esta noche estarán pendientes de la televisión y de ese momento en el que se abra el sobre del mejor corto de animación andaluz. Mientras, en la oficina vacía de Naolito en el Polo Digital no sabemos qué estarán haciendo el ratón inalámbrico, el teclado y la pantalla del ordenador cuando nadie los ve. Pero esa es otra película.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
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